Algunos niños muestran un patrón de comportamiento disruptivo, tras el que puede estar un trastorno. No sucede en todos los casos, pero conviene saber identificarlo. Uno de ellos es el trastorno negativista desafiante, que se manifiesta con enfado, irritabilidad, confrontación... por parte del menor.
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Le hemos pedido a María Hurtado, coordinadora y psicóloga de AGS Psicólogos Madrid que nos cuente en qué consiste y cómo deben actuar los padres para ayudar al niño.
Las manifestaciones del trastorno negativista desafiante
El trastorno negativista desafiante está recogido en el DSM-5, un manual elaborado por la Asociación Americana de Psiquiatría y que sirve de referencia para diagnosticar los trastornos mentales.
Así, cuando un niño tiene este trastorno muestra un patrón de conducta donde hay enfado, irritabilidad, discusiones, actitud desafiante o vengativa. No basta con que se produzca de forma aisalda, sino que debe darse de forma habitual.
Además, es necesario que este tipo de comportamientos se produzca con alguna persona, independientemente de los hermanos, y que el niño cumpla, al menos, con cuatro de los siguientes síntomas:
- Pierde la calma a menudo.
- Está susceptible o se molesta con facilidad a menudo.
- Está enfadado y resentido con asiduidad.
- Discute con adultos o con la autoridad de referencia con frecuencia.
- Desafía de forma activa o se niega a satisfacer peticiones o normas por parte de figuras de autoridad de forma asidua.
- Molesta a los demás de forma deliberada.
- Culpa a los demás de sus acciones o de sus errores con frecuencia.
- Se ha mostrado rencoroso o vengativo al menos dos veces en los últimos seis meses.
Además, estos comportamientos han de tener un impacto negativo tanto en el niño como en su entorno (familia, amigos, colegio...).
¿Desde qué edad se puede presentar?
Tal como comenta la experta de www.ags-psicologosmadrid.com, este trastorno se suele presentar a partir de los cinco años. No obstante, si el niño tiene menos de esa edad, para ser diagnosticado de trastorno negativista desafiante ha de mostrar este tipo de conducta casi todos los días durante un periodo de seis meses. En los casos más comunes, a partir de los cinco años, estos comportamientos se presentarían al menos una vez por semana durante ese periodo de seis meses.
El trastorno negativista desafiante puede afectar a un solo entorno del niño (familia, colegio, ámbito deportivo...), lo que nos haría hablar de una manifestación leve del mismo. Si afecta a dos ámbitos, sería moderado, y si afecta a tres o más, estaríamos ante un trastorno grave.
¿Suele coincidir con otros trastornos?
El trastorno negativista desafiante tiene sus propias características y hay que diferenciarlo de otros como el trastorno disocial (cuando el niño rebasa las normas de un modo inadecuado según su edad) o el trastorno explosivo intermitente (cuando el niño tiene ataques de ira muy fuertes y repentinos con mucha impulsividad).
No obstante, hay que tener en cuenta, según apunta María Hurtado, que “entre un 30 y un 50% de los niños que presentan TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad) pueden llegar a desarrollar un trastorno negativista desafiante”. Por ello, su recomendación es “valorar en estos niños la posibilidad o, si son pequeños, prevenir para que no lleguen a desarrollarlo”.
¿Cuáles son las causas del trastorno negativista desafiante?
En este tipo de problemas pueden entrar en juego distintos factores. Estos son los que refiere la experta:
- De tipo biológico. “Son niños con temperamento nervioso, niños inquietos”, apunta.
- De tipo psicológico. Aquí influye de forma significativa el estilo educativo de los padres. “A menudo utilizan el refuerzo negativo, no premian las conductas positivas y el patrón que manifiestan los padres es negativista desafiante, por lo que el niño interioriza que esos patrones son los correctos o normales”, detalla. Además, es determinante la falta de límites y normas y un estilo de crianza excesivamente autoritario.
- De tipo social. Puede afectar más a niños que vivan en un ambiente de violencia o estén expuestos a situaciones de pobreza o delictivas.
¿Cómo abordar el trastorno negativista desafiante?
Además de pasarlo él muy mal, el niño con trastorno negativista desafiante es todo un reto para sus padres. No es fácil convivir con un hijo que cuestiona constantemente la autoridad, que se salta las normas o que tiene explosiones de ira. ¿Qué deben hacer los padres? “La intervención debe ser desde un punto de vista multidisciplinar, interviniendo tanto en el niño como con su entorno más cercano: padres, hermanos, colegios y amigos más directos”, subraya la psicóloga.
La recomendación de María Hurtado es que la familia aprenda a manejar esas situaciones difíciles, de manera que sepa cuáles son los entornos en las que se disparan y cómo se expresa y comporta el niño. Conociendo esto se pueden dar una serie de pautas a las personas que lo rodean. El niño necesitará que se le refuerce positivamente cuando lo haga bien y que “todo el sistema funcione de una manera sana psicológicamente hablando”.
“Si no se trata a tiempo o no se toman medidas, el trastorno no remite sino que se agrava, prolongándose en la edad adulta”, advierte la especialista de AGS Psicólogos Madrid.