La fertilidad femenina presenta un pico máximo entre los 20 y 30 años de edad. Sin embargo, por diferentes factores externos, actualmente las parejas deciden buscar el embarazo cada vez más tarde. En España, la media de parto ha pasado de los 25 años, en 1975, a los 32, hoy en día, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
El retraso de la edad para concebir un bebé es uno de las causas determinantes y más comunes de la infertilidad. “La principal causa de infertilidad actualmente en nuestro medio, es la edad avanzada de las parejas o mujeres solas que buscan embarazo. Esto se explica por la presencia de anomalías a nivel embrionario. La mayoría de estas alteraciones están relacionadas con problemas genéticos en el embrión que se forma. Estas alteraciones están fuertemente ligadas al envejecimiento celular, por eso la edad es el factor más asociado con infertilidad en los países occidentales”, dice la doctora Verónica Martínez Vidal (www.veronicamartinezvidal.com), Ginecóloga y Obstetra, experta en fertilidad de la Unidad de Reproducción Asistida del Hospital Universitario La Moncloa.
Se estima que un 30% de las causas de infertilidad suelen provenir del varón, más del 35% de la mujer y en más del 10% de los casos, de ambos. Pero también es probable no encontrar ninguna alteración ni en el hombre ni en la mujer. La doctora nos comenta que otras causas asociadas a esterilidad femenina serían: “Problemas a nivel del aparato genital como obstrucciones de las trompas de Falopio (por infecciones mayoritariamente causadas por enfermedades de transmisión sexual, endometriosis, secuelas postquirúrgicas, etc.), trastornos de la ovulación o malformaciones y patología en el útero (miomas, septos, adenomiosis, endometritis, etc.). Además, existen algunas enfermedades que disminuyen prematuramente la reserva del ovario (endometriosis, enfermedades autoinmunes, alteraciones genéticas, etc.)”. Mientras que entre las causas más comunes asociadas al sexo masculino: “Sobre todo nos encontramos con disminución de la movilidad de los espermatozoides (astenozoospermia) o alteraciones de su forma (teratozoospermia). En algunos casos pueden incluso no producirse (azoospermia)”, señala.
Cuándo es el momento de acudir a un especialista
Cuando la imposibilidad de conseguir un embarazo en una pareja se alarga más de un año puede existir la posibilidad de infertilidad. Actualmente, esto ocurre en un 15% de las parejas, pero con ayuda médica, más de la mitad pueden conseguir su objetivo. La doctora nos comenta que, generalmente, recomiendan tener en cuenta el factor de la edad a la hora de acudir a un especialista. “Si se trata de parejas con una edad menor a 35 años, habría que consultar tras un año de intento de embarazo (con relaciones espontáneas, aunque no se hayan planificado en los días más fértiles). Se calcula que la media mensual de gestación está en torno a un 20%, siendo el porcentaje de embarazo espontáneo en el primer año del 92,1%. Por encima de esa edad, se recomienda consultar antes, pasados 6 meses de intento, puesto que el margen de tiempo acción en esos casos es más limitado y es conveniente identificar cuanto antes el problema para poder buscar una solución”, aconseja.
Tan importante es cuidar el estilo de vida, la alimentación y la actividad física como plantearse qué dejar de hacer, que vaya en detrimento de la fertilidad. “Cuidar nuestra alimentación, haciendo especial hincapié en el consumo de antioxidantes (frutas y verduras), evitando procesados y azúcares. Evitar el consumo de tóxicos como el tabaco, alcohol, y cafeína en exceso. Además de realizar actividad física de manera regular y cuidar el sueño y el descanso que son momentos en los que nuestro cuerpo reparar posibles daños celulares”, son algunas de las recomendaciones que indica la doctora.
Cuáles son las pruebas diagnósticas que se realizan en una Unidad de Reproducción Asistida
Hay que partir de la base de que los casos de esterilidad ocurren en, aproximadamente, el 10% de la población y que la prevalencia por sexos es similar, tal y como hemos apuntado anteriormente. Según la la doctora Verónica Martínez Vidal, los estudios que se realizan, en cuanto a pruebas diagnósticas de infertilidad, serían los siguientes:
En el caso de los hombres
La prueba básica es un seminograma. “Que nos va a permitir identificar la existencia de espermatozoides, su cantidad, la movilidad que presentan o si existe algún problema en su producción. En función de estos resultados puede ser necesario ampliar el estudio con la solicitud de otras pruebas diagnósticas”, explica la doctora Martínez.
En el caso de las mujeres
En cuanto a las mujeres, el estudio es algo más complejo, nos dice la experta. “Por un lado, existen pruebas para valorar la reserva del ovario, como la hormona antimülleriana y otros estudios analíticos hormonales y por otra parte, la valoración anatómica del útero y de las trompas mediante pruebas de imagen como una ecografía o una histerosalpingografía (estudio de la permeabilidad de las trompas)”. Y añade: “Me gustaría aclarar el concepto de compatibilidad con la pareja, no podemos hablar de que existan o no personas incompatibles si no de parejas que puedan tener un mayor o menor riesgo genético de transmitir enfermedades genéticas a su descendencia como pueden ser las enfermedades autosómicas recesivas. Mediante estudios de paneles genéticos podemos identificar el estado de portador en los pacientes y el riesgo a priori”.
Cuáles son los tratamientos de fertilidad que existen actualmente
La especialista en fertilidad nos cuenta que existen recursos terapéuticos muy eficaces que permiten solventar muchos de los problemas a la hora de concebir. Por una parte, se puede abordar la inducción de la ovulación con fármacos, incluso vía oral, en casos de trastornos ovulatorios, hormonales o déficit de fase lútea que: “En algunas ocasiones técnicas como la inseminación artificial, ayudan a resolver problemas de movilidad espermática y ovulación facilitando la fecundación”, aclara.
Pero sin duda, “la técnica más avanzada sería la Fecundación In Vitro (FIV) que soluciona problemas a nivel de las trompas, y espermáticos mediante la inyección intracitoplasmática del espermatozoide (ICSI) y permite optimizar el proceso existiendo un mayor control sobre el mismo”, apunta la especialista.
Existen otros casos de prevención, como pueden ser la congelación de ovocitos o de semen, realizados sobre todo en enfermedades como pueden ser procesos oncológicos, endometriosis, etc., o cuando se prevee postergar la maternidad.
Asimismo, la experta nos cuenta que: “También existe la posibilidad de realizar estudios genéticos embrionarios y hacer un diagnóstico genético implantacional (DGP) que va a posibilitar elegir a embriones sin determinadas alteraciones genéticas. En España la legislación permite la donación de gametos tanto femeninos como masculinos, así como de embriones en aquellos casos en los que el embarazo no sea posible con gametos propios”.
La doctora Martínez concluye asegurando que gracias a todas estas herramientas terapéuticas, y a que España sea uno de los países de referencia a nivel internacional en Reproducción Asistida, muchos pacientes hoy en día pueden conseguir su objetivo de formar una familia.