Uno de los momentos más complicados de la maternidad sin duda es el posparto. Es una época con muchas satisfacciones pero también con muchas sombras, en la que las mujeres debemos asimilar en un corto periodo de tiempo todos los cambios que están ocurriendo tanto en nuestra cabeza como en nuestro cuerpo.
A nivel físico, una de las grandes y más inmediatas transformaciones que veremos tras dar a luz es en nuestra tripa. Es normal que unas semanas tras el parto la barriga tenga un aspecto similar al de una embarazada de seis meses, ¡no te asustes! El organismo va a realizar un gran trabajo para volver a su estado original pero no lo hará con la misma rapidez con la que se adaptó al crecimiento del útero durante la gestación, sino que la recuperación posterior será más lenta.
“Durante el embarazo, el cuerpo de la mujer va cambiando de forma paulatina. El parto es un acontecimiento corto en el tiempo y el cuerpo tarda unos meses en estar totalmente recuperado. El cuerpo de la mujer está más que preparado para parir, pero debemos tener en cuenta que tenemos un estilo de vida sedentario lo que dificulta el proceso del parto”, nos cuenta Mª Victoria García Barba, fisioterapeuta especializada en suelo pélvico de la Clínica Andrada Fisioterapia en Ginés, Sevilla.
Durante este proceso de transformación a su estado inicial puede surgir una de las patologías más comunes que se da en la zona de las abdominales, la llamada: diástasis abdominal. “Consiste en la separación de los músculos rectos anteriores del abdomen. Esto es debido a la distensión fisiológica que sufre el abdomen para dar cabida al bebé durante el embarazo pero que, en ocasiones, no regresa a su estado natural. Por otra parte, podemos padecer problemas a nivel de suelo pélvico, como prolapsos (descenso de órganos pélvicos a través de la vagina), debilidad de la musculatura pélvica o, por el contrario, un exceso de tono, incontingencias, hemorroides…”, nos explica.
La gran controversia de las fajas posparto
Para una mejor recuperación posparto hay un método que suscita mucha controversia entre profesionales, el uso de las fajas posparto. Lo cierto es que disimula la tripita que todavía nos queda después de dar a luz pero a nivel fisiológico no está recomendada usarla inmediatamente después del parto, sino que, en el caso de utilizarla, al menos habría que esperar hasta después de la cuarentena.
Según nos cuenta la experta el debate de su uso viene de los años 60 y 70 cuando se utilizaba de forma generalizada para que las mujeres recuperaran su figura de forma rápida tras el parto, eso sí, sin tener en cuenta otros factores. “En esos años, y casi a día de hoy, hablar de problemas de suelo pélvico tales como incontinencias urinarias, hemorroides, dolor en las relaciones sexuales o anorgasmia era un tema tabú por lo que no se tenían en cuenta”, afirma Victoria. “De hecho, existe poca evidencia científica sobre el uso de fajas postparto pero cada vez somos más los profesionales que estamos en continua actualización y tenemos más evidencia clínica”, continua.
Entonces, ¿cuándo usar la faja posparto?
“De manera general no, no es aconsejable usar fajas en el postparto. El cuerpo humano viene con una faja abdominal de fábrica que es la que debemos priorizar. Si bien tras el parto dicha faja está más vulnerable y puede ser menos funcional, no debemos sustituirla por ninguna externa ya que entonces estaríamos retrasando su recuperación. Debemos trabajarla para que recupere su funcionalidad lo antes posible”. Sin embargo, hay ciertas ocasiones en las que la faja sí que está recomendada: “Cuando el tejido fascial de la diástasis está tan dañado que provoca dolor”, explica la fisioterapeuta.
Hay que tener en cuenta que, según los expertos, un uso prolongado de la faja postparto sin prescripción podría dar lugar a diversos problemas como:
- Alteraciones cutáneas
- Atrofia muscular (el cuerpo se acostumbra a que un elemento externo haga su función)
- Dependencia a dicha faja
- Problemas digestivos por el aumento de presión
- Problemas de suelo pélvico y diafragma.
“Además, si nuestro cuerpo ha tardado 9 meses hasta llegar a término, no debemos ansiar una recuperación en 15 días”, añade Victoria.
Y... ¿el cinturón abdominal? ¿qué es?
Es importante saber diferenciar entre una faja posparto y un cinturón abdominal que es mucho más ligero y menos intrusivo: “El cinturón sólo se coloca bordeando la pelvis de forma paralela al suelo. Su función es la de dar estabilidad a las articulaciones que puedan estar alteradas tras el parto. Su uso se recomienda en períodos en los que estemos mucho tiempo de pie o caminando siempre y cuando haya sido valorada por un profesional cualificado”, indica la fisioterapeuta.
No te lo pierdas: Revisiones posparto: cuántas son y qué se examina
Cómo ejercitar nuestra faja abdominal natural
Como cualquier parte del cuerpo el suelo pélvico, así como el cuerpo tras el embarazo en general, necesita de una recuperación. Existen ejercicios específicos y muy recomendados para el posparto, precisamente, fortalecer la faja abdominal natural, dar una mayor movilidad pélvica y trabajar el diafragma; esecial para una recuperación posparto. Según aconseja la fisioterapeuta: “Hasta acercarnos al final de la cuarentena, deberíamos dar un poco de tiempo al cuerpo para que se recupere y centrarnos en un trabajo respiratorio suave. Una vez pasada esta etapa y tras un reconocimiento por parte de una fisioterapeuta especializada, empezaremos a trabajar la musculatura tanto pélvica como abdominal”. A parte de estos ejercicios indicados para fortalecer el “core”, debemos saber que: “Aquellos hiperpresivos como los abdominales clásicos y los ejercicios de impacto como correr quedarían en un segundo plano para una etapa más avanzada”, recomienda la experta.