Recoger y tener las cosas ordenadas no es solo tarea de adultos, si no algo a interiorizar desde pequeños. “El orden de las cosas significa conocer la colocación de los objetos en el ambiente y recordar el lugar correspondiente de cada uno. Esto representa orientarse en el ambiente poseyéndolo en todas sus particularidades”, decía María Montessori.
El orden y la organización es un factor importante a la hora de considerar si queremos crear un ambiente de calma y paz en nuestro hogar. Marina García, maestra y autora del libro ‘La cena de macarena’, asegura que cuanto más contribuyamos a ello como parte del juego, más tiempo nos ahorraremos como padres pidiendo constantemente que esté todo en orden, cada cosa en su lugar y recogiendo lo que los niños dejan por el camino.
“Eso no significa que no hagamos la actividad de recoger conjuntamente, pero esta disposición del espacio ayuda al niño a controlarlo, a sentirse seguro por saber dónde se encuentra cada juguete, cada material, juego y darle autonomía para actuar con libertad”, concreta la profesora, quien asegura no basarse en una metodología concreta, sino en lo que le funciona con su experiencia como madre y educadora.
“Lo mejor es que ellos tengan al alcance de su mano todos los juguetes. Pero sobre todo, que los mantengan ordenados para poder aplicarlo a todos los ámbitos de su vida: cuando van al baño, a la cocina... de esta manera aprenden que cada cosa tiene su lugar”, apunta la experta.
En cuanto a la forma de ordenar sus juguetes ayudarles, matiza en la importancia que no trasladarles la sensación de que recoger es un castigo, un fastidio o algo aburrido, más bien forma parte del juego: “Sacamos una cosa, jugamos y antes de sacar la siguiente cosa, hay que recoger. Al igual que hacemos los adultos cuando cocinamos o cuando vamos a la compra, no lo dejamos todo por ahí tirado”.
¿Cómo enseñarles a guardar sus juguetes?
Hemos de recordar que sus juguetes son sus objetos personales del día a día. Por tanto, si queremos que muestren interés y cuidado por ellos no deben estar al descontrol.
Si ya no sabes dónde guardar sus juguetes (en armarios, cajas, jugueteros) la educadora nos propone organizar una zona de la casa que atraiga al niño, que le incite al juego, que sea cómoda... un sitio donde pueda moverse y desarrollar sus habilidades.
Una vez ahí, recurre a las etiquetas con iconos, palabras... con niños que necesiten ayuda se puede hacer una misma foto del juguete y se pone en esa caja. “De esa forma, les simplificas el trabajo porque saben perfectamente dónde tiene que ir cada cosa”.
Tres pautas para lograrlo:
- Tener menos juguetes: Hacer limpieza de juguetes que estén estropeados o les falten piezas, también quitar los que ya no usen o sean más de bebés, así dejaremos sitio para los juguetes nuevos que tenemos.
- Rotar los juguetes: Que se vayan adaptando a su edad y necesidades. Elígelos de distintas finalidades para que contribuya a diferentes aspectos cognitivos. “Por ejemplo, cuando llega Navidad guardamos uno y sacamos otro. Para ellos sacar un juguete que estaba guardado hace tiempo es una novedad”.
- Todos a su altura y en estanterías abiertas: buscarles un lugar y siempre etiquetar dónde va cada cosa. Hacer esto con los más pequeños les hará partícipes y sabrán dónde va ir guardada cada cosa.
Una vez establecido, se puede ordenar por categorías, juegos simbólicos, construcciones, disfraces, coches, etc. Es decir, podemos utilizar organizadores de fácil acceso, juguetes que estén a la vista en estantes o muebles bajos, cajones, contenedores... también podemos colocar en otro rincón los juguetes pequeños, en otro los libros infantiles. Por ejemplo, en estanterías podemos crear una mini biblioteca.
Ordenar es un arte para los niños. En concreto, según apunta la metodología Montessori, “en la primera etapa de la vida el niño muestra una sensabilidad especial hacia el orden, sobre todo en los dos primeros años”. El orden se presenta como una de las necesidades vitales durante la infancia. Por tanto, no solo consiste en mantener orden en la casa, sino en crear un orden que construya en el niño orden mental.
“Hablamos de un orden sencillo, que sea revelador para el niño, que le permita establecer conexiones en su mente... el orden con niños tiene un plus de dificultad. Por eso, les permite autoconstruirse y también ser autónomos”, apunta la experta.