De porte aristocrático, mirada romántica, dulce sonrisa y con un estilo encantador y boho chic. Así es Lulu Figueroa, la pintora amante de la naturaleza y nieta de la condesa de Romanones, una de las mujeres más admiradas de nuestro país. Pero, por encima de todo esto, Lulu Figueroa es madre. Una madraza de dos pequeños, Ciro y Lucio, por los que siente gran orgullo y un inmenso amor. Junto a ellos posa en este reportaje, donde nos habla de la maravillosa experiencia de ser madre.
-¿Cómo te ha cambiado la maternidad?
-Mucho, de una forma que no esperaba. Como dice mi madre… “ya no duermes igual”. Sin duda, asumes muchas responsabilidades y, especialmente ahora que son pequeños, se convierten en el centro de tu vida. Pero es un cambio a mejor, sin duda; estoy muy feliz.
-¿Cómo describirías la experiencia de ser madre?
-No podría definirlo de una forma en concreto, cada madre es tan diferente. Es una gran mezcla de amor y sentimientos. Ahora que son pequeños, yo siento una necesidad constante de protección.
“La maternidad ha cambiado mi vida de una forma que no esperaba. Asumes muchas responsabilidades y, especialmente ahora que son pequeños, se convierten en el centro de tu vida. Pero es un cambio a mejor, estoy feliz”
-¿Qué recuerdos guardas de tu infancia?
-Me acuerdo especialmente de lo feliz que era cuando se acercaban las vacaciones y tocaba ir a Jerez, que para mí era el paraíso. Lloraba cuando tenía que volver a Madrid. Recuerdo los viajes puntuales con mi familia. Eran muy divertidos, los cinco y mis padres metidos en el coche con nuestras mascotas; eran viajes que se hacían eternos, pero hoy los recuerdo con mucho cariño.
-Y ¿cómo quieres que sea la de tus hijos?
-Igual que mi experiencia en familia, me gustaría que tuvieran bonitos recuerdos de todos juntos, disfrutando del campo, de viajes con sus padres y de largos veranos.
“Me gustaría que la infancia de mis hijos fuera como la mía, con bonitos recuerdos de todos juntos, disfrutando del campo, de viajes con sus padres y de largos veranos”
-¿Qué es, para ti, lo más importante que una madre le puede dar a sus hijos?
-Hogar, cariño, apoyo, comprensión y educación, aunque a veces la paciencia por la falta de sueño empieza a llegar a su límite...
-¿Te gustaría que alguno heredase tu talento a la hora de pintar?
-Me encantaría. Ciro se entretiene mucho coloreando y se fija en mis dibujos y en los cuadros que tenemos en casa. Muchas veces me pregunta si los he pintado yo.
“Ciro es muy sensible, observador, cariñoso e inteligente. También es cauteloso, algo contemplativo y obediente, generalmente se porta muy bien. Lucio es extremadamente risueño y sociable; aunque aún es pequeño, se pueden anticipar algunos rasgos”
-Ciro y Lucio, dos nombres poco usuales, ¿tienen algún significado?
-Adrián, mi marido, es historiador y yo estudié Historia del Arte y buscamos nombres especiales, queríamos empezar una nueva saga de nombres. Ciro es un nombre de origen persa, de la dinastía Aqueménida. Lucio es latino, nombre compartido por filósofos y emperadores.
-¿Cómo definirías a tus hijos? ¿Se portan bien?
-Ciro es muy sensible, observador, cariñoso e inteligente. También es cauteloso, algo contemplativo y obediente, generalmente se porta muy bien. Lucio es extremadamente risueño y sociable; aunque aún es pequeño, se pueden anticipar algunos rasgos. Desgraciadamente, no duerme tan plácidamente como su hermano.
“Un día entero con ellos puede ser una locura. Si tengo trabajo, hago malabarismos y pido algo de ayuda, mi marido y yo intentamos organizarnos. Y cuando duermen, yo aprovecho para pintar”
-¿Cómo es tu día a día como madre?
-Un día entero con ellos puede ser una locura, a veces todo cuadra y otras se tuerce un poco, pero siempre acaba bien. Si tengo trabajo, hago malabarismos y pido algo de ayuda, mi marido y yo intentamos organizarnos. Y cuando duermen, yo aprovecho para pintar.
-¿Cuál es tu momento favorito con ellos?
-Tengo miles. Si están contentos, yo también. El desayuno, todos juntos, es uno de mis momentos preferidos. Disfruto también mucho del baño de Ciro, que le encanta… Tengo ganas de que Lucio pueda acompañarlo porque se lo van a pasar fenomenal.
-Y, por último, después de dos chicos... ¿Te gustaría tener una niña?
-Claro, ¡me encantaría! Pero ahora mismo no pienso en eso, Lucio solo tiene seis meses y quiero disfrutarlo...