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Bebés

UCI neonatal humanizada: el poder curativo del apego

La corriente de humanización de la Medicina es ya imparable y se extiende a muchos ámbitos asistenciales. También a las unidades de cuidados intensivos neonatales, donde pequeños que nacen de modo prematuro o con enfermedades graves pasan de otro modo su ingreso.


23 de febrero de 2022 - 16:57 CET

Todos los padres desean disfrutar del nacimiento de sus hijos y de los días posteriores sin complicaciones. Pero, desafortunadamente, hay casos en que no sucede así. El bebé puede ser prematuro o tener algún problema importante de salud que le obligue a ingresar en una unidad de cuidados intensivos (UCI). Cuando estas UCI son humanizadas, tanto el niño como sus padres viven la experiencia de otro modo.

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Hemos hablado de sus beneficios con la Dra. Isabel Illana Martín, jefa de servicio de la Unidad Neonatal del Hospital HM Puerta del Sur de Móstoles (Madrid), que cuenta con una unidad neonatal de complejidad alta nivel III.

¿Cómo es una unidad neonatal humanizada?

La experiencia de que tu hijo esté ingresado puede ser muy traumática para los padres, pero también para el niño. Está en un ambiente extraño, sometido a muchas pruebas, viendo constantemente a sanitarios que vigilan su evolución y rodeado de máquinas.

Lo que se intenta en las unidades neonatales humanizadas es, precisamente, reducir todo ese componente perturbador para el bebé y garantizar su bienestar.  “El objetivo es conseguir un ambiente tranquilo, sin ruidos, sin luz y evitando el dolor para favorecer el desarrollo sensorial y emocional de estos bebés”,  explica la experta.

Así, en estas unidades hay una temperatura constante, la luz es tenue y los sonidos están muy atenuados. Se intenta que todo el entorno sea armónico, del mismo modo que lo era en el útero materno.

Además,  hay una apuesta clara por la lactancia materna  y se ayuda a las madres a conseguir dar el pecho, aunque el bebé sea prematuro o tenga dificultades.

La participación de los padres en el cuidado de sus bebés

Pero en la UCI neonatal humanizada hay un factor clave y es la participación de los padres en el cuidado directo de su hijo. Si en las UCI antiguas había unas horas estrictas de visita, las humanizadas son de ‘puertas abiertas’. Esto significa que no hay limitación de horarios: los padres pueden permanecer con sus bebés las 24 horas del día.

Esta apertura no se limita a los progenitores, sino que se amplía a otros familiares como abuelos y hermanos del ingresado. Se pretende que, desde el principio, todos se vinculen con ese bebé.

 El hecho de que los padres puedan estar de forma continuada en la UCI favorece el Método Madre Canguro.  “Con el contacto piel con piel están demostradas ventajas como la disminución del número de apneas, disminución de las necesidades de oxígeno, mejor control de la temperatura, mejor curva ponderal, mejor establecimiento de ciclos sueño-vigilia y menos días de ingreso entre otras ventajas”, detalla la Dra. Isabel Illana Martín.

Por si fuera poco, estos beneficios no se limitan solo al momento del ingreso sino que  “a largo plazo, los bebés que han recibido estos cuidados tienen menos incidencia de alteraciones de aprendizaje y de desarrollo psicomotor”,  subraya.

Fortalecer el vínculo entre los padres y sus hijos

La presencia desde el principio de los padres en las unidades neonatales humanizadas permite estrechar el vínculo con sus hijos. Así, hay estudios que demuestran que “la interacción precoz padres-hijo tiene una influencia importantísima, no solo en el desarrollo posterior del niño, sino en la actitud de los padres”, insiste la especialista de HM Puerta del Sur.

Hay que tener en cuenta que cuando, tras el nacimiento, el bebé tiene que quedar ingresado, los progenitores pueden experimentar sentimientos de extrañeza, culpa, ansiedad y vacío, “que empeora al tener una posición pasiva con respecto a los cuidados de su hijo”, advierte.

Por este motivo,  cuando participan en esos cuidados desde el comienzo, “se favorece un apego sano,  pierden el miedo, disminuye el sufrimiento, la ansiedad, se sienten partícipes de los logros conseguidos por el bebé e incluso está descrito que se acorta la duración del ingreso de los recién nacidos”, destaca la Dra. Isabel Illana.

Un trabajo en equipo entre los sanitarios y los padres

Los bebés que ingresan en unidades neonatales  pueden permanecer en ellas por un tiempo prolongado, especialmente si son grandes prematuros.  A su cuidado estarán profesionales de la Neonatología y, en el caso de las UCI humanizadas, también los padres.

“Los padres que se mantienen al margen del tratamiento y recuperación de sus hijos tienen más sentimientos contradictorios, más ansiedad y sienten más inseguridad, lo cual se transmite al equipo médico y a su propio hijo”, alerta la neonatóloga.

Sin embargo, cuando colaboran en el cuidado de sus hijos gracias a estas unidades abiertas y sin restricciones, el trabajo conjunto facilita la atención y es muy positivo para la evolución del pequeño.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.