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qu es la mediaci n familiar y para qu nos sirve © AdobeStock

PSICOLOGÍA

Mediación familiar: cuando hablar no da buenos resultados

Es un apoyo tanto para los casos de crisis o ruptura de pareja, con o sin hijos, como para cuando surgen problemas de relación entre padres e hijos adolescentes u otros miembros de un grupo familiar.


11 de marzo de 2022 - 13:29 CET

La mediación es un método para abordar las dificultades, tensiones y conflictos familiares con la intervención de una persona cualificada y neutral, que ayuda a dialogar y alcanzar acuerdos consensuados. Así lo explica Margarita Aguilera Reija, profesional de esta especialidad, con quien hemos hablado para dar con los cambios y apoyos necesarios para resolver cada propio proceso.

“La mediación es un espacio al que puedes acudir si estás inmerso en una situación muy conflictiva en la que hablar con la otra persona no da resultado, al contrario. Es decir, cuando notas que después de entablar una conversación te sientes ofendido, agredido, o descubres que la distancia con la otra persona es aún mayor y las posturas están cada vez más radicalizadas…”, enuncia la experta en mediaciones familiares.

Cuando, lejos de avanzar, volvemos a los mismos lugares, con los mismos reproches y la misma tensión, es un buen momento para buscar una mediación.

¿Qué características tiene la mediación familiar y para qué sirve?© AdobeStock

El papel del mediador, el imparcial

Nos explica que se trata de un espacio en el que, con la ayuda de un tercero imparcial, que es el mediador, se va a escuchar a las partes para tratar de buscar una solución. Todo el trabajo de esta persona será identificar cómo te sientes, qué necesitas, porqué has reaccionado de una manera, cómo has interpretado la conducta del otro, cómo lo has sentido y vivido…

Detalla que, una vez ha entendido y procesado toda la información, el mediador hace un relato de lo que la persona le ha contado dentro de ese espacio de mediación. De esta forma, la persona que lo escucha se va a sentir entendido y comprendido, y eso va a rebajar mucho la tensión. Además, también el otro lo puede escuchar porque ese relato, que cuenta el mediador, se produce sin ataques y sin agredir a ninguna de las partes.

El mediador filtra cada uno de los temas conflictivos que generan tensión en la relación”, concreta Aguilera Reija. De esta manera, la tensión irá bajando y el relato que las personas traían, que podemos imaginarlo como una foto fija, va a ir evolucionando y se va a convertir en un poliedro que tendrá más puntos de vista.

“Es decir, contamos con más enfoques, más emociones y más vivencias integradas. Porque cuando yo cambio la mirada, cambia mi forma de entender el conflicto. Y si yo cambio mi comprensión, cambio mi conducta y mi respuesta”, concreta la terapeuta del centro Gaztambide 17.

Mediación familiar: qué es y para qué puede servirnos© AdobeStock

¿Qué temas se abordan?

En la mediación se habla de problemas, malos entendidos o desencuentros que pueden tener una larga historia detrás. Por esa razón, las sesiones puede ser duras. Sin embargo, se dialoga con la intención de aclarar, comprender y redefinir el conflicto para respetar las necesidades e intereses de las partes.

¿Qué características tiene este proceso?

  • Los procesos son siempre confidenciales.
  • La mediadora es una persona imparcial y neutral. Su objetivo es favorecer la comunicación de ambas partes. No opina ni juzga. Es decir, se evitan posturas antagónicas del tipo ganador o perdedor. Se plantea en términos en el que todos ganan.
  • Es un proceso que se adapta a las necesidades de cada persona.
  • La solución es alcanzada por las dos partes, no decide nadie más. La mediadora lo que hace es facilitar el entendimiento entre ambos.
  • Promueve la búsqueda de soluciones que satisfagan las necesidades de las partes, sin restringirse a lo que dice la ley.

¿Cuál es el resultado de la mediación familiar?

Se trata de un cambio sutil y paulatino muy eficaz que genera que uno esté mucho más dispuesto a cooperar y ayudar al otro en la búsqueda de soluciones. Además, no serán soluciones impuestas ni forzadas, más bien irán generándose solas fruto de la comprensión y del entendimiento del conflicto desde otro lugar.

“Mi hija y yo nos habíamos dejado de hablar cuando fuimos a mediación. Se revuelven muchas emociones: el dolor, los miedos, la inseguridad. ¿Cómo salir de una relación sin comunicación, cuando ha sido la única alternativa para una relación irrespetuosa y agresiva? Después de varios intentos con amigos, familiares, abogados y psicólogos, por fin, encontramos la mediación; un espacio creado para nosotras, para poder hablar y escucharnos. Un espacio para poner en su sitio tantas cosas que necesitábamos…”, confiesa R.T.V.

La necesidad de un compromiso por ambas partes

Aguilera Reija concluye que la mediación familiar parte del compromiso y la libre voluntad de las partes en el proceso. Es necesario que las dos partes enfrentadas tengan una genuina voluntad de resolver su conflicto y se comprometan activamente en el proceso de encontrar un acuerdo. La mediación exige un esfuerzo y una implicación, ya que el mediador no da soluciones, no tiene varitas mágicas, ni impone acuerdos.

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