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Salud Mental

¿Por qué crecen las autolesiones entre los adolescentes? Así es como puedes ayudarles

Una tendencia preocupante que ha aumentado mucho en los últimos años, sobre todo, después de la pandemia. De hecho, se han convertido en un problema de salud mental importante. Si tienes un hijo que los sufre, esto es lo que tienes que hacer.


Actualizado 9 de septiembre de 2022 - 13:50 CEST

La salud mental ha pasado a un primer plano de interés en la agenda social y mediática en los últimos meses, pues comienza a ser recurrente en las noticias de todos los medios de comunicación. Sabemos que, en España,  el suicidio es la primera causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años  y los expertos alertan de que las autolesiones no han parado de crecer. Hemos hablado de ello con Diana Díaz, directora de las Líneas de Ayuda de la Fundación ANAR (www.anar.org), para que nos explique por qué se produce esta situación y cómo deben actuar las familias.

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¿Por qué hay autolesiones entre los adolescentes?

Cuando hablamos de autolesiones no hay que pensar en daños autoinfligidos con ideación suicidad. No tiene por qué ser así. Se trata de un fenómeno relativamente nuevo, pero que se ha disparado recientemente. “Desde el año 2015 dimos la voz de alarma de lo que estaba sucediendo por la cantidad de peticiones de ayuda. Ahora, en los últimos años, las autolesiones se han multiplicado por 14”, alerta la experta.

Así, esta tendencia que ya se venía viendo,  se ha recrudecido por el empeoramiento de la salud mental provocado por el confinamiento y la pandemia.  

Cuando un adolescente se autolesiona (en la mayoría de las ocasiones a través de cortes) no tiene por qué estar pensando en acabar con su vida, aunque hay un riesgo si usa distintos procedimientos.

Entonces, ¿por qué lo hacen?  “Las autolesiones son un mecanismo de autorregulación emocional, una expresión desesperada del dolor.  Son mecanismos dañinos para calmar su malestar que les generan cierto alivio a muy corto plazo, pero que no solucionan sus problemas. Los adolescentes están haciendo una gestión emocional inadecuada porque desplazan el dolor emocional al cuerpo”, detalla Diana Díaz.

Adolescentes y autolesiones© AdobeStock

¿Hay algún perfil tipo de adolescente?

Las autolesiones se suelen producir en adolescentes a partir de 13 años. Afecta tanto a chicos como a chicas, pero son ellas las que más ayuda piden y consultan acerca del problema.

No hay un perfil tipo de adolescente que se autolesiona. “Le puede ocurrir a cualquiera. Es la punta del iceberg de otros problemas ocultos. Sale a la luz la autolesión, pero eso habla de otras cosas que les afectan, y es importante saber de qué se trata”, alerta la especialista de ANAR.

En algunas ocasiones son los estresores del día a día (problemas familiares, escolares, con amigos, su autoimagen, su autoconcepto...) los que los llevan a ello. También la tristeza, la indefensión, la ansiedad, la ira, la desesperanza... Y sentirse solos. “Citan mucho esa soledad acompañada que les hace sentirse solos en el día a día, pensar que nadie les escucha y no tener sentido de pertenencia”, indica Diana Díaz.

 Otras causas como haber tenido traumas en el pasado, algún trastorno o enfermedad mental previa  les hacen más vulnerables a las autolesiones.

También es posible que se produzca un ‘efecto contagio’, que se da cuando ven estas prácticas a través de las redes sociales o en series y, de algún modo, se sienten influenciados. Y también se puede dar en adolescentes que pertenecen a determinadas tribus urbanas y que utilizan estos cortes o autolesiones como una seña de identidad. La diferencia en este último caso sería que no los esconden sino que los exhiben.

¿Cómo deberían reaccionar los padres?

El shock de un padre que descubre las autolesiones de su hijo puede ser muy grande, pero hay que tener en cuenta, como apunta la responsable de Fundación ANAR, que  “no lo hace por desafiar, sino todo lo contrario; hay un sufrimiento detrás y emociones que no está sabiendo gestionar. Es un grito de socorro”. 

Estas son las pautas que recomienda para abordar el problema:

  • Buscar apoyo profesional inmediato. “Los padres necesitan una orientación en su caso concreto y valoración. No se puede esperar que pase solo”.
  • No ignorar las autolesiones. “Aunque les generen rechazo o miedo, hay que abordar el problema y no minimizarlo”.
  • Acompañarlo. “Hay que ofrecer una respuesta empática al adolescente, no regañarle ni decirle que eso no puede volver a suceder, sino acompañarlo y decirle que estás a su lado y que juntos vais a encontrar la solución”.

¿Se puede hacer algo para prevenir las autolesiones?

“Los adolescentes están en un momento de su vida en que no tienen mecanismos de autorregulación emocional”, advierte la experta. Esto hace que  el papel de los padres se vuelva muy importante en esta etapa. 

Diana Díaz aconseja “dialogar con ellos de todo y escucharlos porque les preocupan cuestiones que ni siquiera imaginamos”. En este sentido, hay que legitimar y validar sus emociones, sin quitarles importancia.

Además, hay que estar muy pendientes del estado anímico del adolescente y observarlo muy detenidamente ante esas señales de alarma:

  • Está más aislado (todos los adolescentes buscan intimidad, pero en este caso va a más).
  • No se relaciona tanto.
  • Disminuye su rendimiento escolar.
  • Su estado anímico y su conducta son muy cambiantes.
  • Hace comentarios negativos de sí mismo, de su día a día y de su futuro.
  • Cambia de amistades y de aficiones.
  • Aumenta su impulsividad.

La Fundación ANAR ofrece asistencia y orientación profesional gratuita para abordar problemas como este. El teléfono para niños y adolescentes es el 900 20 20 10. El teléfono para familias y centros educativos es el 600 50 51 52.


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