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La educación en idiomas es un tema al que cada vez damos más relevancia, especialmente durante la última década. La oferta lingüística es uno de los factores fundamentales que determina, en muchas ocasiones, la elección del centro educativo.
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“Aprender un nuevo idioma abre la mente de los niños, ya que, al familiarizarse con una lengua, su cerebro comienza a desarrollarse, adquiriendo una mayor capacidad de concentración mientras estudian y generando una mejora en la atención y en la memoria”, explican desde ‘English Class’, expertos en clases de inglés online para niños.
En concreto, empezar con la enseñanza de segundos o terceros idiomas desde pequeños favorece el desarrollo de los niños en muchos aspectos. Hablamos con Neil John Barnes, director del colegio British School of Valencia, colegio británico de Valencia, para conocer todos sus beneficios.
Estimula la memoria y la creatividad
El experto nos explica que, al tratarse del aprendizaje de una lengua que no es la materna, el cerebro desarrolla la habilidad, sin darse cuenta el individuo, al hacer un ejercicio de traducción mental inmediato de eso que se quiere decir.
“Gracias a ello serán capaces de retener más información y, por ende, desarrollar su memoria desde pequeños ya que ejercitan al cerebro para cumplir con esta tarea”, indica Neil John Barnes.
En este sentido, concluye que aprender nuevos idiomas también es una herramienta que permite estimular la creatividad, puesto que nos obliga a pensar de manera divergente, nos ayuda a conectar diferentes ideas entre sí y contribuye a que nuestra mente trabaje a mayor rendimiento.
El aprendizaje es más fácil, rápido y natural
Cuando un niño empieza a empaparse día a día de un nuevo idioma a una edad temprana, como son los dos años, su cerebro pasa a funcionar literalmente como una esponja.
“Ese nuevo idioma, en un principio desconocido, se convierte en algo cotidiano por lo que se aprende de una forma completamente natural, haciendo que ese aprendizaje sea mucho más sencillo si lo comparemos con un adulto que empieza desde cero sin tener una base previa”, matiza.
Repercute beneficiosamente en los resultados académicos del resto de asignaturas
El aprendizaje de idiomas requiere de una constancia y de un trabajo extra que permite a los alumnos desarrollar otras muchas habilidades transferibles a las demás asignaturas.
“Un alumno capaz de desenvolverse en más de una lengua adquiere una visión del mundo mucho más amplia, que en cierta medida les puede facilitar su itinerario académico en todos los aspectos”, sostiene.
Favorece que el niño sea más sociable
Los alumnos, además de conocer nuevos idiomas, pasan a conocer la cultura donde se hablan esos idiomas. “Sus miras se abren y adquieren un concepto más globalizado entorno al aprendizaje de esa nueva lengua”, explica Neil John Barnes.
Además, esta apertura de miras les permitirá desarrollarse de manera integral y les ayudará a que sean más abiertos y extrovertidos a la hora de relacionarse con el resto.
Más oportunidades a largo plazo
Vivimos en un mundo completamente globalizado.Dominar segundos o terceros idiomas, además de aumentar las posibilidades a la hora de encontrar un empleo, ayuda a conocer y aumentar las posibilidades de poder relacionarse con personas de otras culturas.
Es un hecho que, hoy en día, el multilingüismo se ha convertido en una herramienta indispensable en la sociedad que vivimos y especialmente en el plano profesional y laboral. Hablar varios idiomas les abrirá las puertas de su futuro.
Además, al haber aprendido desde pequeños, dominarán la pronunicación, siendo ésta una gran ventaja competitiva. Esto sucede porque los niños no tienen problemas a la hora de hablar en otro idioma, ya que no tienen miedo o avergüenza de ser corregidos.