Verdeliss ha comunicado mediante redes sociales que su octava hija, Deva, padece una enfermedad poco conocida denominada anquiloglosia.
La influencer ha informado a sus seguidores de esta situación, que ha detectado a través de un problema durante la lactancia. ¿En qué consiste esta enfermedad? ¿Cuáles son sus causas, consecuencias y tratamiento?
“La anquiloglosia o lengua anclada es una anomalía congénita por la cual el frenillo sublingual (la membrana situada bajo la lengua) es más corto de lo normal y, por tanto, es restrictivo respecto a sus movimientos”, expone Alexander Siles Hinojosa, cirujano pediátrico y director de la Unidad Anquiloglosia Málaga en Clínica Cuidarte.
El doctor detalla que cuando esto sucede, el bebé se ve incapaz de hacer el movimiento correcto de la lengua que permite, entre otras cosas, la extracción de leche del pecho de la madre. En concreto, o bien ejerce más fuerza o no tiene la capacidad de efectuar un agarre profundo, causando dificultades tanto para el bebé como para la madre. Además, este trastorno puede afectar al desarrollo orofacial (es decir, bucal) del bebé, además de a la manera en que come, habla y traga.
La importancia de realizar un diagnóstico correcto
Gracias al incremento de la lactancia materna como la alimentación más natural y saludable en el recién nacido, la anquiloglosia ha comenzado a detectarse con más rapidez. Muchas madres acuden a consulta porque siguen sintiendo dolor o bien comprueban que su bebé no está ganando peso de manera adecuada. Pues bien, uno de los motivos puede ser la presencia de frenillo sublingual corto.
En madres lactantes se presentan síntomas locales en el pecho, como dolor, heridas en el pezón y baja producción de leche; y en el lactante síntomas generales como rechazo del pecho, tomas largas e ineficaces, poca ganancia ponderal, ingesta de aire y, al final, el cese de la leche materna.
Alexander Siles determina que es imprescindible realizar un diagnóstico correcto. “Una vez que está confirmado, el tratamiento es quirúgico y se denomina frenectomía”, informa. En concreto, matiza que se puede realizar de varias maneras, siendo lo habitual una frenectomía clásica o bien mediante tecnología láser, permitiendo así que el bebé no pase por quirófano. “La frenectomía libera esta lengua anclada para que pueda recuperar su función normal”, añade.
El experto matiza que es muy importante formar a los padres en la rehabilitación de la herida y la movilidad lingual, así como realizar un seguimiento y acompañamiento adecuado por el cirujano pediátrico, matrona, fisioterapeuta infantil y logopeda pediátrico, con el fin de conseguir los mejores resultados. “En concreto, tanto para recuperar la lactancia materna como para evitar todos los problemas futuros relacionados con la anquiloglosia”.
¿En qué escenarios concretos podemos detectar esta anomalía?
Existen varias características pero puede que no se presenten todas a la vez. Lo importante es, que si observamos alguno de estos signos, derivemos a un profesional especializado en anquiloglosia:
- La lengua del bebé no sube cuando llora ( hundiéndose en el medio y subiendo en los laterales)
- El bebé no puede sacar la lengua bien de la boca
- Presenta una muesca en la lengua, teniendo ésta forma de corazón
- El paladar puede presentar una hendidura muy profunda (debido a que la lengua no puede reposar en el paladar cuando el bebé cierra la boca).
Las consecuencias de la lengua anclada o anquiloglosia
- Problemas para dar el pecho: al mamar, el bebé debe mantener la lengua sobre la encía inferior mientras succiona. Si no puede mover la lengua ni mantenerla en la posición correcta, el bebé podría masticar en lugar de succionar el pezón. Esto puede causar dolor significativo en el pezón e interferir en la capacidad del bebé de obtener leche materna. En última instancia, la lactancia deficiente puede provocar una alimentación inadecuada y falta de crecimiento.
- Dificultades en el habla: la lengua anclada puede interferir en la capacidad de emitir determinados sonidos.
- Puede interferir con otras actividades orales: la lengua anclada puede interferir en actividades como lamer un helado, los labios, dar un beso o tocar un instrumento de viento.
Como conclusión, el experto reitera que la anquiloglosia o frenillo sublingual corto no es algo nuevo. “Hoy en día muchas madres eligen la lactancia materna y, por tanto, las dificultades que aparecen en relación con ella provocan que médicos y familias busquen la causa de esta complicación, siendo la anquiloglosia una de las causas. No es un trastorno desconocido, simplemente, ahora conocemos más en detalle sus causas, consecuencias y el tratamiento. Eso sí, no solo afecta a los bebés. Es importante ese diagnóstico a tiempo para que no repercuta en el niño en el futuro”