Muchas veces ocurre que los padres creemos y trabajamos ciegamente en el potencial deportivo de nuestros hijos con el único fin de convertirles en deportistas de élite.
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Nos centramos, por tanto, en la preparación exclusiva en un solo deporte. Pero no debería ser así. “En edades tempranas, a los niños hay que educarlos en el polideporte”, afirma Ignacio Muñoz, director médico del hospital IMSKE, en Valencia, y jefe de los servicios médicos del Valencia Baske.
“El polideporte es una fórmula válida para evitar la repetición sistemática de determinados movimientos en los que participan músculos, tendones y articulaciones. De esta forma, por probabilidad, se reduce el riesgo de lesiones y/o sobrecargas. Además, se alargan los años que un niño, futuro deportista, puede dedicarse a una actividad deportiva concreta”, añade.
Es evidente que el ejercicio físico, en cualquiera de sus formas, es fundamental. En concreto, un informe reciente de la Unión Europea concluye que somos el segundo país en obesidad infantil.
Educar a través del deporte es todo un reto educativo al que responder. Fomentar la pasión por el deporte en los niños es, además, una de las mejores maneras de educar; ya que aprenden valores, mantienen una disciplina, se respetan, entienden el valor de la perseverancia y, además, disfrutan con los demás... Los beneficios son múltiples.
Por otro lado, Ignacio Muñoz detalla que es muy importante que los niños identifiquen el deporte como forma de diversión. “En este sentido, puede ser mucho más fácil involucrarlos en deportes de equipo, y lograr que se diviertan al tiempo que van afianzando hábitos saludables desde bien pequeños”, advierte.
Además, contribuye a la socialización de las personas, fomenta la participación, cooperación y ayuda a la cohesión. En concreto, desde el paradigma de la psicología clínica se entiende que las relaciones personales afectivas son esenciales para el desarrollo de la personalidad.
Antes de los siete años, los expertos recomiendan actividades que movilicen todo el cuerpo... Y advierten que quizá la mejor opción no sea educarles en actividades que les fuercen a competir cuando son tan pequeños.
Evitar la sobrecarga
En relación al cuidado de las jóvenes promesas del deporte, el experto recalca la importancia de dosificar movimientos que comprometen a las articulaciones. “En Estados Unidos, por ejemplo, se cuantifica la cantidad de saques un niño puede hacer en el baseball; lo mismo deberíamos hacer con otras muchas actividades deportivas como el tenis”, advierte el doctor Muñoz.
“Evitar la sobrecarga es, en último extremo, prioridad absoluta para garantizar tanto el rendimiento como la vida en activo del deportista”, asegura. Y concreta que, en el caso de los más pequeños, es igual o más importante educarles en la prevención.
La capacidad terapéutica del ejercicio físico a cualquier edad
Los niños desarrollan ciertas habilidades personales que son esenciales para su desarrollo emocional. En concreto, el médico destaca la capacidad terapéutica del ejercicio físico, en la edad que sea.
“En IMSKE somos firmes defensores de la condición del ejercicio como agente de salud. Sus beneficios están muy por encima de cualquier fármaco a la hora de prevenir enfermedades realmente graves como la diabetes tipo 2 o la patología cardiovascular, así como para reducir los síntomas de depresión y ansiedad, reducir el deterioro cognitivo, mejorar la memoria y la salud del cerebro; en la recuperación de afecciones de músculos y huesos su alcance reparador es potentísimo”.
Además, asegura que los resultados de una investigación reciente detallan que la actividad física se asocia a una reducción de la mortalidad por cualquier causa en un 33%.