Las urgencias pediátricas suelen estar siempre a tope. Y en muchos casos, de manera injustificada. Eso sucedía, al menos, antes de la pandemia. Porque el coronavirus ha provocado en muchos casos la situación contraria: padres que no se atreven a llevar a sus hijos al hospital por si acaban contagiándose de COVID, cuando sí lo hubieran necesitado.
La Dra. Paula Vázquez es la presidenta de la Sociedad Española de Urgencias Pediátricas (SEUP), que ha publicado una guía para que los padres sepan, sin ninguna duda, cuándo deben acudir y cuándo no, evitando riesgos a sus hijos. Hemos charlado con ella.
¿Cuáles son las causas más frecuentes de la visita a Urgencias?
En Urgencias, las consultas más frecuentes tienen que ver con cuadros respiratorios, con o sin fiebre; cuadros gastrointestinales (con o sin fiebre) y caídas y traumatismos.
Los motivos cambian ligeramente, según la edad del pequeño. Así, en menores de un mes, “suelen tener que ver con cuadros respiratorios, estreñimiento, mala técnica de alimentación; mientras que en lactantes es por cuadros respiratorios, gastroenteritis, fiebre y caídas, golpes y traumatismos, sobre todo craneoencefálicos”, comenta la experta.
En edad preescolar son motivos más usuales de visita a Urgencias son: alteraciones respiratorias, gastrointestinales, caídas y fiebre. Y ya en la etapa escolar y en la adolecencia, son los golpes y traumatismos, la fiebre, cuadros respiratorios, como el asma, y los trastornos mentales.
Hay que tener en cuenta que muchas de estas visitas se provocan con cuadros de poca evolución; es decir, una fiebre incipiente, una deposición rara o un solo caso de vómito, por lo que “los facultativos no podemos ir más allá, tan solo tranquilizar”, destaca.
Así, tan importante como saber cúando ir es saber cuándo no ir a Urgencias. En todas hay un servicio de triaje en donde los pacientes van a recibir atención no por orden de llegada sino de prioridad. Si no es realmente una urgencia, el niño puede estar esperando unas horas en una sala de espera con otros cuadros contagiosos y puede ‘llevarse a casa’ alguna infección que no traía.
Entre los menores que son atendidos en un servicio de Urgencias, tan solo quedan ingresados un 5%, aunque el porcentaje sube a un 7-8% en hospitales de referencia donde tratan patologías más complejas.
¿Qué ha pasado tras la pandemia?
La pandemia ha cambiado el escenario de las Urgencias Pediátricas. Hay muchas enfermedades que se han desplazado por la carga de COVID-19 y también mucho miedo de los padres a acudir a centros médicos ante el riesgo de contagio. Eso ha hecho que a veces lleven muy tarde a sus hijos, como con un apendicitis perforado e incluso ha retrasado algunos diagnósticos oncológicos o se ha obviado un debut diabético.
Pero hay una circunstancia especial que ha hecho saltar las alarmas. “Las visitas a Urgencias por salud mental se han incrementado un 35%. Hay intentos de suicidio e ingesta de tóxicos en adolescentes, y crisis de ansiedad y alteraciones del ánimo en niños más pequeños. La ideación suicida, la depresión, los trastornos de la conducta alimentaria y los trastornos del comportamiento aumentaron tras el confinamiento”, advierte la Dra. Vázquez.
El incremento de problemas de salud mental de niños y adolescentes era algo que ya se llevaba observando un tiempo por algunos factores como la falta de tolerancia a la frustración y el estilo de vida actual. “ La pandemia lo ha hecho aflorar porque, además, ha eliminado los factores protectores, como la socialización y ha fomentado el aislamiento y el abuso de tecnología”, subraya.
Cuándo llamar al 112 o acudir a Urgencias de forma inmediata
En su guía para padres, la Sociedad Española de Urgencias Pediátricas establece estos casos en que habría que acudir sin demora a Urgencias o llamar al 112:
- Piel: hay mala coloración, como palidez, piel moteada, coloración azul o grisácea.
- Aparición súbita de: manchas en la piel, hinchazón de labios o párpados (por sospecha de alergia) que cause dificultad para respirar, vómitos o mareos.
- Respiración: hay una dificultad respiratoria grave, se marcan las costillas, el niño respira muy rápido o con pausas y está adormilado.
- Atragantamiento: cuando se atragante y tenga dificultad para respirar o vómitos y salivación constante.
- Comportamiento: no responde a estímulos, tiene irritabilidad o somnolencia excesivas y movimientos anormales de tipo convulsivo.
- Accidentes: se hace una herida profunda con un sangrado abundante que no cede tras 10 minutos de presión; hay una fractura abierta donde se ve el hueso; se ha dado un golpe en la cabeza y ha perdido en conocimiento.
Cuándo acudir a Urgencias
No se trata de una emergencia como las anteriores, pero hay que acudir a Urgencias, según la SEUP, cuando:
- Piel: el niño tiene manchas rojas en la piel que no desaparecen al presionar. Asimismo, si aparecen de forma súbita manchas en la piel o hinchazón en los labios o en los parpados sin otros síntomas.
- Fiebre: en menores de tres meses con fiebre igual o superior a 38 ºC. También si la fiebre se asocia a manchas en la piel, dificultad respiratoria y alteraciones de comportamiento. Igualmente, si la fiebre supera los 40,5 ºC hay que acudir a Urgencias.
- Comportamiento: el niño nota mareo o pérdida de fuerza.
- Pensamientos suicidas: cuando exprese pensamientos suicidas hay que acudir a Urgencias.
- Accidentes: en traumatismos con una deformidad aparente y cuando hay una herida que necesita sutura.
- Ingesta de productos: siempre que haya una ingesta de tóxico o haya recibido una sobredosificación de medicamentos.
- Dificultad respiratoria: cuando se le marcan las costillas al respirar, respira rápido y se escuchan ‘pitidos’.
- Alteraciones gastrointestinales: bebés menores de un mes que rechazan las tomas de lactancia; vómitos persistentes o diarrea abundantes durante más de 24 horas, ojos hundidos y poca orina. También si hay vómitos repetidos y dolor de cabeza fuerte, dolor de barriga fuerte y continuo que empeora.
- Ingesta de objetos: especialmente de pilas e imanes.
Cuándo pedir cita en el pediatra
El niño necesita ser examinado por su pediatra, y hay que pedir cita en estos casos, pero no es necesario acudir a Urgencias de forma inmediata, si se dan estas situaciones:
- Manchas en la piel que desaparecen al presionar.
- Bebé entre 3 y 24 meses con fiebre menor de 39 ºC y sin datos de alarma (como los referidos antes).
- Fiebre superior a 38 ºC durante más de cinco días.
- Dolor de oído durante más de dos días.
- Ojo rojo o picor ocular.
- Tos o mocos sin dificultad para respirar.
- Vómitos y/o diarrea sin datos de alarma (como los descritos anteriormente).
- Dolor de barriga no muy intenso que viene y va.