Skip to main contentSkip to footer
pap limpiando bab a beb © AdobeStock

Bebés

¿Por qué babean tanto los bebés?

La saliva protege a la boca en la época de dentición de los bebés, es fundamental para el habla, para deglución de los alimentos e incluso para proteger los dientes de las placas bacterianas. Los bebés a partir de los 2 meses babean (unos más que otros) y si es de forma excesiva, puede traer consecuencias.


31 de enero de 2022 - 14:34 CET

¡Mi bebé es una máquina de hacer babas! Más de una mamá o papá habrá hecho este comentario en alguna ocasión y es que cuando empiezan a querer salir los dientes a partir de los 2 meses aproximadamente, los bebés no paran de babear. Paula Camarós, matrona colaboradora con Lansinoh España, nos explica que: “Las causas son muchas, pero generalmente, por dolor cuando salen los primeros dientes o porque no dominan todavía el acto de tragar, salvo cuando maman que llenan todo de babas al acumular demasiada saliva en la boca”, dice la experta.

¿Por qué es importante la saliva?

Pero también, debemos saber que la saliva es imprescindible por varios motivos. En primer lugar, porque lubrica y protege los labios, los dientes, la lengua y las otras zonas dentro de la boca a la hora de hablar. De hecho, cuando tenemos la boca seca resulta bastante incómodo tanto conversar como tragar.

En los bebés, a medida que van creciendo, a las causas de la dentición y todavía tener dificultad en la acción de tragar, se le añaden otras como la alimentación complementaria. A partir de los 6 meses comienzan a introducirse alimentos en su dieta, a parte de la leche materna o de fórmula. “Nuevos sabores que harán que se activen sus glándulas, provocando que segreguen más saliva”. Sin embargo, la saliva es indispensable para comer, ya que gracias a ella los alimentos se reblandecen y son más fáciles de tragar. Además, la saliva ayuda a disolver grasas, el azúcar… momento en el que comienza la digestión. Asimismo, también es capaz de disolver exceso de comida que haya quedado en nuestros dientes lo que ayuda a protegerlos de las bacterias que puedan haber quedado en ellos.

¿Cuáles son las consecuencias de un babeo excesivo?

En primer lugar, no hay que alarmarse porque nuestro bebé babea de forma constante, es una época normal que pasan todos los bebés y que tiene fin. Lo que sí es cierto, es que esto puede derivar en problemas de irritación cutánea, más aún en pieles tan sensibles como son las de los bebés. “Entre los problemas o consecuencias que puede provocar este babeo constante están la irritación en el cuello, barbilla, pecho y hasta en el culete, debido a que, en el proceso de dentición, la saliva se vuelve más ácida y puede modificar el pH de la orina, provocando escozor”, nos cuenta la matrona.

Si el pequeño, además, pasa mucho tiempo con la zona húmeda puede darse la aparición de hongos o incluso, “resfriarse por el hecho de coger frío o tener muchos gases debido a todo el aire que traga”, señala la experta.

Pautas contra el babeo

Como ya hemos comentado el babeo en los bebés durante los primeros meses de vida es algo que no podemos evitar, pero sí podemos prevenir y seguir una serie de consejos para que la saliva no le traiga consecuencias: “Por ejemplo, mantener siempre su barbilla seca para que no se pringue las manos y la ropa. Ya que la piel de los bebés es muy sensible, utilizar mejor material de algodón orgánico”, recomienda Paula. Y, además, estos son algunos consejos que le ayudarán a controlar el babeo:

  • Enséñale a que cierre la boca al tragar saliva, que sea consciente de ello.
  • Haz que beba en pajita algunos líquidos o batidos que le ofrezcas para que los músculos de la boca se fortalezcan y le ayude a practicar absorber y tragar.
  • Dale de comer alimentos con diferentes temperaturas, texturas… para que aumente la estimulación sensorial en su boca.

Cuando acabará…

No te preocupes porque esto no va a durar siempre que sea bebé, suele remitir “al cumplir el año, ya que la acción de tragar empieza a ser controlada; o al año y medio cuando termina el periodo de la dentición”, nos aclara la experta. Aunque cada bebé es diferente y no en todos los bebés ocurre de la misma manera.

Cuando sí debemos alertarnos es cuando el niño ya haya cumplido los dos años y siga babeando con frecuencia: “Si notas que la salivación es desmedida, consulta al pediatra. El bebé podría padecer sialosis (el efecto directo de esta enfermedad es el exceso de saliva). Y si se alarga demasiado en el tiempo, podría significar que hay algún problema en su sistema nervioso, por lo que deberíamos estar pendientes si no conocemos la causa del alargamiento del babeo, si existe fiebre o dificultad para respirar o si nos preocupa que se pueda ahogar o que tenga nauseas”, señala la matrona.