La lectura tiene muchísimos beneficios para nuestros hijos. Es sinónimo de cultura, aprendizaje o crecimiento y son, en cierta manera, la mejor manera de comunicarnos con los más pequeños.
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Afortunadamente, la lectura cada vez comienza a instaurarse en edades más tempranas, ya que los expertos aseguran que no hay una edad concreta para empezar. Es más, cuanto antes, mejor.
¿Pero cómo podemos elegir un libro que se ajuste a las necesidades de los más pequeños con la intención de que en el futuro sean unos buenos lectores y les interese este campo?
¿Cómo podemos elegir un libro infantil?
Virginia Company De Lucas, licenciada en pedagogía, especialista en intervención logopédica, dificultades de aprendizaje y neuronciencia de la educación (@pedagogia_virginia), nos propone cinco puntos que debemos tener en cuenta para elegir una lectura concreta:
1. Dejarles elegir:
Antes de empezar, los padres hemos de ser conscientes de que la lectura debe ser algo muy agradable y así tenemos que transimitirlo.
Es decir, es esencial que disfruten de la lectura si queremos que se conviertan en buenos lectores: “Soy muy partidaria de que sean los niños los que vayan a la librería y elijan sus cuentos. Al principio, cuando aún no tienen el hábito, una buena práctica es visitar la biblioteca para descubrirlos tranquilamente en casa, probarlos y ver cuáles son los que más les gustan. Al final, los niños son como nosotros... deben descubrir qué es lo que más les interesa”.
2. Tener en cuenta la edad y el nivel lector
La edad es fundamental para elegir el formato del cuento o la temática, así como que el texto sea adecuado y lo puedan comprender.
“Yo marco mucho los cuentos para niños de entre 0 y 3 años porque deben tener ciertas características. Siempre que los padres me piden recomendaciones para esa edad les recomiendo cuentos con canciones, rimas, repeticiones... imágenes llamativas o grandes para trabajar el vocabulario, libros con animales, con objetos que trabajen las onomatopeyas...”, detalla la experta.
Y nos explica que estos libros deben ser de corta duración y simples (y que tenga letras grandes mayúsculas) ya que tenemos que respetar el tiempo de atención. Al final, si el libro es muy denso, el niño se pierde.
“También es fundamental que sea de fácil manipulación. Es decir, que sean, por ejemplo, de tela o cartón. En este último caso, que sean pequeños y tenga los bordes redondeados para que los puedan manejar y no se hagan daño ya que cuando son muy pequeños podrían meterse la punta en el ojo... Y también podemos encontrar diferentes formatos para experimentar”, sostiene Virginia Company De Lucas.
En cualquier caso, la experta concreta que es fundamental diferenciar entre la edad y el nivel lector: “Es importante entender este punto y saber hacer una distinción. Yo trabajo en un gabinete donde los niños tienen dificultades de aprendizaje. Para que nos hagamos una idea, en niños de entre cinco y seis años sería importante fijarnos más en su nivel lector que en su edad, ya que puede que el nivel lector coincida o no con sus años”.
3. Tenemos que pensar en qué le gustaría leer
La pedagoga recalca este punto porque nos recuerda que la lectura ha de ser placentera y agradable para el lector. “El niño no va a disfrutar de la lectura si es tedioso. Soy partidaria de empezar con cosas más simples pero que lo disfruten a comprarles libros con mucho texto que les resulte tedioso”, añade.
Por tanto, para que sea agradable hay que tener en cuenta que los libros deben tener menos texto y ser divertidos. “Al final, lo que queremos es que disfruten, la lectura tiene que ser tiempo de ocio y lo tienen que ver así”.
Es decir, tenemos que pensar en lo que les gustaría leer a ellos y no a nosotros. “Y fijarnos en sus gustos en cuanto a temática, en caso de que les interesa algo en concreto: como los dinosaurios, un personaje concreto en caso de que tenga un favorito...”
4. Contenido y el formato
Los padres tenemos que planetearnos qué queremos conseguir con la lectura de ese libro. Es decir, cuál va a ser su finalidad. ¿Queremos trabajar alguna conducta concreta? “Para las familias que quieran potenciar algún aspecto es fundamental poner el foco en libros que traten sobre ello: rabietas, cambio del pañal, etc”, explica.
Y relacionado con el nivel lector, otro factor interesante es el vocabulario. “Debemos trabajar con vocabulario adecuado a su nivel. Muchas veces les contamos un cuento y no saben qué significa una palabra concreta. Especialmente con los libros didácticos, hay que tener mucho cuidado con las palabras más técnicas. Debemos explicárselas y tenerlas en cuenta. Al final, lo más adecuado es elegir un libro que no tenga demasiados tecnicismos”, enfatiza Virginia Company De Lucas.
5. El momento en que lo leemos
Según apunta la experta, no es lo mismo elegir un libro para que ellos mismos lo puedan ir leyendo tranquilamente en su momento de ocio que leerlo a la hora de dormir.
“Los libros para leer antes de dormir deben tener una duración determinada para no conseguir el efecto contrario”, recoge la experta, asegurando que leerles un cuento antes de que se duerman es una práctica súper recomendada.
En cualquier caso, si después de todas estas pautas no tenemos muy claro qué libro queremos para ellos, la mejor opción será optar por los álbumes ilustrados: “Son los que más les gustan. Funcionan con imágenes grandes y son ideales para hacer esa lectura compartida, perfectos para antes de dormir, además se pueden leer en voz alta, dan pie al diálogo...”.