En España hay tres millones de personas con asma, mientras que la dermatitis atópica afecta a un millón y medio de pacientes. Cuando alguna de las dos se manifiesta de forma grave hay una respuesta excesiva del sistema inmunitario ante determinados agentes (alérgenos) o desencadenantes. Es una reacción que recibe el nombre de inflamación tipo 2.
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Así, el asma y la dermatitis atópica graves son más difíciles de controlar y suponen, tanto para el paciente como para sus familias, una merma en su calidad de vida. Recientemente ha habido una novedad en el abordaje terapéutico de estas dos enfermedades. Te lo contamos.
¿Cómo impacta el asma y la dermatitis atópica graves?
Los niños y los adolescentes con asma o con dermatitis atópica graves sufren distintos problemas en diversos ámbitos de su vida, ya sea desde el punto de vista emocional, físico, social, escolar o psicológico.
Además, en muchos casos, ambas patologías confluyen en el mismo paciente. Así, más del 85% de los niños con dematitis atópica tienen también otra enfermedad inflamatoria tipo 2, que es el asma en la mitad de las ocasiones. Estos datos se elevan hasta el 93% cuando hablamos de adolescentes con dermatitis atópica moderada-grave, pues hasta el 81% de ellos también tiene asma.
Estas enfermedades no solo impactan en los niños o adolescentes, sino también en sus familias. Por ejemplo, según datos facilitados por Sanofi, los progenitores pueden pasar hasta 12 horas a la semana cuidando de la dermatitis atópica de sus hijos, y hasta un 73% de los cuidadores deben faltar al menos un día al trabajo cada mes para ocuparse de sus hijos con este problema. En el caso del asma grave, las repercusiones son similares y se observan igualmente síntomas de ansiedad y depresión.
“A pesar de los nuevos tratamientos desarrollados durante los últimos 20 años, existen todavía pacientes cuyo asma grave no se controla adecuadamente”, advierte el Dr. Christian Domingo, del Servicio de Neumología de la Corporación Sanitaria Parc Taulí. Además, destaca cómo estos pacientes presentan con asiduidad episodios durante los que se pierde el control de la enfermedad (exacerbaciones), que pueden motivar el ingreso hospitalario o incluso tener consecuencias fatales.
El nuevo horizonte de los tratamientos biológicos
El problema de estas enfermedades en su presentación más grave es que los síntomas son de difícil control. Por eso, se estudian y evalúan constantemente nuevas fórmulas para manejarlas.
Una de las últimas novedades en este campo en la aprobación en España de un medicamento biológico. Podra usarse para niños de 6 a 11 años y para adolescentes con dermatitis atópica grave, así como para mayores de 12 años con asma grave. Hasta el momento este tipo de fármaco biológico (dupilumab) solo estaba disponible para la dermatitis atópica grave en adultos.
Para el Dr. Raúl de Lucas, jefe de sección de Dermatología Pediátrica del Hospital Universitario La Paz, de Madrid, estos nuevos medicamentos son “un importante avance para los niños y adolescentes con dermatitis atópica grave y sus familias, que dedican incontables días y noches a la enfermedad de su hijo, con pocas opciones de tratamiento para ayudar a aliviar los síntomas”.
Estos fármacos biológicos actúan directamente contra la inflamación tipo 2, “y pueden cambiar el paradigma de tratamiento actual, algo imprescindible en una enfermedad crónica como esta”, destaca.
¿Cómo actúan los medicamentos biológicos?
Los medicamentos biológicos son aquellos en los que su principio activo se obtiene a partir de material biológico, como los fluidos, los tejidos o los microorganismos. Por ejemplo, son fármacos biológicos las vacunas y las hormonas de crecimiento. Las características de los medicamentos biológicos los hacen más difícilmente reproducibles, a diferencia de los medicamentos químicos convencionales que se pueden reproducir de manera más fácil.
“Los medicamentos biológicos pueden ser considerados como medicamentos de vanguardia en cuanto a la investigación médica”, señala Salvador García, responsable médico de Cuidados Especializados de Sanofi. En algunos casos sustituyen a otros fármacos y en otros consiguen tratar afecciones para las que que hasta el momento no se disponía de tratamiento. “El desarrollo de un medicamento biológico suele requerir una mayor inversion de recursos que un medicamento químico, dada la complejidad de la investigación, los materiales y su fabricación”, destaca.
En este caso, el nuevo fármaco se dirigirá a niños y adolescentes con dermatitis atópica y asma graves.