El vapeo es de fácil acceso y tiene muy buena aceptación social, lo que ha hecho que se convierta en la puerta de entrada del tabaco en los menores. La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) estima que hay un 30% de adolescentes, la misma prevalencia que en adultos, que tiene el hábito de fumar.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 8 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Estas cifras tan alarmantes han llevado a esta sociedad científica a pedir la puesta en marcha de planes de prevención para todos los niños de Primaria. Entienden que sería la vía para dificultar el acercamiento a la nicotina unos años más tarde. Por el momento, salvo algunas iniciativas concretas, no existe ningún programa nacional en ese sentido.
¿Hay un perfil de adolescente fumador?
Si fumar tiene consecuencias muy negativas para la salud de los adultos, en el caso de un organismo en plena formación, estas son, si cabe, más graves. “La maduración pulmonar tiene lugar alrededor de los 18 años en las chicas y 25 años en los chicos. La exposición al humo de tabaco antes de esas edades puede impedir que los pulmones alcancen una capacidad normal y provocar un envejecimiento prematuro del aparato respiratorio”, advierte Marisa Escobar, enfermera especializada en Respiratorio del Hospital de Can Misses (Ibiza) y participante en un estudio que alerta sobre el inicio temprano del tabaco en menores.
Los efectos como fumadores pasivos, si alguno de los adultos con los que convive el niño fuma, también son importantes. Por ejemplo, se ha visto que hay más incidencia de asma entre los pequeños sometidos al humo del tabaco.
Si tratamos de buscar un perfil entre los adolescentes que se inician en el tabaco, este no está muy claro: “No parece haber distinciones en el porcentaje de fumadores por sexos ni entre chicos de distinto perfil académico ni en función de la condición socioeconómica familiar”, destaca la experta.
¿Por qué comienzan a fumar los menores?
Hay un factor muy claro que motiva el inicio del consumo en menores, y es que fumen en su entorno, ya sea en su familia o entre su grupo de amigos. Este parece el punto clave que lleva a los adolescentes a caer o no en el tabaco.
Pero, además, hay que tener en cuenta, tal como resalta Marisa Escobar, que “el tabaquismo está normalizado entre los adolescentes, es accesible y gracias a la difusión en redes sociales, publicidad y su presencia en televisión (películas, series...) tiene gran aceptación social. Esto influye también en gran medida en que empiecen a fumar”.
¿Qué hacer para que no empiecen a fumar?
Según datos del Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra, si los jóvenes no empiezan a fumar antes de los 26 años, lo más probable es que ya nunca lo hagan. Por este motivo, las campañas de prevención y concienciación contra el tabaquismo son vitales.
La prevención del inicio del consumo de tabaco en menores pasa por dos claves, según apunta la especialista del Hospital de Can Misses:
- Dando ejemplo. Este sería el punto principal, pues “el efecto modélico es una de las principales herramientas con las que los padres pueden influir en el comportamiento de sus hijos”.
- Ofreciendo información real sobre el tabaquismo.
En este sentido, la campaña ‘Dales aire, date vida’ de la Comunidad Foral de Navarra insiste en estos puntos para evitar que los niños que conviven con adultos fumadores desarrollen el hábito en un futuro:
- No pedirles que manipulen o acerquen a sus padres el cenicero o el tabaco.
- Comentarles que les gustaría no haber empezado a fumar y que esperan que sus hijos no lo hagan.
- Mantener una relación basada en la confianza en la que sea posible hablar de cualquier tema.
- Reforzar la autoestima y la autonomía del niño.
¿Qué hacer si ya han empezado a fumar?
A veces se llegará tarde a la prevención y el hijo comenzará a fumar. No hay que tirar la toalla, pues hay estrategias que pueden ayudar a que reconsidere su actitud, aunque hay que tener en cuenta que la nicotina y el resto de sustancias del tabaco son muy adictivas.
Marisa Escobar recomienda hablar con ellos sobre el tabaquismo como la mejor opción, “dando información sobre los perjuicios que puede tener sobre su salud, destacando cómo afecta a su estética, tema con el que los adolescentes son más sensibles”. Además, se puede consultar con profesionales sanitarios a cargo de programas de deshabituación tabáquica.
Pero, del mismo modo que la SEPAR, la especialista considera que hay que dar más pasos: “A nivel institucional se precisan políticas públicas decididas de lucha contra el tabaco, como el incremento de su precio (es la medida más costoefectiva), la promoción de más espacios libres de humo y hacer cumplir las prohibiciones sobre publicidad, promoción y patrocinio del tabaco. Es prioritario promover intervenciones concretas, tanto para prevenir el inicio del consumo de los adolescentes como para impulsar su abandono”, subraya.