Cualquier persona puede padecer alguna vez una diástasis abdominal independientemente de la edad, de su actividad física diaria o de su sedentarismo. Pero, concretamente, existe un periodo determinado en la vida de una mujer, como es el embarazo, donde el 66% de las mujeres padecen de diástasis de rectos durante el tercer trimestre. La principal función de estos músculos es la de contener la franja abdominal, mantener el cuerpo erguido , y al mismo tiempo permitir que el tronco se flexione, la inclinación del cuerpo, así como contraer la inspiración y la espiración.
Pero, ¿cuándo se habla de la existencia de una diástasis abdominal? “La diástasis es la separación de los rectos abdominales, que en condiciones normales están unidos por un tejido rico en colágeno, además de la falta de tensión de la línea alba y de fuerza muscular. Puede aparecer tanto en mujeres como en hombres, y se considera que hay una diástasis abdominal cuando la separación entre los rectos es mayor a 2,5 cm”, nos cuenta la fisioterapeuta experta en suelo pélvico, Marta Pérez Mut (@suelopelvicovlc), de la Clínica Mi Maternidad (@mi.maternidad.mima).
Consecuencias de la diástasis abdominal
El embarazo es un periodo de tiempo en el que la madre debe soportar todos los cambios provocados por el bebé para su bienestar a lo largo de los 9 meses. Esto implica el sobrepeso que deben sostener sus abdominales, su columna, su suelo pélvico… que trabajan en armonía ya que, si alguno de ellos fracasa, el fallo actuaría en cadena. “La diástasis aparece en casi todas las embarazadas a partir de la semana 35-37 de embarazo para favorecer el crecimiento del bebé. Por lo tanto, casi todas las mujeres parten con una diástasis inicial tras el parto”, nos comenta la fisioterapeuta.
La diástasis abdominal produce una pequeña abertura de las membranas que protegen las abdominales, algo que físicamente puede hacerse evidente dependiendo de su hendidura. Pero la diástasis, no se trata tan solo de un problema estético, sino que va mucho más allá, porque puede traer consecuencias como:
- Lumbalgia
- Dolores de espalda por malas posturas (debido al desequilibrio)
- Debilidad del suelo pélvico
- Malas digestiones
- Hernias abdominales
¿Cómo hacerte un ‘autotest’ para saber si tienes diástasis?
“Para realizar el autotest de la diástasis, hay que partir desde la posición de tumbada boca arriba sobre una superficie dura, con las rodillas dobladas y pies apoyados en el suelo. Hay que colocar los dedos de una mano, justo encima del ombligo, en línea recta (siguiendo la línea alba), y la otra mano por debajo del obligo, también en línea recta siguiendo el recorrido. Desde esta posición, doblar la cabeza levantándola del suelo junto con los hombros. Si al hacer este gesto, los dedos se hunden y hay una separación mayor de 2,5 cm, significará que hay una diástasis abdominal”, nos explica la especialista en suelo pélvico.
Pasada la cuarentena, y en el caso de una césarea, pasados 60 días, se recomienda realizar una valoración abdominal y de suelo pélvico por un profesional para evaluar una posible diástasis abdominal. “Aunque también existen otros factores que hay que tener en cuenta para acudir a la consulta”, sugiere la experta, como son: “Abombamiento abdominal excesivo tras el parto, hernia abdominal, indigestiones, incontinencia urinaria y/o prolapso (descenso de los órganos pélvicos), dolor lumbar y poca fuerza abdominal”.
¿Cómo es la rehabilitación de una diástasis abdominal?
“Cada diástasis es diferente y cada cuerpo tiene unos tiempos de recuperación. No hay una fórmula mágica. Lo ideal es realizar una valoración y adaptar los ejercicios a cada paciente”, nos cuenta la fisioterapeuta. El tratamiento que se considera convencional para la diástasis abdominal está basado en la reeducación postural y que todos los ejercicios trabajen en línea abdomen, pelvis y suelo pélvico. Mientas que, por otro lado, evitar todas aquellas actividades físicas de impacto, ni por supuesto abdominales tradicionales, porque harían un flaco favor a la función reconstructiva del colágeno por el que están formados los rectos abdominales. “En términos generales, el tiempo de recuperación suele ser entre 8-16 semanas. Los fisioterapeutas especializados en este campo tenemos a nuestra disposición una batería muy amplia de herramientas para recuperar la diástasis abdominal, entre ellas: ejercicios de fuerza adaptados, ejercicios hipopresivos, método 5P, radiofrecuencia, neuromodulación, etc.”, asegura.
Ejercicios para hacer en casa (pero siempre bajo supervisión)
Las mujeres que sufran algún problema de esta índole deben acudir a un profesional especializado y no realizar ningún ejercicio por su cuenta en casa ya que se corre el riesgo de realizar ejercicios no recomendados o realizar una mala ejecutación de los mismos y en consecuencia, empeorar la diástasis. “En caso de querer hacer algún ejercicio en casa sin supervisión ni valoración previa, se aconsejan lo ejercicios isométricos, es decir, ejercicios que nos obligan a mantener la tensión muscular abdominal sin contracciones ni extensiones”, recomienda la experta y nos pone como ejemplo: “Una plancha abdominal o plancha lateral. Siempre de en posiciones de menor dificultad (rodillas apoyadas en el suelo) a mayor dificultad (rodillas extendidas y codos flexionados)”, concluye.