En cada niño, los dientes tienen una forma y van saliendo de un modo, dependiendo, en parte, de su genética, pero también de otros factores como ciertos hábitos que pueden condicionar la posición de la dentadura. Por ejemplo, si el pequeño tiene la costumbre de chuparse el dedo, o ha llevado chupete de forma prolongada (más allá de los dos años), tiene más riesgo de que los dientes se coloquen de forma inadecuada.
Para ti que te gusta
Lee 8 contenidos al mes solo con registrarte
Navega de forma ilimitada con nuestra oferta
1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Para corregir tanto la posición de los dientes, como la mordida y la oclusión, se suele recurrir a la ortodoncia. Filipa Pereira, directora médica de Caser Dental, nos cuenta las particularidades de la misma en la población infantil.
Las revisiones con el ortodoncista
Las anomalías que exigen corrección mediante ortodoncia no son meramente estéticas. Es cierto que unos dientes bien alineados pueden resultar más agradables, pero, al margen de eso, cuando hay una maloclusión, que se produce si los dientes no encajan bien, hay riesgo de otro tipo de problemas que pueden afectar a la salud, como una interferencia en el sueño, dolores cervicales, bruxismo...
“La edad adecuada para tratar las maloclusiones varía según el tipo de problema y su gravedad. Por lo tanto, es aconsejable consultar al ortodoncista tan pronto se descubra una anomalía”, explica la experta. No obstante, su consejo es acudir al ortodoncista para una revisión en profundidad, se haya detectado o no una alteración, a los seis años de edad para que pueda valorar al niño. Y, en todo caso, citarse con el odontólogo al menos una vez al año “para que pueda detectar de forma precoz cualquier problema”.
¿Qué tipos de tratamientos hay?
Hay ciertas maloclusiones que se pueden intentar corregir, antes de llegar a la ortodoncia, con otros métodos. Hablamos de la rehabilitación neuro-oclusal, que será dirigida por el odontólogo.
En el caso de la ortodoncia propiamente dicha hay dos tipos de tratamiento, fundamentalmente:
- Tratamientos interceptivos. Se aplican a edades tempranas. “Se orientan a la corrección de toda alteración incipiente, dado que, de no tomarse algún tipo de medidas, empeoraría la maloclusión”, detalla Filipa Pereira. Por ejemplo, son tratamientos interceptivos los expansores de paladar y las máscaras que estimulan el desarrollo de la mandíbula.
- Tratamientos correctivos. Se aplican a partir de los 10-12 años y se recurre a ellos “cuando el tratamiento interceptivo no se ha realizado, o bien no ha resultado suficiente por la naturaleza de la maloclusión”, apunta la especialista de Caser Dental.
Los tratamientos correctivos pueden ser fijos, los conocidos brackets, o bien removibles. Todo dependerá de la madurez del niño para llevar uno u otro o del problema a tratar. Eso sí, se suele esperar a que estén todas las piezas dentales definitivas, por lo que se recurre a ellos fundamentalmente en la adolescencia, cuando los dientes de leche ya han sido sustituidos.
¿Cuánto tiempo llevará ortodoncia?
Si hablamos de ortodoncia interceptiva, es un tratamiento que tiene una duración determinada y que concluye con la dentición temporal o mixta. Haber llevado estos aparatos “no descarta la posibilidad de una corrección posterior, ante la aparición de otro problema o bien porque no ha resultado suficiente por la naturaleza de la maloclusión”, indica la especialista.
En cuanto a los tratamientos correctivos, como los brackets, su duración es variable, aunque lo más habitual es que se prolongue entre un año y medio y tres años, dependiendo de la complejidad del caso.
Precauciones a seguir si el niño lleva ortodoncia
No hay ninguna condición médica que impida que un niño lleve ortodoncia, pero “es importante que se traten todas las caries antes de empezar el tratamiento de ortodoncia y se realice una higiene oral si es necesaria”, apunta Filipa Pereira.
Cuando el niño lleva brackets hay que cambiar ligeramente su dieta, ya que no podrá morder ciertos alimentos, como manzanas o bocadillos, pues debe cortar y masticar con los molares. “Se deben evitar alimentos crujientes y pegajosos para que no se despeguen los brackets. Tampoco debe morder uñas, bolígrafos o cualquier otro objeto”, alerta.
En las ortodoncias removibles es necesario cierto compromiso y responsabilidad del menor para no perder el aparato. Y en las ortodoncias fijas habrá que prestar atención a las posibles rozaduras o llagas que ocasione aparato y realizar siempre una técnica de higiene oral correcta para que la boca quede bien limpia y no proliferen bacterias que puedan dar lugar a caries.