Una de las grandes incertidumbres para muchas embarazadas es cómo será el parto. Desde poder decidir la forma en que quieres dar a luz a tu bebé, hasta hacer un plan de parto completo y detallado, para que los profesionales sepan cuáles son tus preferencias, son algunas de las decisiones que deberás ir tomando a lo largo de estos nueve meses.
Y es que, ¡el trabajo se te acumula! porque son muchas las cosas que quieres (y deberías) saber para estar preparada para el parto. Entre ellas, conocer cuáles son las mejores posturas, y las más recomendadas por los expertos. Cuanta más información tengas, más concienciada estarás para afrontar ese momento de la mejor manera posible. No hay que agobiarse pensando en el parto ya que la intuición, una buena condición física y la naturaleza también harán su trabajo. “Tenemos que tener claro que el parto es un proceso fisiológico, inherente a la especie humana por lo que toda mujer nace preparada para parir. Es cierto que unos hábitos de vida saludable durante el embarazo pueden ayudarnos a sentirnos más confiadas el día del parto. Mantenerse activa durante el embarazo es importante y dado que la gestación no es una enfermedad, no hay motivo para dejar de realizar la actividad que realizásemos previamente, aunque debemos ir adaptándola a los cambios que se van produciendo en nuestros cuerpos”, recomienda la doctora Vanesa Ruiz, Especialidad en Ginecología y divulgadora de una medicina humanizada desde la empatía y evidencia, en su perfil de Instagram @ginehealthy.
Y es que uno de los consejos generalizados por los expertos en maternidad, de forma multidisciplinar, es tener un embarazo activo. Esto no solo es bueno para la madre y el feto, sino que trae consecuencias muy beneficiosas, a medio y largo plazo, tanto para hacer frente al parto mejor como para tener una pronta recuperación posparto. “Algunos ejemplos de actividades que nos pueden ayudar física y mentalmente durante la gestación y el parto son el yoga y el pilates para embarazadas. Además, existen programas como el AIPAP (Acondicionamiento Integral y Pélvico Adaptado al Parto) que fortalece y ejercita todo el sistema musculo-esquelético implicado en el parto, realizando ejercicios dentro del agua“, aconseja la experta.
Acudir a las clases de preparación al parto se hace imprescindible y, además, gracias a la mejoría de las condiciones de la pandemia por COVID-19, en muchos centros de salud ya se están retomando sus clases presenciales.
Los pujos durante el parto: ¿cómo hacerlos?
Los pujos son los esfuerzos que hace la madre durante la fase del expulsivo para facilitar la salida del bebé y que este vaya descendiendo por el canal de parto. Un buen control del suelo pélvico es muy importante para poder realizar el pujo con el ritmo y la fuerza adecuada y, que, de esta manera, el bebé descienda más rápidamente.
“En cuanto a la forma de respirar/pujar en el parto, se recomienda instar a la mujer a realizar pujos espontáneos y no dirigidos. Es decir, dejar que la mujer puje cuando ella sienta la necesidad de hacerlo. En ocasiones, las mujeres con analgesia epidural pierden esa sensación de ganas de pujar por lo que ahí, sí debemos dirigir los pujos. En estos casos, informamos a la mujer de cuando está llegando una contracción para que ella lo inicie”, nos explica la ginecóloga. Y, por otro lado, debemos saber cómo llevar una correcta respiración: “Los pujos se pueden realizar en apnea o en espiración. En espiración, expulsamos el aire de nuestros pulmones a la vez que pujamos para que nazca el bebé. Es menos lesivo para el suelo pélvico, pero también menos potente que los pujos en apnea. Por el contrario, en los pujos en apena, inspiramos y guardamos el aire en el pecho para pujar sin soltar el aire. Es más potente por lo que se asocia a menor duración del periodo expulsivo del parto, pero también puede lesionar más el suelo pélvico”, advierte.
Cuáles son las mejores posturas para el parto
La doctora Ruíz nos cuenta que en las últimas décadas la mayoría de los partos se producen en centros hospitalarios y se ha vuelto habitual la realización de procedimientos como la monitorización fetal continua o la analgesia epidural, lo que ha normalizado la posición de decúbito supino (tumbada en la cama hacia arriba) para parir. “Sin embargo, cuando observamos a una mujer dar a luz sin intervenciones externas y con libertad de movimiento, vemos que adquiere distintas posiciones dependiendo de la etapa del parto en la que se encuentre”, detalla.
Según estudios realizados, se ha observado que las posiciones verticales (de pie, cuclillas, sentada) y las laterales (tumbada de lado) se relacionan con una mayor tasa de partos eutócicos (no intervenidos), lo que se traduce en “menos episiotomías y menor duración del periodo expulsivo. Pero, por el contrario, producen con mayor frecuencia desgarros perineales de segundo grado y hemorragias posparto. Por otro lado, las mujeres que se colocan en cuadrupedia (apoyadas sobre sus manos y rodillas) presentan menor dolor lumbar y perineal, y menor trauma perineal”, indica la especialista.
Si en los pujos ya veíamos que las mujeres con analgesia epidural ya estaban limitadas para saber cuándo era el momento de empujar, la ginecóloga incide en que “también tienen una limitación importante de la movilidad, por lo que hay muchas posiciones que no pueden adoptar por riesgo de caída. Una buena alternativa es la walking-epidural que mitiga el dolor de las contracciones sin hacerlo desaparecer y, sin embargo, nos permite movernos. Por desgracia, no todos los hospitales lo ofrecen”.
Hay que ser consciente y realista, y saber que puede haber circunstancias que compliquen un parto como son la alteración de la frecuencia cardíaca fetal o la necesidad de aplicar una ventosa o fórceps, tal y como nos cuenta la experta. Estos casos “requieren que adoptemos determinadas posiciones que generalmente son decúbito supino o decúbito lateral”, afirma.
“Lo que se recomienda, y así queda recogido en la Guía de práctica clínica sobre la atención al parto normal del Ministerio de Sanidad, es que cada mujer opte por la posición que le sea más cómoda durante el parto. Como comentaba antes, las mujeres estamos diseñadas para parir, si no tenemos analgesia epidural, y el parto transcurre con normalidad, sólo tenemos que ‘escuchar’ a nuestro cuerpo para saber en qué posición debemos colocarnos”, asegura la ginecóloga.