Las infecciones de orina se produce, aproximadamente, en el 15 % de las embarazadas. Muchas de ellas son de repetición. Por ello, a lo largo de estos nueve meses, la mujer es sometida a varias pruebas de detección. Una infección de orina no tratada puede conllevar complicaciones.
Nos lo explica Blanca María Díaz, matrona de Atención Primaria en Badajoz y en la Clínica Diana de Mérida, y con consulta privada y online en www.blancamatrona.com.
¿Por qué se producen las infecciones de orina en el embarazo?
El embarazo es una etapa de particular riesgo para las infecciones de orina, especialmente porque es más difícil vaciar por completo la vejiga.
“Conforme el útero aumenta de tamaño (en el segundo y tercer trimestre) presiona la vejiga y los uréteres (estructuras que llevan la orina desde el riñón hasta la vejiga), y no permiten el flujo normal de orina, pudiendo quedar retenida”, explica la experta.
Además, también tiene un papel importante el factor hormonal, pues la progesterona, la hormona por excelencia del embarazo, relaja la musculatura de los uréteres y la vejiga, lo que provoca que el flujo de orina sea más lento.
Son cambios totalmente normales durante la gestación, pero que tienen como consecuencia “que no se elimine la orina con la frecuencia normal y que al quedar acumulada pueda infectarse”, advierte.
¿Cuáles son los síntomas de la infección de orina en el embarazo?
En muchas ocasiones, la infección de orina en el embarazo cursa de manera asintomática (sin síntomas) o con síntomas distintos a los habituales. Puede que no presente el dolor o escozor típico de la cistitis al orinar, o las dificultades en la micción y el dolor en la zona baja del abdomen.
Así, estos son los síntomas que en el embarazo podrían indicar infección de orina, tal como detalla la matrona:
- Dolor lumbar uni o bilateral (en un lado o en los dos), no relacionado con un esfuerzo físico.
- Contracciones uterinas que no ceden con el reposo, contracciones que se parecen al dolor de regla o sensación de calambres en la zona baja del abdomen.
- Fiebre mayor de 38 ºC.
Como la infección puede pasar inadvertida o la mujer no reconocerla en las señales anteriores, a todas las embarazadas se les realizan controles de orina en las revisiones de cada trimestre, con el fin de detectarla.
¿Cómo afecta a la embarazada y al bebé?
La infección de orina afecta tanto a la madre como a su hijo, pero de distinta forma. El riesgo mayor para la madre es que la infección de orina no detectada o no tratada pueda derivar en una infección de riñón (pielonefritis), que causa dolor y que puede acabar en ingreso hospitalario.
Por su parte, al feto también le influye, aunque, afortunadamente, no de modo directo. “La infección de orina materna puede desencadenar contracciones uterinas, provocando amenaza de parto prematuro, necesitando ingreso hospitalario y medicación para frenar las contracciones”, alerta Blanca María Díaz (@blancamatrona, en Instagram).
¿Cuál es el tratamiento indicado?
Para tratar la infección de orina se administran antibióticos, que son totalmente compatibles con el embarazo. En la consulta, con una tira de orina, se puede ver si hay leucocitos, que son indicativos de infección. Pero es aconsejable hacer un antibiograma (informe de antibióticos a los que es sensible la bacteria), “ya que no todas las infecciones son por la misma bacteria ni tienen por qué responder bien al mismo antibiótico”, destaca la especialista.
Es fundamental acabar el tratamiento completo, aunque los síntomas hayan remitido a la mitad del mismo. Además, “no se deben beber infusiones o productos de herbolario sin supervisión de la matrona, ya que no todos son aptas para embarazadas”, subraya.
La forma correcta de tratar la infección de orina es tomar la pauta completa de antibiótico prescrita por el médico. “También se recomienda la toma de probióticos con los antibióticos, sobre todo los que contienen arándanos rojos, especialmente en los casos de infecciones de repetición”, recomienda Blanca María Díaz. Los probióticos ayudan a regenerar la flora del tacto urinario y previenen la reproducción de agentes patógenos en la orina.
Hay que tener en cuenta que, con relativa frecuencia, las infecciones de orina vuelven a aparecer en el curso del embarazo.
¿Se pueden prevenir las infecciones de orina en el embarazo?
Las infecciones de orina no se pueden prevenir del todo en el embarazo, ya que están muy ligadas a factores no modificables, pero sí se pueden seguir algunas medidas que ayudan y, sobre todo, es fundamental acudir a todos los controles recomendados de seguimiento del embarazo, donde se pueden detectar.
No obstante, Blanca María Díaz ofrece estos consejos para tratar de evitar las infecciones de orina en el embarazo:
- Beber abundante agua a diario (al menos un litro y medio).
- No frenar las ganas de orinar. “En el embarazo, por su tamaño, el útero presiona la vejiga y se orina con más frecuencia; esto es normal, y se debe evacuar la vejiga siempre que haya necesidad”.
- Realizar bien el tratamiento antibiótico. “Aunque desaparezcan los síntomas, el tratamiento pautado tiene que realizarse de manera completa, y no abandonarlo cuando se dejan de tener síntomas”.
- Tomar probióticos con los antibióticos.