Añadir cereales al biberón es una de las prácticas más habituales cuando nuestros bebés comienzan con la alimentación complementaria. De hecho, es tan normal desde hace tantos años que suele ser pautado por el pediatra o la enfermera pediátrica cuando el niño cumple los seis meses. Sin embargo, cada vez hay más voces de profesionales en contra debido a recientes estudios y profesionales actualizados se ha puesto en tela de juicio por la alta cantidad de azúcares que suelen tener estos alimentos procesados y las consecuencias que pueden causar en el bebé.
Para hablar sobre este polémico tema hemos contactado con Mireia García Pérez, nutricionista y dietista, especializada en nutrición y obesidad, docente de Deusto Salud. A la pregunta de si, ¿hoy en día se recomiendan los cereales en biberón a los bebés?, nos contesta drásticamente: “No se recomienda tomar cereales en el biberón, la ingesta de cereales en el biberón está relacionado con la caries infantil y con el biberón pueden comer más de lo necesario. Al añadir cereales al biberón corremos el riesgo de influir en una modificación incorrecta de sus necesidades energéticas y por otro lado, estamos acostumbrando a su paladar a un umbral más alto de sabor dulce, por lo que después les va a costar más aceptar sabores más naturales y todos estos factores a su vez pueden aumentar las posibilidades de padecer sobrepeso y obesidad de niños y adultos”, asegura.
Según la Asociación Española de Pediatría (AEP), nos cuenta la experta, los cereales pueden introducirse en polvo disueltos en leche, añadidos a purés, en forma de arroz hervido y chafado, pan, pasta, arepas o tortas de maíz, quinoa o avena, según la edad, el estado madurativo del lactante y las costumbres familiares. “Existen además otras fuentes de hidratos de carbono complejos que aportan energía como las patatas o el boniato. Se recomienda evitar los azúcares libres en la dieta de los lactantes. Por ello, si se consumen cereales en polvo u otros productos específicos para lactantes, hay que desaconsejar aquellos que contengan miel o azúcares añadidos en su composición”, recomienda Mireia.
¿Por qué se siguen recomendando estos cereales?
Este debate que planteamos no existiría si no siguiera habiendo profesionales que recomiendan este tipo de alimentación en niños. Un hábito alimenticio muy arraigado y es que “existe la creencia de que añadir cereales en el biberón hace que la leche esté más densa y de esta forma el bebé se sienta más lleno y puedan dormir más y aguantar más horas sin despertarse. Pero es importante recalcar que por darle un biberón con cereales no va a dormir más, ya que el sueño es madurativo”, explica la nutricionista.
Hoy en día tenemos nuevos métodos de aprendizaje para que el niño aprenda tanto a comer, como adquirir hábitos saludables en la mesa, desde los primeros meses. Existen diferentes formas de ofrecerle la alimentación complementaria al bebé, entre ellas la experta aconseja:
El BLW (baby led weaning)
El BLW (baby led weaning) es el inicio de la alimentación complementaria en forma de alimentos enteros, en lugar de triturados, con el tamaño y forma adecuadas para que sea el propio bebé el que los coja con sus manos y se lo lleve a la boca en función de su apetito y preferencias. Eso sí, es importante tener una formación básica para ofrecer alimentos de manera segura y de alta calidad nutricional.
Triturados
La alimentación complementaria también se puede iniciar con alimentos triturados en forma de purés y poco a poco ir incrementando la textura de los alimentos de forma más picada hasta que (alrededor de los doce meses) la alimentación del bebé sea similar a la del adulto.
Mixta
También podemos optar por una alimentación mixta, que es la combinación de las dos anteriores.
Antes de empezar con la alimentación complementaria es importante:
- Que el bebé se mantenga erguido.
- Presentar un interés activo por la comida.
- Que haya desaparecido el reflejo de extrusión (expulsión de alimentos no líquidos con la lengua).
- Que tenga autonomía con sus manos y una adecuada coordinación ojos-mano-boca.
Y por supuesto, hay que tener en cuenta siempre que la recomendación de la Organización Mundial de la Salud es la lactancia exclusiva hasta los 6 meses de vida, y a partir de ese momento comenzar a introducir alimentos, pero siempre manteniendo la lactancia a demanda todo el tiempo que el niño y la madre deseen. Por otro lado, “en los lactantes no amamantados las recomendaciones del Comité de Nutrición de la Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica (ESPGHAN), es que no debe empezar la alimentación complementaria ni antes de las 17 semanas ni más tarde de las 26 semanas”, aclara la experta.
Cómo introducir cereales de forma saludable en su dieta
Existen muchas formas de ofrecer cereales a partir de los 6 meses, sin que sean en forma de papilla ni en biberón. “Se pueden ofrecer los mismos cereales que se consumen habitualmente en la familia (pan, pasta, arroz, avena, etc). Y por ejemplo se puede hacer la siguiente receta…”, recomienda.
Receta de gachas de avena
Ingredientes:
- 4 cucharadas de copos de avena.
- 200 ml de leche materna o de fórmula
Elaboración:
- En un cazo calentar leche y cuando esté templada añadir avena. Cocinar a fuego lento removiendo con una cuchara de madera para evitar que se formen grumos durante aproximadamente un par de minutos, hasta conseguir una textura cremosa.
- Se puede añadir manzana, plátano, canela e ir cambiando los sabores y texturas.
- Se puede colocar la avena en un procesador de alimentos si se desea darle una textura más fina.
- Servir las gachas en un tazón y ¡ya estarán listas para consumir!