Este lunes 4 de abril el IPCC (Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) publicaba su último informe acerca de la situación actual sobre la emergencia climática.
El documento afirma rotundamente que “de no tomar acción rápidamente ante el uso de los combustibles fósiles y realizar una transición profunda hacia las energías renovables, el planeta se encaminará a una catástrofe climática”... algo que desde Greenpeace llevan mucho tiempo denunciando. Hablamos con la ONG ambientalista internacional.
Laura Reboul, ambientóloga, educadora ambiental y activista climática de Greenpeace España, asegura que en este panorama son muchas las personas que se preguntan cómo pueden cambiar esta situación y poner su granito de arena. “Sobre todo, esta duda surge en aquellas personas que tienen hijos y quieren dejarles un mundo mejor. Así que, ¿cómo podemos concienciar a los más pequeños de la casa?”, se cuestiona.
Dar ejemplo
“Para mí, como educadora ambiental, la cuestión fundamental que tenemos que tener clara cuando hablamos de educación es dar ejemplo. Es decir, lo que comúnmente se expresa como ‘Educación por la Acción’, que lo quiere que decir es que la mejor manera para educar y concienciar a las futuras generaciones es siendo el ejemplo y el referente que necesitan”, advierte la experta.
Por ello, asegura que es clave que desde nuestros hogares adoptemos un modelo de vida más sostenible y unos hábitos que sean coherentes con lo que queremos transmitirles.
Conocer y experimentar con la naturaleza
Añade además que un punto muy importante para que nuestros hijos entiendan por qué es importante cuidar de nuestro planeta es que conozcan y hayan experimentado con la naturaleza, alejados por un tiempo de las construcciones de cemento e infraestructuras en las que estamos inmersos la mayoría del tiempo, como son las ciudades.
“No se puede amar lo que no se conoce”, afirma Laura Reboul. Por eso, es clave que dentro de las posibilidades que tengamos, podamos disfrutar de tiempo en entornos naturales.
“Hacer excursiones los fines de semana, durante las vacaciones… Actualmente vivimos muy desconectados de los sistemas naturales, y parece que se nos ha olvidado que somos seres ecodependientes”, indica.
Esto significa que los seres humanos dependemos de nuestro entorno, de los servicios que nos proporcionan los campos y tierras, los ríos, el mar, etcétera, para nuestra propia supervivencia, “por lo que explicar y acercar todos estos espacios a nuestros peques hará que entiendan mucho mejor por qué es importante cuidarlos y actuar para protegerlos”.
Formas de concienciar a los niños
Como comentaba la experta, es importante dar ejemplo, pero ¿cómo lo hacemos? “Pues adoptando pequeños hábitos sostenibles en nuestras vidas y explicándoles por qué lo hacemos, qué suponen para la tierra estas acciones. Hacerles entender y ver cuál es el modelo de vida que nos gustaría que tuvieran”.
Por ejemplo, un área donde tenemos mucha responsabilidad es en la alimentación. En este sentido, explica que consumir y tener una alimentación basada en alimentos reales, de cercanía, ecológicos, fundamentalmente vegetales y que no vayan envasados, es un cambio que tiene muchísimas implicaciones en diferentes áreas.
Por otro lado, indica que al consumir alimentos de cercanía apoyamos a comercios locales, productores pequeños que reducen las emisiones de carbono al sistema pues no tienen que recorrer cientos de kilómetros en un transporte para llegar a nuestra casa.
“Además, al aumentar la cantidad de alimentos vegetales y reducir el consumo de carnes estamos reduciendo los gases de efecto invernadero, y mejorar nuestra salud. Por otro lado, que no vengan sobreenvasados implica que reducimos los envases de plástico, y así los residuos no degradables y que contaminan nuestros entornos”, explica.
La activista climática reitera que todo esto se lo podemos explicar poco a poco a nuestros hijos para que entiendan los impactos que suponen y les sea mucho más fácil poder cumplirlos en el futuro.
“Otro ejemplo que podemos adoptar en nuestras vidas es cambiar la forma en la que nos desplazamos. Es decir, hacerlo a pie o en transporte público, cuando sea posible, es una gran enseñanza. También podemos plantearnos que el colegio o las actividades extraescolares a los que asistan estén en nuestro barrio, para que no sea necesario coger el coche. Esto supone un gran cambio, además de hacernos la vida más sencilla teniendo cerca las ubicaciones a las que tenemos que ir habitualmente”, añade.
Con el foco en el consumo eléctrico
En cuanto al consumo eléctrico, otra cuestión realmente importante en los tiempos que corren, podemos adoptar numerosas medidas: “La primera y más sencilla sería rebajar los niveles de potencia que tenemos contratados, adquirir dispositivos y electrodomésticos que sean eficientes energéticamente o cambiar nuestra distribuidora energética a una renovable”.
La ambientóloga confiesa que estos cambios son los más difíciles de explicar al principio, pero, según se vayan haciendo mayores, podremos hacerlo y supondrán realmente un gran cambio.
En resumen, garantiza que lo más importante para poder concienciar a la nueva generación sobre la emergencia climática es siendo ejemplo, enseñándoles a empatizar y cuidar de nuestro planeta, descubriendo las maravillas naturales que nos rodean y adoptando una vida más sostenible en nuestro día a día.