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lactancia o biber n luc a mi pediatra te aclara este dilema© Lucía mi pediatra

Bebés

¿Lactancia materna o biberón? Lucía mi pediatra te aclara el dilema

En la determinación sobre cómo alimentar al recién nacido pueden influir muchos factores: situación familiar, información, expectativas de la madre... En todo caso, es una decisión importante que hay que tomar con libertad.


7 de febrero de 2022 - 19:14 CET

En España, cuatro de cada diez madres ha dado lactancia exclusiva en algún momento de la crianza. Pero,  a medida que pasan los meses, los porcentajes de las que dan solo pecho van cayendo hasta situarse en un 28,5%  cuando el bebé cumple su medio año de vida, según datos del INE (Instituto Nacional de Estadística). En ese momento, hay un 18,4% que dan lactancia mixta (pecho y biberón) y el resto da solo lactancia artificial, o bien porque lo hacen así desde el nacimiento del pequeño o bien porque a lo largo del tiempo abandonaron la lactancia materna.

En uno y otro lado hay madres que en un momento concreto han de tomar una decisión. Y como sucede con otros aspectos de la crianza, suele ser una determinación sobre la que recaen muchas opiniones ajenas.

La presión familiar y social

“Yo le digo a las madres: ‘úntate de vaselina antes de salir de casa, de este modo los comentarios te resbalarán”, explica gráficamente la  Dra. Lucía Galán Bertrand, pediatra, directora de Centro Creciendo,  autora de numerosos libros sobre crianza y una de las influencers y divulgadoras más reconocidas y seguidas a través de sus perfiles como Lucía, mi pediatra.

Su consejo es que las madres aprendan a poner límites y a ser asertivas al mismo tiempo para enfrentarse a la cantidad de opiniones, muchas veces contradictorias, que sobre el tema de la alimentación de sus hijos, y de muchos otros, no paran de recibir.

Así, aboga porque las madres puedan decir lo que piensan sin herir los sentimientos de los demás, pero con claridad: “Agradezco tu opinión, pero lo tengo claro, gracias”, “gracias por tus comentarios, pero me temo que no me ayudan”, “gracias por tomarte la molestia de preocuparte, pero en esto lo tenemos claro y lo vamos a hacer de este modo”.

A la vez, son necesarios unos límites hacia las personas más cercanas: “Lo que me acabas de decir me hace daño. No me ayuda en nada, así que agradecería que no me vuelvas a decir estas cosas”, “es nuestro hijo y si te parece bien, nosotros vamos a decidir qué es lo mejor para él. Para eso somos sus padres”, detalla la pediatra.

¿Lactancia materna o biberón? ¿Cómo deciden las madres?© AdobeStock

Cuestionar las opciones de otras madres

Lucía Puyol tiene 38 años y ha dado el pecho a su hijo Daniel hasta los dos años y dos meses. Se queja de la barrera social. “Está muy aceptado el hecho de dar el pecho como hasta el año de edad, pero pasado ese momento comienzan las críticas;  la sociedad no ha avanzado lo suficiente, pese a los estudios que demuestran los beneficios de la lactancia”,  explica.

En el otro lado, Marta Vega, también de 38 años y madre de tres hijos, se ha sentido juzgada por el hecho de no dar lactancia materna: “Cada vez que me han preguntado y les he dicho que no, han puesto cara de asombro y empieza el interrogatorio. Me preguntaban si a los otros dos primeros les di y no entendían por qué al tercero no. Cuando les doy una explicación lo entienden, pero  al principio la reacción es como si me dijeran qué mala madre soy o como si la quisiese menos”. 

En este sentido, la Dra. Lucía Galán lo tiene claro: “No haber dado pecho no te convierte en una peor madre, como tampoco nos convierte en mejores madres haberlo dado. El amor incondicional que sientes por tu bebé, tus cuidados, tu entrega, tu manera de respetarle, amarle y acompañarle en su vida te convierten en una madre maravillosa, con teta o sin ella”.

¿Qué hay tras la decisión de pecho o biberón?

Hay mujeres que tienen claro incluso desde el embarazo que no van a dar lactancia natural.  Ya sea por malas experiencias anteriores, por problemas graves de salud o por otras circunstancias de logística familiar.  Fue el caso de Marta Vega que tras dar lactancia exclusiva seis meses a su primera hija y estar 20 meses de lactancia con su segundo hijo, decidió optar por el biberón con la tercera. “No había forma de que mi segundo hijo quisiese ningún biberón ni chupete y eso me creó mucho estrés, ya que, además, mi primera hija tuvo muchos celos. Se me complicó mucho todo y llegué a tener ocho mastitis y cinco perlas de leche”, comenta.

Cuando se quedó embarazada de su tercera hija no dudó: “Necesitaba que su padre participara sobre todo por las noches, que para mí era lo más importante, e incluso mi hija mayor, de nueve años, que me ayuda mucho actualmente y le da los biberones”.

Por su parte, Lucía Puyol también tenía la decisión tomada: “Siempre he querido dar el pecho. Tenía claro que si tenía un hijo y mi salud me lo permitía, lo haría. Sin lugar a dudas.  Siempre he tenido un instinto maternal muy claro”,  apunta. Para ella, fueron duros los primeros días, por las dudas sobre si su bebé se estaba alimentando bien, pero las visitas de control del pediatra, en las que la valoración era positiva, despejaron su inquietud.

Lactancia materna o biberón© AdobeStock

Una experiencia muy personal

La forma elegida de alimentar al bebé puede condicionar otras vivencias de la crianza. “A mí, la lactancia me ha aportado un vínculo increíble con mi hijo; mucho más de lo que imaginé”, subyara Lucía Puyol. “Era ese momento nuestro, algo de los dos, en lo que nadie más podía entrar. Propocionaba al bebé calma, cobijo, alimento, tranquilidad, seguridad. Y lo disfrutábamos muchísimo juntos”, señala. Por eso es una experiencia que recomienda a todas las madres.

Para Marta Vega, lo más difícil de no dar el pecho ha sido precisamente privarse de ese vínculo: “Lo he echado de menos, pero sé que realmente tomé la mejor decisión; si no, creo que podría caer en depresión por todo lo que conlleva dar el pecho y tener más responsabilidadades, ya que no es solo ella, sino tres hijos de varias edades, trabajo, casa...”. Tanto es así, que  no se arrepiente de su decisión y aconsejaría la lactancia mixta como opción. 

Información, orientación y culpas fuera

Hay mujeres que tienen muy claro que no van a dar el pecho. Y otras a las que le gustaría, pero acaban abandonando la lactancia por problemas que pueden presentarse y que no pueden resolver al no contar con la información y el asesoramiento adecuados. Y aparece la culpabilidad.

En su primer libro Lo mejor de nuestras vidas (Ed. Planeta), Lucía, mi pediatra aborda este tema “cansada de ver en consulta tantas madres abatidas y arrasadas por la culpa”. Por ello, su postura es la siguiente: “Es tan sencillo como preguntar: ¿vas a dar el pecho? , ¿has pensado sobre ello? Y simplemente escuchar su respuesta”.

“Si lo tiene decidido y clarísimo, sean cuales sean sus motivos, la decisión está tomada. Ninguna mujer debería sentirse juzgada por nadie, mucho menos por un profesional sanitario, por algo así”, destaca.

Pero, ¿qué hacer si la mujer tiene dudas? “Entonces es cuando intervenimos con todo nuestro esfuerzo, empatía y sensibilidad en intentar ayudar a esa madre a tomar la decisión. Le ofreceremos la información que necesita saber, respetando siempre sus deseos y su momento vital, hablándole con franqueza de los beneficios de la lactancia materna y ofreciéndole nuestro apoyo para lograrlo”, resalta la Dra. Galán Bertrand.

Se trata, en definitiva, de que cada mujer sea libre para elegir, teniendo todos los datos que necesita saber y toda la ayuda y respeto que merece y necesita.