La endometriosis es una enfermedad con muy poca visibilización que padecen actualmente un millón de mujeres en España y 170 millones en todo el mundo. Se trata de una dolencia que puede poner en riesgo la fertilidad; pero que, sobre todo, provoca un dolor pélvico insoportable que necesita ser atendido cuanto antes.
Para ti que te gusta
Lee 8 contenidos al mes solo con registrarte
Navega de forma ilimitada con nuestra oferta
1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
“Este dolor puede ser intenso y muy potente, especialmente en el dolor de regla, las relaciones sexuales, al ir al baño… y se debe al crecimiento anormal de los tejidos del endometrio fuera de su cavidad”, explica el doctor Juan Antonio García Velasco.
Hablamos de una enfermedad que se descubrió a finales del siglo XIX y, a día de hoy, seguimos sin tener claro su origen o por qué se produce. Por eso, este lunes 14 de marzo, Día Mundial de la Endometriosis, ponemos el foco en ella así como en varias iniciativas creadas con el objetivo de poner fin a los mitos y silencios de esta enfermedad, como ‘Estoy hasta el endometrio’ o ‘Endomequé?’.
¿Qué complicaciones puede tener esta enfermedad?
El doctor García Velasco recoge que las complicaciones de esta enfermedad se producen por el propio crecimiento de las lesiones. “Es decir, el endometrio crece fuera de su sitio y produce quistes y adherencias, produciendo dolor; y pudiendo llegar a bloquear el paso del óvulo por la trompa hacia el útero”, detalla.
Además, expone que puede limitar la reserva ovárica: “La razón es porque ese endometrio se va comiendo poco a poco el tejido sano del ovario, quitando vida útil al mismo y disminuyendo su reserva ovárica. Al final, esto provoca que, de las mujeres que sufren endometriosis, una tercera parte o más tengan dificultades para tener hijos”.
¿Cuándo hay que acudir al médico?
El problema de esta enfermedad es que produce dolor pélvico y, sobre todo, mucho dolor con la menstruación. “Pero no es un dolor fuerte de regla, es mucho más y por eso es importante que todos aprendamos a dimensionar su impacto”, advierte.
El experto, director de IVI Madrid y especialista en reproducción de alta complejidad, recomienda acudir al médico en caso de que un calmante suave, como puede ser el paracetamol, no alivie lo suficiente. “En esos casos, no hay que aguantar, hay que consultar”, advierte.
¿Cómo tratar la endometriosis y cómo afecta a la fertilidad?
García Velasco recalca la importancia de actuar a tiempo para limitar las consecuencias de esta enfermedad crónica que, aunque no tiene cura, sí puede tratarse: “Es necesario tratarla y estar pendientes de los síntomas, que son los que nos guían. El objetivo es mejorar la calidad de vida de estas pacientes, prevenir su posible progresión y preservar su fertilidad”.
Si es una endometriosis leve o mínima y está diagnosticada, una manera de progresar es evitar el sangrado mensual (ya que es una enfermedad que avanza por el sangrado). “Es decir, cada vez que hay un sangrado mensual hay una especie de siembra peritoneal y las lesiones que ya existen, al sangrar con la regla, sangran también”, expone el citado médico. Por tanto, una manera de evitar el dolor es evitando el sangrado mediante una píldora de forma continuada, una píldora combinada o de gestáseno solo de tal manera que tengan una regla cada seis meses.
En caso de no paliar el dolor, otra opción es utilizar tratamientos médicos o plantearse una cirugía. Por último, de cara a la reproducción y la fertilidad, sugiere estar muy pendiente de que la endometriosis no limite la reserva ovárica de la paciente.
Para ello, apuesta por realizar un estudio de hormona antimuleriana o una ecografía para el recuento de los folículos y saber así que, efectivamente, si la reserva empieza a disminuir, podremos congelar los óvulos para evitar que el avance de la enfermedad impida en un futuro tener hijos.
“Es cierto que es una gran desconocida. Yo misma no la conocía hasta que me la diagnosticaron. Después, me dijeron que no podría ser madre y tengo tres hijos gracias a la fecundación in vitro”, declara Beatriz, una de las pacientes participantes en la campaña bajo el hashtag #HastaElEndometrio. Nos cuenta que existen opciones y tratamientos para convivir con la enfermedad, aunque es cierto que hay mucha gente que aún lo desconoce y normaliza los síntomas. “Yo, hasta la cirugía, notaba cómo la gente juzgaba mis síntomas y no les daba la importancia que merece”, relata la paciente.
En cuanto al tema de la fertilidad, su consejo es no quedarse nunca con una primera opinión: “Hay muy buenos profesionales y, si de verdad quieren tener un hijo, no hay que tirar la toalla. El camino es muy duro, tanto física como emocionalmente, para la mujer o los dos miembros de la pareja. Lo bueno es empatizar con alguien que ha estado en tu misma situación”.
La necesidad de normalizar el discurso de esta enfermedad silenciosa
“Además de los síntomas físicos que sentimos, no se habla de la parte emocional que genera, ya sea el hecho de convivir con una enfermedad que te imposibilita desarrollar tu día a día, como los cambios emocionales producidos por los tratamientos hormonales, además de quirúrgicos”, expone Lucía Arnaiz, paciente y fundadora de ‘Endomequé?’, movimiento que se dedica a dar a conocer la endometriosis y ayudar en su investigación.
“Dejémonos asesorar, aprovechemos la ciencia, pongámonos en manos de expertos y no tengamos miedo”, añade Beatriz, paciente.
En cualquier caso, la clave está en que la menstruación, hasta hace muy poco, ha sido un tema tabú. “La gente no habla de la regla, más bien utilizan una frase muy común que es me he puesto mala. Estar mala sería no tener la regla, eso sí sería un problema. Es al revés: tener la regla es sano y por eso hay que normalizar el discurso”, recoge Juan Antonio García Velasco.
Asegura además que la endometriosis provoca que haya niñas o mujeres que no acudan a clase o a trabajar. Lo importante, en estos casos, es que los profesores o sus jefes entiendan que no ha acudido porque tiene un dolor muy urgente que necesita ser atendido.
“En definitiva, la clave está en que la gente entienda que hay una enfermedad que causa dolor pélvico importante y requiere tratamiento. Además, es fundamental no aguantar el dolor. Si se tiene un dolor que limita y un calmante suave que no calma, hay que buscar un médico que escuche y haga las pruebas necesarias”, concluye el experto.