Los niños suelen pedir siempre un poco más de lo que les damos y siempre tendemos a ceder. Por eso, llega un momento en el que nos parece esencial enseñarles a ahorrar y a distribuir su dinero. Los expertos advierten: es fundamental hacerlo desde que son pequeños.
Sin duda, tener esta capacidad es crucial para concretar muchas metas de la vida. En concreto, el ahorro desde edades tempranas puede desarrollar capacidades como la paciencia, concentración, perseverancia, lógica, búsqueda y concentración de objetivos...
“Ahorrar es una cuestión de hábito y fomentarlo desde una edad temprana ayuda a los niños a entablar una relación saludable con el dinero, que les servirá de gran ayuda durante su edad adulta”, informa Beatriz Arce, responsable del desarrollo de Pixpay en España, una aplicación que permite a los padres enseñar a sus hijos a gestionar y manejar su dinero de forma segura y responsable.
Estos son los cinco consejos para aportan para que los niños y adolescentes den sus primeros pasos en el mundo de las finanzas y aprendan a gestionar su ‘patrimonio’:
1. Hablar del dinero en casa
Según apunta Beatriz Arce, es fundamental explicarles de dónde viene el dinero y hablar con naturalidad sobre el tema en un lenguaje que puedan entender según su edad: “Debemos recordarles que el dinero es algo limitado y fruto de nuestro trabajo”.
En otras palabras: hacer ver el significado real del dinero y su procedencia. Es decir, mostrarles cómo se obtiene el dinero y por qué se debe ahorrar.
Según un estudio reciente que han elaborado, 8 de cada 10 padres afirma que existen carencias formativas en lo que se refiere a la educación financiera.
Por ello, prácticamente la totalidad de las familias fomentan el ahorro del dinero entre sus hijos dentro de sus hogares... en concreto, en torno al 95%.
2. Educar con el ejemplo
Los padres son un referente para los niños. Por eso, dar ejemplo implica, en otras palabras, enseñarles a ahorrar. Al final, la mejor forma de que los niños aprendan las cosas es dándose cuenta por ellos mismos de las consecuencias que tienen sus acciones. Por eso es imprescindible dar ejemplo con buenas prácticas.
“Inculcar la cultura del ahorro no es tarea fácil, pero tampoco imposible si se comienza desde la infancia y nos convertirnos en un ejemplo a seguir para ellos con pequeñas acciones de la vida cotidiana”, concreta la experta.
Para ello, una buena idea es enseñar a nuestros hijos el presupuesto mensual con el que contamos y explicarles en qué vamos a gastar el dinero o qué importe vamos a destinar mensualmente al ahorro.
3. La paga como herramienta de ahorro
Es evidente que los niños carecen de ingresos, pero muchos sí tienen una paga o reciben dinero en Navidad, cumpleaños... Es fundamental que les ayudemos a gestionar su pequeño ‘patriomonio’ para generar buenos hábitos que les ayuden a tener unas finanzas saneadas.
“Los niños deben administrar su propio dinero”, asegura. Para ello, una asignación recurrente les ayudará a tomar decisiones sobre en qué gastarla, independientemente de la cantidad recibida.
Los padres dan la paga a sus hijos principalmente con fines educativos, para que aprendan a administrarse y a valorar el dinero. En concreto, cerca del 95% confiesa que fomentan el ahorro del dinero entre sus hijos por esta vía.
4. Fomentar un consumo responsable
Enseñar a los niños a gestionar y manejar su dinero de forma segura y responsable, es otro de los objetivos que persiguen muchas familias a la hora de educar a sus hijos en relación al dinero. Es más, la disciplina del ahorro permitirá a nuestros niños y jóvenes a aprender a manejar su dinero y no endeudarse excesivamente.
5. Motivarlos a ahorrar fijándose objetivos
Una muy buena manera de motivar la creación de buenos hábitos es establecer una meta de ahorro y recompensa. “Puede ser muy útil ayudarles a encontrar un objetivo alcanzable y claro que justifique el ahorro y al mismo tiempo les motive a guardar una cantidad de dinero para invertir en algo que quieran o necesitan”, detalla la experta de Pixpay. De esta manera, aprenderán a diferenciar entre capricho y necesidad.