La respuesta es afirmativa. Al igual que sucede con muchas otras funciones y otros órganos, la vista puede sufrir cambios durante el embarazo. La buena noticia es que en la mayoría de los casos, estas alteraciones son reversibles. ¿A qué se deben? ¿Las tienen todas las mujeres gestantes?
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Nos lo aclara el Dr. José Lamarca Mateu, oftalmólogo cirujano, subdirector de Docencia en el Centro de Oftalmología Barraquer y profesor en distintas universidades.
¿Por qué cambia la visión?
Como en muchas otras cosas de las que suceden en el embarazo, en este caso también hay que echarle la culpa a las hormonas, especialmente a los estrógenos.
Pero hay otros factores que influyen en los cambios en la visión que experimenta la embarazada. Uno de ellos es el propio cansancio acumulado a medida que avanza la gestación, que puede provocar algunas dificultades en este terreno. Por ejemplo, en la acomodación de la vista, la visión más cercana que utilizamos para leer. Tanto en el embarazo como en la lactancia, la madre puede notar ciertos problemas de acomodación en la lectura que solo se deben a esa falta de descanso y de sueño.
Pasa lo mismo en mujeres con hipermetropía. “Es posible que la graduación vaya bajando a lo largo del tiempo, pero justo en el embarazo aparece la graduación completa por el cansancio del músculo ocular. A partir de entonces, la mujer tendrá que usar gafas”, advierte el Dr. Lamarca.
Por otro lado, también hay que considerar la retención del líquidos propia de la gestación, que puede influir sobre algunas partes del ojo, variando la capacidad de visión.
¿Es verdad que aumenta la miopía en el embarazo?
En la idea generalizada de que la miopía aumenta en el embarazo hay parte de verdad y parte de mito, tal como explica el Dr. Lamarca. “Antes se tenían los hijos a una edad más temprana, cuando la miopía aún no había acabado de desarrollarse; por eso, si aumentaba se pensaba que era por el embarazo”, explica.
No obstante, sí que puede haber ciertos cambios fisiológicos que influyan sobre la miopía. Por ejemplo, en el tercer trimestre la retención de líquidos provoca modificaciones en el cristalino y en la córnea que, por ejemplo, cambian su curvatura. “Esto hace que se incremente algo la miopía y que cueste acomodar más la visión”, detalla el experto.
Además, hay alteraciones en la sensibilidad, por lo que la mujer tolera menos las lentes de contacto. Todo ello hace que pueda haber cambios en esta etapa. Sin embargo, hay que estar tranquilas: “La graduación se estabiliza a los pocos días tras el parto a nivel ocular, aunque la acomodación tarda más”.
¿Influye la miopía en el tipo de parto?
Las mujeres con mucha miopía suelen tener miedo al parto vaginal por los pujos. Pero, tal como comenta el oftalmólogo, es un mito. “Los pujos no ocasionan desprendimiento de retina ni otras complicaciones”, asegura.
Eso sí, las mujeres con miopía magna (con 10 dioptrías o más), deben visitar al especialista antes del embarazo para evaluar los posibles riesgos. Siempre que la mujer tenga una patología ocular conviene hacerlo antes de intentar la gestación.
En el caso de que quiera operarse de miopía se aconseja no hacerlo durante estos nueve meses, ya que las hormonas, la retención de líquidos y otros factores podrían hacer que la graduación no fuera la definitiva. Además, tal como alerta el oftalmólogo, “ninguna cirugía está exenta de complicaciones, por lo que se aconseja esperar hasta después del embarazo y la lactancia”.
¿Qué sucede cuando hay un problema de visión previo?
Algunas patologías oculares previas pueden sufrir modificaciones en el embarazo. Así lo explica el subdirector de Docencia en el Centro de Oftalmología Barraquer:
- Glaucoma. Hay un deterioro del nervio óptico, lo que provoca una alteración en el campo visual. El problema es que los colirios que se usan en el tratamiento del glaucoma no se pueden emplear durante el embarazo. “En el 18 % de los embarazos con glaucoma hay alteraciones definitivas en el campo visual por no tomar las medidas adecuadas, por lo que se aconseja planificar el embarazo haciendo pequeñas intervenciones para prevenir la situación”, subraya el Dr. Lamaca. Las embarazadas con glaucoma tendrán también que tomar una medicación en los ocho primeros meses de embarazo y otra distinta en el último mes.
- Diabetes tipo 1 y retinopatía diabética. El tratamiento de la diabetes tipo 1 durante los meses de embarazo es clave para evitar complicaciones más serias en los ojos. “Siempre recomendamos hacer una buena revisión antes y durante el embarazo, especialmente en el segundo trimestre”.
- Uveítis. Es una enfermedad ocular que se ve favorecida por el embarazo. “La situación inmunológica de la gestación hace que el embarazo proteja de la progresión”, señala el Dr. Lamarca.
Además, la embarazada debería ir al médico ante algunas señales de alarma como dolor ocular o disminución de la agudeza visual en un ojo o en ambos. “La exploración oftalmológica a una embarazada no es invasiva. No se pueden hacer algunas cosas como dilatar el ojo, pero hay aparatos que permiten ver el interior del ojo sin tener que dilatar”, destaca el experto.