Una de las grandes preguntas que se cuestionan muchas mujeres embarazadas, y prácticamente a término, es si existen técnicas tradicionales para estimular el inicio de parto de manera lo más natural posible.
Pues bien, existe una creencia extendida que sostiene que el masaje de pies podría estimular el parto. ¿Pero existe una evidencia científica que lo avale? Charlamos con varios expertos para salir de dudas.
El masaje de pies durante el embarazo
“Hablamos de técnicas de digitopresión que comparten mapas de acupuntura, cuya explicación fisiológica podría ir emparejada a las técnicas utilizadas en medicina tradicional con intención de tratar la enuresis (es decir, la incontinencia urinaria) y, en concreto, la neuromodulación del nervio tibial posterior, justamente en la misma zona de la digitopresión para estimular el parto”, nos informa el doctor Martínez Oller, especialista en Podología y director de la Clínica Podológica M.O, y miembro de Top Doctors.
En concreto, Mónica Vizcaíno, de la Clínica Parc Central de Valencia, especialista en ginecología e introducción al parto, detalla que un estímulo intenso en la parte superior del pie puede ayudar a empezar o a intensificar las contracciones de la fase de pródromos (signos anunciadores que suelen presentarse en las últimas semanas de la gestación).
En concreto, detalla que este punto se encuentra unos 5 cm por encima de la zona de separación entre dedo gordo del pie y el segundo dedo. Hay que estimularlo presionando con movimientos circulares.
La reflexología podal
Entre las diferentes técnicas destaca la reflexología podal, una terapia alternativa muy interesante que puede aplicarse en el embarazo, ya que permite abordar muchas dolencias sin las limitaciones que muchas veces implica el propio proceso.
En general, la reflexología se usa para síntomas en muchas partes del cuerpo, usando la presión de la yema del dedo sobre áreas específicas de los pies.
La idea es que esta presión permita que la energía bloqueada fluya libremente, lo que aumenta el flujo de sangre a la parte correspondiente del cuerpo y un aumento en la eliminación de desechos tóxicos.
Algunos de los beneficios de este masaje son el alivio de dolores musculares, la relajación de la mente y el cuerpo, eliminar toxinas, equilibrar los niveles de energía o fortalecer el sistema inmunológico. Además, la reflexología reduce el estrés emocional, la depresión y la ansiedad.
Y lo más importante: la reflexología podal se puede utilizar también para favorecer el trabajo de parto. Sin embargo, precisamente por su potencial acción en la estimulación de las contracciones, es necesario ponerse en manos de un especialista, consultar con el ginecólogo y no exponerse en caso de que exista algún riesgo de parto prematuro.
¿Existe evidencia científica?
El doctor Martínez Oller asegura que no existe evidencia científica: “Quizá esta no es la definición más exacta, ya que esa evidencia requiere de evaluaciones rigurosas de las consecuencias de las acciones clínicas, lo cual, tratándose de un tema tan delicado como la posibilidad de ser padres, ni sería ético ni muchos voluntarios entrarían a formar parte de un estudio riguroso ante hipotéticos problemas en el bebé”. Por tanto, determina que los estudios a día de hoy son de escasa calidad como para que tengan evidencia científica.
¿Cómo practicarlo con plenas garantías?
El experto expone que dado el especial momento del que estamos hablando y el futuro de nuestro bebé, cualquier potencial actuación debe hacerse de forma segura.
“Eso implica que sea realizado por un personal especializado y con una formación de las técnicas a utilizar, su fisiología y peculiaridades de cada caso. Los más indicados serían, por tanto, fisioterapeutas con formación en osteopatía”, añade.
Por tanto, Martínez Oller concluye que, aunque puede perfectamente encontrarse una relación directa entre la estimulación de determinadas zonas nerviosas y efectos a distancia, dada la falta de rigurosidad en los estudios y el momento tan especial y delicado del que hablamos, cualquier actuación en este sentido debe hacerse por profesionales que tengan la formación adecuada.