Uno de los mayores miedos de los padres al inicio de la alimentación complementaria es que los niños se atraganten comiendo. El desconocimiento y, en muchos casos, no saber qué hacer ni cómo actuar para poder sacar el trozo de comida (u objeto en su caso) de las vías respiratorias, son algunas de las causas más frecuentes que provocan el miedo a vivir una situación de estas características. Pero, ¿cómo saber cuáles son las comidas más peligrosas para nuestros hijos? “Los alimentos que tienen riesgo de atragantamiento son aquellos que se hacen difíciles de gestionar sin los molares y los que pueden salir proyectados hacia la laringe al pinzar con las encías ”, nos explica la nutricionista infantil Raquel Villegas, experta en Baby Led Weaning (@raquelvillegasnutricionista).
¿Cuáles son los alimentos potencialmente peligrosos por atragantamiento?
El riesgo de atragantamiento aumenta en niños debido al pequeño diámetro que tienen sus vías respiratorias. El riesgo suele ser mayor en los menores de tres años y es importante saber cuáles son los alimentos con mayor riesgo para ellos y de esta forma, evitar dárselos u ofrecérselos de con el corte adecuado. “Para que nos hagamos una idea más práctica de cuáles son estos alimentos, en primer lugar, hay que mencionar aquellos con diferentes texturas como las duras y crujientes que no son recomendables como las de los frutos secos, la manzana cruda, algunas piezas de frutas o verduras que tengan una textura similar a esta, como el pepino, o alguna variedad de pera. Así como alimentos que pueden tener dobles texturas peligrosas como las palomitas de maíz”, nos cuenta la experta.
Por otro lado, la nutricionista también advierte que: “Los alimentos fibrosos como la piña y algunos cortes de carnes que no se pueden ofrecer en esta primera etapa, en su versión natural. Alimentos ‘chiclosos’ como las frutas secas como, por ejemplo, las pasas de uva y frutos del mar como camarones o mejillones”. Y añade algo muy importante: “¡Sin olvidarnos de los alimentos con formas esféricas! Uvas, cacahuetes, tomates cherry pequeños, las salchichas en corte de moneda…”. Las gominolas, los caramelos y los chicles también entrarían dentro de los alimentos peligrosos para los menores de 5 años.
Cómo ofrecer los alimentos para disminuir el riesgo
Para poder revertir el motivo que causa el riesgo de atragantamiento la nutricionista aconseja presentar los alimentos en otras texturas más asimilables como los triturados, batidos, rallados, cocidos o en crema. “Si es una crema de cacahuete, que es de una textura muy untuosa y pegajosa, tampoco se puede ofrecer sola, siempre se debe ofrecer como ingrediente en una elaboración o untada en un pan. Cuando un alimento es muy fibroso lo ideal es evitarlo, pero también se puede ofrecer picado”, aconseja Raquel.
Estas recomendaciones son independientes del estilo de alimentación complementaria que la familia decida practicar con su bebé ya que existirá el mismo riesgo de atragantamiento con uno u otro.
Pero, ¡cuidado! porque las asfixias no tienen por qué ocurrir siempre a causa de la comida, los objetos pequeños también tienen peligro para los más pequeños: un botón, una pila redonda y chata... Por este motivo, los expertos recomiendan que siempre es buena idea hacer un curso de primeros auxilios en menores, y que de esta manera, los padres estén preparados para actuar si la ocasión lo requiere. “Según el Observatorio de Prevención de Riesgos y Accidentes (OPRA) la muerte por atragantamiento por la ingestión de alimentos es del 11% de la población y por la obstrucción respiratoria de otros objetos es del 83%. Las edades donde aumenta la incidencia son a partir de los 34 años, incrementándose exponencialmente en la tercera edad. Mientras que, en la infancia, sin duda, hay más riesgo de atragantamiento por objetos que no por alimentos”, detalla la experta.
Cómo actuar en caso de atragantamiento en un niño
Como decíamos, realizar un curso de primeros auxilios en niños y saber cómo actuar en caso de atragantamiento hace que los padres estén más seguros y sepan reaccionar de forma eficaz y rápida si se les presenta un episodio de peligro. Pero la experta nos especifica que: “Para saber cómo actuar es importante saber qué es lo que estamos viendo. Muchas veces los referentes de cuidado confunden un atragantamiento con una arcada. Las arcadas son seguras, el atragantamiento no”, indica.
Para saber detectar un caso grave de atragantamiento hay que tener en cuenta cuáles son las señales de alarma: “Cuando hay un atragantamiento grave con asfixia nuestro bebé o peque no emite sonido, cambia la coloración de la piel que se va poniendo azulada a violácea y claramente no puede respirar. En esos casos hay que realizar la ‘maniobra de Heimlich’ adaptada al tamaño y al peso de la persona”, señala Raquel. Y continúa explicándonos: “Si esto no pasa, pero sospechamos por algún ruido al respirar del niño que ha podido tragar algo, nunca debemos golpear. Debemos ir a urgencias para que revisen y procedan a su extracción de forma segura”, afirma contundente la experta.
No hay ninguna duda que la mejor medida de prevención para el niño siempre será un entorno seguro, donde el bebé esté tranquilo y acompañado en todo momento. Tal y como nos recomienda la nutricionista: “Evitando el movimiento, el baile, la televisión… o aquellas distracciones que puedan favorecer un accidente mientras comen. Ofrecer alimentos en cortes seguros por lo menos hasta los 3/4 años mínimo, aunque siempre es mejor hacerlo hasta los 5 años”, concluye Raquel.