Dinamarca se encuentra en el ránking de los cinco países más felices del mundo desde 1973. ¿Quizá porque goza de uno de los estados con mayor bienestar del mundo? ¿Porque tiene uno de los índices de corrupción más bajos del planeta? ¿Por su sistema socioeconómico?
“Como parte de Escandinavia, Dinamarca goza de un sistema que repercute de forma decisiva en la visión que los daneses tienen de su propio país y que garantiza la cobertura universal de todas las necesidades de sus habitantes como, por ejemplo, el derecho a una educación”, analizan desde Aulaplaneta, área de educación del Grupo Planeta.
Según apuntan, se trata de una formación que destaca en los índices internacionales por su gratuidad, su elevada calidad y su reputación dentro y fuera de sus fronteras. ¿Cuáles son, por tanto, las particularidades de este modelo educativo imitado ya en media Europa?
Un círculo de crianza feliz que se repite generación tras generación
La psicóloga Jessica Joelle Alexander y la psicoterapeuta Iben Dissing Sandah concluyen que la razón reside en su forma de crianza, de la que profundizan en su libro ‘Cómo criar niños felices’.
En él, exponen que el método danés busca desarrollar la autoestima y el talento de nuestros hijos. “Los padres daneses crían hijos felices que crecen para ser adultos felices que repiten este ciclo. Esto se logra gracias a que, desde pequeños, los niños están en contacto con sus sentimientos, tienen seguridad en sí mismos y la capacidad para ver el lado positivo de las cosas”, detallan en ‘Cómo criar niños felices’. En definitiva, busca modificar nuestros viejos hábitos y formar niños que se conviertan en adultos plenos y tolerantes al fracaso.
Las claves de su crianza
El método danés recoge seis claves muy concretas que nos invitan a importar al español aspectos que sí funcionan:
- E-nseñarles a jugar
- D-efinir su autenticidad
- U-tilizar la redefinición
- C-rear empatía
- A-prender a no dar ultimátums
- R-eforzar el hyggie (un concepto danés referido al tiempo de calidad que pasamos con nuestros seres queridos).
“A veces olvidamos que criar, así como amar, es un verbo”. Es una de las frases que más aparecen en el libro. “Gramaticalmente, claro que criar es un verbo, ¿pero realmente lo ejercemos como tal? A veces es necesario hacer un alto para cuestionar de dónde provienen nuestras reacciones a conductas normales en nuestros hijos, para finalmente romper un patrón de conducta propio que impacta a quienes nos rodean, principalmente a quienes más amamos. Hasta entonces, podremos ejercer una crianza en conciencia y no reactiva.
1. Enséñales a jugar
Una de las claves imprescindibles en el método danés es dar a nuestros hijos tiempo para que jueguen y disfruten, dejando de lado las pantallas, que cada vez les amenazan más y limitan el desarrollo de su imaginación.
La psicóloga infantil Anna Tardos, hija de Emmi Pikler y autora de ‘El adulto y el juego’, expone que el juego en los niños se presenta desde los primeros meses de vida de manera natural: “Es una forma de acercarse a la vida y a la sociedad, también es una forma de reconocerse y diferenciarse de los demás, conocer el mundo y sus propiedades”.
2. Deja que sean auténticos
La autenticidad habla sobre la idea de dejarles ser ellos mismos y no compararlos con nadie. Uno de los errores que cometemos mucho los padres es querer modelar a los hijos a nuestra imagen y semejanza.
Ser auténtico también habla de seguridad, y ésta solo es posible ayudando a los niños a que puedan volverse expertos en algo. Para lograrlo, hay que dejar que se equivoquen y no tengan miedo a intentarlo de nuevo.
Si, como padres, trasmitimos que los errores son un reflejo de su incapacidad, será imposible potenciar sus cualidades y fomentaremos su inseguridad. Al final, se frustrarán y tratarán de evitar cualquier escenario que les exponga a posibles errores.
3. Utiliza la redefinición
Otra de las características del método danés es que evitan usar un lenguaje negativo o limitante con los niños. En su lugar, buscan transmitir una actitud positiva que les ayude a enfrentar situaciones complicadas.
¿Cómo lo hacen? Utilizando el mecanismo de la redefinición. Es decir, mostrándoles que todo depende de nuestro punto de vista... puesto que nada es blanco o negro.
4. Crea empatía
La forma de mantener relaciones sanas es reforzando su empatía desde pequeñitos. Este método entiende que, sin empatía, es muy fácil caer en un nivel autoritario que no entiende más allá de lo que está bien o mal, sin razonar el porqué.
Sin empatía se puede caer en el narcisismo y, en algunas ocasiones, llegar a desembocar en problemas mayores, como la violencia.
5. Aprende a no dar ultimátums
Los daneses apuestan por un sistema democrático en el que los padres no sientan cátedra. Es decir, donde desaparezcan frases tipo “porque lo digo yo y punto”. Al final, ese tipo de comentarios no ayudan para nada al niño durante su crianza. Eso sí, es cierto que llegado a un punto extremo siempre será necesario marcar bien los límites.
6. R-efuerza el hyggie
Esta palabra esconde una definición casi budhista y uno de los términos más empleados en la filosofía danesa. Un concepto referido al tiempo de calidad que pasamos con nuestros seres queridos, pero también con nosotros mismos. Tiene mucho que ver con la sensación de paz y por eso nos invitan a buscar esa sensación en cualquiera de los hábitos de nuestra vida.