Seguramente, si eres madre, habrás dicho o hecho alguna de estas cosas en algún momento y es que nadie dijo que la maternidad fuera fácil. De hecho, es mucho más complicada de lo que pensamos antes de ser padres y es por ello que son muchos los prejuicios que se dan en la crianza. La psicóloga infantil Elisa Ramos (@elisaramospsico), nos explica el porqué de cada una de estas afirmaciones y nos da una serie de consejos para llevar lo mejor posible algunas de las situaciones más comunes que nos toca vivir como padres.
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1. No verán televisión hasta los 3 años
Son muchas las asociaciones y profesionales que no aconsejan las pantallas antes de los 3 años incluso de los 6, pero en la práctica la cosa cambia. “Mi recomendación es que se haga un uso responsable de estos dispositivos teniendo en cuenta que no benefician al desarrollo del niño y que tenemos que reducirlos al máximo”, nos confiesa la psicóloga. Y añade: “Es mejor emplear la televisión que otros dispositivos, que no sea más de media hora al día y seleccionando lo que ven. Recomiendo que sean dibujos lentos y calmados para que no se vea afectado el autocontrol y no promuevan la necesidad de la inmediatez ya que puede derivar en un problema de impulsividad. También, considero necesario que, si se emplean otros dispositivos sea junto al adulto y con un fin interactivo, como puede ser ver fotos o vídeos juntos, jugar a algún juego, etc.”.
2. No comerán nada con azúcar, ni procesados
Las cosas han cambiado y hoy en día se da una mayor importancia a la alimentación que hace unos años y los alimentos procesados han pasado a ser demonizados. Con ello: “Buscan romper con esa mentalidad de que si el niño no se toma todos los días un Cola-Cao con una magdalena para desayunar es que no tendrán una buena infancia”, nos comenta la psicóloga.
Pero como todo en esta vida, hay excepciones: “En mi opinión sí, y más cuando vivimos en un país donde nos reunimos la mayoría de las veces alrededor de una mesa con comida. Mi recomendación, es proporcionarle diariamente una alimentación sana, sin apenas procesados ni productos azucarados y, en algunas ocasiones, cuando salgamos a comer fuera, fiestas, cumpleaños, etc. hacer esa excepción. Considero que lo prioritario no es que el niño vea esos productos como algo prohibido sino como alimentos que están ahí y que se deben tomar con moderación y transmitirle la importancia de los buenos hábitos alimentarios diariamente”, aclara.
3. Dormirán siempre en su cuna/cama
Esta es una de las frases más repetida cuando no se es madre pero la perspectiva cambia y mucho cuando lo eres. “Como madre de dos que soy y que he pasado por este período sí que recomiendo tener en cuenta el Síndrome de la Muerte Súbita del Lactante (SMSL) teniendo que tomar precauciones hasta el año, en este sentido. Por lo tanto, si queréis que vuestro bebé duerma en su cuarto antes del año, os recomiendo ir frecuentemente a ver qué tal está”, nos comenta.
La facilidad que da el colecho a los padres es tal que después el paso a su cuna/cama suele ser complicado. Para estos momentos la psicóloga aconseja: “Será necesario que nos armemos de paciencia y le acompañemos en el proceso con cariño y comprensión. Es importante transmitirles (si ya son más mayores) que este es un paso que tienen que dar en su crecimiento y transmitirles que mamá o papá están en la habitación de al lado y que iréis a verle cada vez que lo necesite. Por lo tanto, será imprescindible que acudáis a su llamada”, nos cuenta. Pero sí que es primordial que el niño se acostumbre a tener su espacio y adquirir su propia autonomía, que aprendan a sentirse seguros y confiados por sí solos: “El bienestar del niño no requiere en todo momento de nuestra presencia sino de que nos mostremos accesibles física y emocionalmente cuando ellos nos necesiten”, afirma Elisa.
Niña no quiere comer
5. Nunca haré chantaje emocional
La recomendación de la experta es que durante la educación de nuestros hijos no se viva el chantaje emocional como una opción ya que tiene consecuencias muy negativas en el niño que se mantendrán durante la vida del adulto.
Por lo tanto, ¿cómo conseguir que nos hagan caso o cumplir nuestros objetivos entonces? “Será muy importante que seamos realistas y tengamos en cuenta la edad y el desarrollo de nuestro hijo/a. No podemos pretender que un niño de tres años esté quieto todo el tiempo en una silla bien sentado y sin moverse mientras esperamos a que le atienda el médico, ni tampoco podemos pretender que una niña de dos años saque sus juguetes y, una vez haya terminado, salga de ella recogerlos directamente. Estos aspectos entran dentro del proceso de aprendizaje y maduración y, será imprescindible, que nosotros como padres les vayamos guiando y mostrando cómo hacerlo; por lo tanto, mi primer consejo es actuar con el ejemplo. A edades muy tempranas, una buena manera de conseguir que te hagan caso es emplear el humor y el juego”, recomienda Elisa.
6. No gritaré en público ni perderé los nervios
Esta es una frase muy repetida pero cuando nos encontramos en la realidad de nuestro día a día como madre se hace muy difícil cumplirla sobre todo cuando hay que lidiar con las temidas rabietas. La psicóloga en este caso recomienda: “Lo primero que debemos tener presente es normalizar la situación, las rabietas son una descarga emocional natural en el desarrollo que se presentan porque los niños/as van creciendo y tienen la necesidad de hacer las cosas por sí mismos/as pero sus capacidades motoras, físicas, intelectuales no están del todo desarrolladas y esto les genera frustración, enfado, miedo... Os pido que normalicéis las rabietas como parte de su edad, que le comprendáis y que no os dejéis influir por lo que piensen los demás”.
Estos son algunos consejos que nos da la psicóloga sobre cómo acompañar a nuestro hijo durante su rabieta:
- Mantén un horario de rutinas: ya que muchas están ocasionadas por el hambre o el cansancio
- Déjale que hable sin juzgarle
- Enséñale a expresar y conocer sus sentimientos y, cuando lo haga, valídale lo que sienta
- Mantén la calma durante la rabieta y háblale con un tono amable y sereno (la más difícil de todas)
- Tras la rabieta, hablad para buscar posibles soluciones
- Transmítele todo tu amor y ofrécele un abrazo, tienen poderes curativos...
7. No cederé cuando el bebé llore
En muchas ocasiones nos tomamos situaciones que vivimos con nuestros hijos como un pulso o reto en el que yo, como padre tengo que ganar. Y, en mi opinión, ese es el error... “Si te posicionas en ese lugar estableceréis una lucha de poderes donde ninguno de los dos se verá beneficiado”. Para ello, la psicóloga aconseja que una buena forma de conseguir que deje de hacer algo que no nos gusta es “redirigir” la situación. “Es importante marcarle a nuestros hijos unos límites que tienen que seguir, a medida que los conozcan los irán interiorizando y aceptando”, dice.
8. No comerá viendo los dibujos
Los buenos hábitos en la mesa pasan también por tener una interactuación familiar. Un ritual en el que la familia se junta para realizar una actividad común. Por este motivo, si el niño necesita los dibujos para comer estará desconectándose de ello: “No suelo recomendar comer viendo dibujos, excepto en algunas ocasiones especiales en las que toda la familia vea una película mientras cena o casos similares”, dice y añade: “Creo que el problema en esto es que creemos que somos nosotros los que debemos sentarnos y darles a ellos la comida y, realmente, es más beneficioso enseñarles desde muy pequeños a que son ellos los que deben tomársela solos”, finaliza.