Durante su estancia en el vientre materno, el cordón umbilical suministra oxígeno y nutrientes al niño. Así, es el ‘conector’ del bebé con la placenta, un órgano cuyo único fin es dar soporte vital al feto durante esos nueve meses. Una vez que el pequeño nace, hay que pinzar el cordón. Pero hay muchas formas de hacerlo.
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Laia Casadevall es matrona independiente y fundadora de la Plataforma científica en defensa del pinzamiento óptimo del cordón umbilical (@pinzamientoptimo, en Instagram). Le hemos preguntado cuáles son las implicaciones.
Los diferentes tipos de pinzamiento del cordón
Tras el nacimiento, hay que pinzar el cordón umbilical, pues el bebé comienza a ser independiente de su madre en esas funciones vitales que venía haciendo la placenta y que facilitaba el cordón.
Este se puede pinzar de distintos modos, tal como explica la experta:
- Pinzamiento precoz. Es el que se realiza durante los primeros 30 segundos de vida del bebé.
- Pinzamiento temprano. Se lleva a cabo entre los 30 segundos y el minuto de vida.
- Pinzamiento tardío. Ocurre entre el primer minuto y los cinco primeros minutos de vida.
- Pinzamiento óptimo. No tiene en cuenta el tiempo y respeta la fisiología de la placenta.
¿Por qué optar por el pinzamiento óptimo del cordón?
Tradicionalmente, el cordón se ha pinzado de forma precoz, casi instantáneamente. “El pinzamiento precoz se instauró, sin ninguna base científica, como parte del manejo activo del alumbramiento de la placenta, cuando empezó la medicalización del parto y el nacimiento”, destaca Laia Casadevall, que, además, es autora de Guía para un embarazo consciente (Ed. Vergara).
Pero tanto la evidencia científica como las recomendaciones de los organismos oficiales van, en la actualidad, por otro camino bien distinto, pues abogan por “respetar el pinzamiento tardío u óptimo para todos los bebés (a término o prematuros), independientemente del tipo de parto (vaginal o cesárea)”, advierte.
Tal como detalla, “el pinzamiento óptimo del cordón se realiza cuando este está blanco, flácido y sin latido o se ha alumbrado la placenta”. Hacerlo de este modo asegura que el recién nacido reciba todo su caudal sanguíneo “ya que al nacer, un tercio de su sangre sigue dentro de la placenta y esta se va transfundiendo paulatinamente al bebé durante los primeros minutos de vida, asegurando el aporte necesario de oxígeno y volumen sanguíneo”, detalla.
Todas las ventajas del pinzamiento óptimo
Ya sabemos que con el pinzamiento óptimo del cordón umbilical el niño recibe todo el aporte posible de oxígeno y sangre, pero ¿cómo repercute esto en su salud? Los beneficios pueden verse tanto a corto como a largo plazo y la evidencia científica señala que recibir toda la sangre que pertenece al nacer tiene estos beneficios:
- Asegura mayor peso al nacimiento.
- Hay una concentración más alta de hemoglobina y ferritina en sangre.
- A consecuencia del punto anterior, se reducen las posibilidades de tener anemia durante el primer año de vida.
- Hay un aporte más elevado de oxígeno.
- Hay más células madre que reparan tejidos.
- Se observan ventajas a largo plazo en las habilidades motoras y finas de los niños.
“Por lo tanto, privar a una criatura de un pinzamiento óptimo es privarle de beneficios que repercuten en su salud a corto y largo plazo”, alerta la fundadora de la Plataforma científica en defensa del pinzamiento óptimo del cordón umbilical.
¿Qué sucede con los niños prematuros?
Si el pinzamiento tardío o el pinzamiento óptimo son importantes para cualquier recién nacido, mucho más lo es para los bebés prematuros. “En este grupo de criaturas se ha visto una drástica reducción de la mortalidad cuando reciben toda su sangre. Además, tienen menor riesgo de enterocolitis necrotizante, menor riesgo de hemorragia intracraneal o de recibir transfusiones sanguíneas”, subraya la especialista. La enterocolitis necrotizante es una afección muy grave que consiste en el daño de tejido de la pared intestinal; afecta a muchos prematuros.
Los padres pueden solicitar por escrito en su plan de parto sus preferencias también en este sentido, uniéndolas a otras peticiones para ese momento clave, como si la madre querrá o no epidural, la postura para dar a luz y otras consideraciones. “Es su derecho elegir el tipo de pinzamiento que desean para su criatura. Los beneficios son muchos y, a día de hoy, no se ha demostrado ningún perjuicio para el pinzamiento óptimo”, concluye Laia Casadevall.