"Todo lo que hagamos con el niño dará sus frutos, no sólo en ese momento, sino en el adulto que está destinado a ser”, decía María Montessori, pedagoga, psicóloga y psiquiatra.
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Si Montessori vuelve hoy a estar en primera línea de la actualidad no es por casualidad. Cada vez son más los centros educativos que han incorporado la pedagogía de la doctora italiana en sus clases, logrando propagarse en diferentes países del mundo gracias a su universalidad.
Se trata de una propuesta educativa que parece novedosa, pero que, en realidad, lleva más de un siglo vigente. Analizamos las ventajas y desventajas de elegir un colegio Montessori para nuestros hijos.
¿Por qué elegir el método Montessori?
Las familias suelen elegir la educación Montessori porque se ajusta a su estilo de crianza, a sus opiniones sobre la educación infantil y a las aspiraciones para sus hijos.
Así lo explica Abigail Kay, responsable de infantil en el centro The English Montessori School de Madrid, quien sostiene que los padres con una mentalidad Montessori comprueban que los niños son inmensamente capaces y valoran igualmente la importancia del bienestar de los niños y de lo académico.
“Los padres que eligen un centro Montessori para sus hijos lo hacen por este énfasis en el aprendizaje autodirigido y la dedicación al crecimiento individual”, añade la experta.
Además, las escuelas con el sistema Montessori inspiran confianza, alimentan el deseo innato del niño de aprender, descubrir y desarrollar sus habilidades de interacción social en un entorno en el que los profesores son alentadores, se comprometen y valoran al niño individualmente.
“Con esta metología las habilidades aprendidas se trasladan a casa, donde los niños disfrutan ayudando con tareas domésticas como doblar la ropa, poner la mesa o barrer el suelo”, concluye Abigail Kay.
Los padres, un pilar imprescindible
La experta en infantil del mencionado centro concluye que la educación Montessori es clave para fomentar la colaboración entre los alumnos, los profesores y las familias, ya que considera que una relación cercana de los padres con la escuela tiene un impacto positivo muy importante en el desarrollo del niño.
“Una educación Montessori atiende al niño en su totalidad y depende del apoyo mutuo de todos los cuidadores. Los padres son vitales para que el niño alcance su máximo potencial y disfrute de la experiencia escolar”, garantiza Abigail Kay.
¿Tiene alguna desventaja la metodología Montessori?
Como todos los métodos pedagógicos puros, Montessori tiene algunas desventajas que se deben tener en cuenta.
“Esta metodología va de 0 a 18 años, pero en España no hay centros Montessori de 12 a 18. Es decir, se desarrolla en aulas de infantil y los primeros años de primaria”, detalla Elena Olivares, guía Montessori.
Por tanto, uno de los inconvenientes, según apunta la pedagoga Irene León Domínguez, es que “al no darse en etapas superiores, ese periodo de adaptación puede suponer un problema en el futuro”.
Parte de la metodología Montessori también puede aplicarse en colegios o guarderías ordinarias, aunque su presencia es minoritaria. En estos casos, lo acogen como parte de su plan de enseñanza, aunque siendo estos una minoría. “Pero no tienen por qué tener la formación de guía. Solo es obligatorio en los centros AMI, la Asociación Oficial Montessori, y sí regula las escuelas, pero en España son privadas”, matiza la experta.
La guía nos detalla que estos centros, muchos públicos, suelen comprar algunos materiales; por ejemplo de matemáticas, y la profesora suele formarse para saber cómo explicarlo.
En este sentido, la pedagoga apunta que esta metodología conlleva un coste, que sería una de las grandes desventajas, ya que se necesita cierto material de aprendizaje. “Estos materiales cuestan una barbaridad y, si ese aprendizaje se quiere reforzar en casa, podrá suponer un problema”.
El coste se incrementa al necesitar más personal educativo para poder hacer frente a esta atención personalizada que exige pocos alumnos en cada aula. Para que nos hagamos una idea, en las aulas de centros Montessori suele haber dos maestros, el guía (especializado en metodología Montessori) y el maestro de apoyo, que se encargará de regular el clima mientras los alumnos trabajan.
Por otro lado, así como los niños se benefician del ciclo de trabajo en el que se les da la libertad de elegir su trabajo y a su propio ritmo, la pedagoga asegura que no todos los niños están preparados para aprender de manera autónoma o elegir su propio aprendizaje.
“El ritmo de aprendizaje varía totalmente en función de la motivación y el interés de cada persona, por lo que cada uno llevará su ritmo, lo cual es genial... pero, ¿hasta qué punto consideramos que realmente se va incrementando ese aprendizaje?”, se pregunta.
Irene León Dominguez reitera que también habría que reflexionar sobre el avance de cada niño, ya que este aprendizaje varía según el índice de motivación: “Si este interés realmente no se está dando, no se encuentran en igualdad de condiciones puesto que su aprendizaje realmente llega a ser inferior”.