Dos de cada diez mujeres tienen algún problema de salud mental en la etapa perinatal, que es la que comprende el embarazo y el primer año posparto. Así lo apunta la Dra. Susanna D’ Ambrosio, psicoterapeuta y psiquiatra perinatal, experta en Salud Mental Perinatal (www.dradambrosio.com).
El problema principal es que la depresión, la ansiedad y otros problemas de este tipo siguen siendo estigmatizados durante la gestación. Se supone que la mujer está en un periodo pletórico y no siempre es así.
Un problema infradiagnosticado
A pesar de ser relativamente frecuentes, el 75% de los problemas de salud mental en esta etapa no se diagnostican. Pero los datos son preocupantes, ya que, según algunos estudios, “el 10% de las mujeres embarazadas cumplen los criterios de depresión mayor y más de un 18% presentan sintomatología depresiva intensa durante la gestación”, advierte la experta. La depresión y la ansiedad están muy de la mano en el embarazo y la mitad de gestantes con síntomas depresivos sufren también ansiedad intensa.
“La depresión en el embarazo es aún un tabú, con un estigma y un desconocimiento que impide que sea tratada como debería; el uso de antidepresivos es muchas veces ocultado, como el uso de otros psicofármacos, sobre todo, benzodiazepinas u otro tipo de sustancias”, alerta.
¿Por qué aparece la depresión en el embarazo?
Hay muchos factores que influyen en la aparición de un cuadro depresivo en estos nueve meses. En este sentido, como apunta la psiquiatra perinatal, “el embarazo no es un factor protector de la salud mental”.
Como detalla la especialista, en la aparición de trastornos de este tipo pueden influir las pérdidas perinatales anteriores, gestaciones previas con dificultades, historia de parto traumático, embarazo no deseado, tener problemas médicos durante el embarazo o que el bebé los tenga, situaciones de soledad, procesos de reproducción asistida, dificultades económicas, relaciones de pareja conflictivas... Los factores son muy amplios.
En cualquier caso, “todas las mujeres deberían tener un apoyo psicológico en la etapa perinatal; en particular, mujeres con antedecentes de depresión, ansiedad u otros trastornos psiquiátricos en su historia personal o en su entorno familiar”, advierte la Dra. D’ Ambrosio.
¿Hay riesgos en el embarazo por los antidepresivos?
Toda mujer que pase por una depresión en el embarazo necesita asistencia médica. Por un lado, debería tener un soporte psicológico psicoterapéutico, ya sea de forma individual o grupal, y por otro, hay que realizar una valoración psiquiátrica por si necesitase fármacos.
Entonces, ¿puede tomar una embarazada antidepresivos? “Sí, los antidepresivos son fármacos considerados seguros. De primera línea son los inhibidores de la recaptación de la serotonina (ISRS), como la sertralina, fluoxetina, citalopram y escitalopram, siempre prescritos tras una atenta valoración médica”, asegura la especialista.
Estos fármacos podrán tomarse incluso durante el primer trimestre si fuera necesario, pues “el riesgo de malformaciones es equiparable al de la población general”, tranquiliza.
En el tratamiento de la mujer embarazada con depresión es importante disminuir sus sentimientos de culpa y poner a su alcance toda la ayuda posible, “favoreciendo espacios para poder compartir ocio, deporte y todas las actividades que incrementen la salud”, destaca la psiquiatra. La salud mental de la embarazada es una variable muy impotante a tener en cuenta en las visitas de control, que hay que valorar en cada una de ellas.
¿Qué sucede si la depresión no se trata en el embarazo?
La mitad de las recaídas de la depresión que se producen en el embarazo “es consecuente a la suspensión de forma abrupta o no motivada clínicamente de psicofármacos antes del embarazo”, destaca la Dra. Susanna D’ Ambrosio.
En este sentido, subraya que no tratar este tipo de problemas también conlleva sus riesgos, en forma de alteraciones obstétricas, como diabetes gestacional, preeclampsia, parto pretérmino, bajo peso al nacer, retraso en el desarrollo y, “una experiencia de maternidad de sufrimiento, que influye de manera negativa en la propia persona y en el vínculo con el bebé”.
Pero no hay que poner el foco en la gestante. La mujer no tienen ninguna culpa de sentirse así. “No se trata de poner la responsabilidad en la madre, que siempre quiere lo mejor para su bebé, sino de advertir sobre la necesidad de desarrollar recursos específicos de atención a la Salud Mental Perinatal para que todas las mujeres y familias que sufran algún tiempo de problema de salud mental en la etapa perinatal puedan ser atendidas, tratadas y acompañadas adecuadamente”, insiste la especialista.
¿Hay más riesgo de depresión posparto si ha aparecido en el embarazo?
En muchas ocasiones, la depresión posparto viene de una depresión no diagnosticada ni tratada en el embarazo y que puede empeorar una vez que nace el niño. Además, las circunstancias no ayudan, con la falta de sueño que conlleva la crianza de un bebé recién nacido, los nuevos roles de madre y todos los ajustes en la vida diaria que hay que hacer cuando llega un bebé a casa.
“Es fundamental poder descansar, así que toda la ayuda práctica que las madres puedan recibir, todo aquello que reduzca su estrés, va a ser útil. Además de la atención especializada por profesionales expertos en Salud Mental Perinatal, el apoyo tanto familiar como social es fundamental”, recalca la Dra. D’ Ambrosio.