¡Mi hijo se sale de la media! ¿Qué es y qué significa el percentil 90?

El peso y la altura de nuestro bebé son dos parámetros fundamentales por los que los pediatras se guían para saber si su evolución es correcta y está dentro de lo considerado normal y saludable. Pero , ¿qué pasa cuándo las medidas se salen de la media? Te explicamos qué es el percentil 90.

26 de enero de 2022 - 13:05 CET26 ene 2022 - 13:05 CET

Que nuestro bebé gane peso y talla es una clara señal de que se está desarrollando correctamente. Es muy importante saber que cada niño tiene su propio ritmo de crecimiento y la forma que tienen los pediatras de saber si su evolución está siendo óptima es gracias a los percentiles. Pero, ¿qué pasa cuando nuestro hijo es más grande que la media? Le compras la ropita que en teoría pertenece a su edad pero no le cabe o no dejas de escuchar comentarios como “¡Es un bebé enorme!” o “Nunca he visto un bebé tan grande…”. Bueno, pues puedes estar muy tranquila porque si tu hijo gana peso y talla de una forma saludable y compensada no tienes de qué preocuparte. Para analizar un poco más a fondo cuáles son las características de estos niños que son más altos de la media hemos hablado con el doctor Gonzalo Oñoro, médico pediatra de @dospediatrasencasa.

Para saber si un niño se está desarrollando de una forma óptima debemos tener en cuenta que los pediatras le harán un seguimiento desde su nacimiento basándose en tres parámetros: el peso, la altura y el perímetro cefálico . Estas medidas se visualizan en las curvas de crecimiento que siempre irán en concordancia con su edad y sexo.

La forma de interpretarlas son los llamados percentiles que son: “Una herramienta que utilizamos los pediatras para valorar el crecimiento de los niños tanto en peso como en talla durante la infancia. Estos nos sirven para conocer si la evolución en peso y talla es la adecuada y podemos ver si, por ejemplo, un niño de repente alcanza un percentil muy alto, si están ganando más peso del que le tocaría o se están quedando más delgados de lo que deberían. Por parte de la talla, se controla si tiene una curva de crecimiento normal o se está quedando más bajito de lo que fuera esperable”, nos cuenta el doctor. En definitiva, “los percentiles sirven para evaluar a un niño en concreto en comparación con los mismos niños de su edad y sexo y además, hacer una evolución del seguimiento a lo largo de la infancia y ver si ese crecimiento es adecuado”, prosigue.

¿Qué es la canalización del crecimiento?

El experto nos cuenta que la gran mayoría de los niños cuando nacen tienen más o menos el mismo peso y la misma talla que “se encuentra alrededor de los 3 kg o 3 kg y algo, y en unos 50 cm (2 cm por arriba o por abajo, si son niños que han nacido a término y sanos)”. Durante los dos primeros años de vida los niños hacen una “canalización del crecimiento”, añade: “Esto significa que buscan el percentil por el que van a crecer el resto de la infancia. Ese percentil ya sea un percentil 25, 50 o 90 viene muy condicionado por la genética que le han aportado los padres, siempre y cuando estemos hablando de niños sanos y que reciben una alimentación adecuada”, señala el pediatra.

Percentil 90: ¿qué pasa cuando un niño se sale de la media?

En primer lugar, hay que tener en cuenta que “no estar en la media no significa que no sea normal. Hay niños más grandes, más pequeños en talla, en peso… ‘Normales’ son todos los niños que crecen y ganan peso de forma adecuada durante la infancia”, aclara el pediatra. Aquellos niños que se consideran más grandes de la media son los que están en los percentiles más altos de la tabla, entonces ¿qué significa el percentil 90? “Un percentil es una medida estadística que nos dice cuántas personas o cuántas mediciones están en ese porcentaje. Por ejemplo, el percentil 90 de peso un niño de 12 meses significa que el 90% de los niños de esa edad y de ese sexo pesan lo mismo que ese niño o menos. O, dicho de otra forma, solo hay un 10% de niños que tienen un peso mayor a ese niño en concreto. No quiere decir que no sea normal, simplemente que es un niño de los que más peso tienen. También habrá que valorar la talla. La mayoría de los niños que tienen un percentil 90 se consideran niños normales tanto en peso como en talla”, explica el pediatra.

La genética tiene mucho que ver en estos casos y es que el doctor Oñoro nos comenta que los niños de percentil 90 suelen tener padres que son grandes (además de recibir una alimentación adecuada). Pero, ¿qué pasa cuando los padres tienen tallas estándares? “Todo tiene un margen de error. El potencial genético no solo viene de los padres, sino que puede venir de los abuelos o también viene muy condicionado por el entorno. Un niño que no se pone frecuentemente enfermo, que recibe una alimentación muy saludable… va a tender a un potencial genético mayor. Se ha visto que con el paso de las generaciones se tiende a mejorar la talla, es decir, los niños de ahora, probablemente sean más altos que sus predecesores. Por eso hay padres que tienen una medida estándar de talla y tienen hijos más grandes de lo que les tocaría, pero eso entra dentro de lo normal. Al final, son datos estadísticos y siempre hay alguno que se sale de la estadística”, nos explica.

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¿Cómo será la evolución de los niños de percentil 90?

Lo normal es que los niños que tienen un percentil 90 sigan creciendo en los mismos parámetros hasta la edad adulta y se conviertan en adultos más altos de la media, pero tal y como nos cuenta el doctor Oñoro: “Lo mismo pasa con los niños más chiquititos, aquellos que han crecido en un porcentaje bajo de talla, normalmente son niños que se convierten en adultos que no son los más altos de la población”. La evolución de estos niños, así como de todos los infantes en general pasa por las revisiones pediátricas llamadas del “niño sano” que son más frecuentes durante los primeros dos años de vida del bebé y que se van espaciando después durante el resto de la infancia.

“En principio no hay que realizar ningún seguimiento especial a un niño que consideramos normal, por lo que los niños que están en percentil de talla o peso 90, siempre que se trate de un niño sano, no hace falta hacer ningún control especial. Cuando sí que hay que alarmarse es cuando hay cambios bruscos de peso o talla. En estos casos, el seguimiento debe ser más estrecho pero igualmente, es algo que el pediatra ve en el día a día de la consulta y será quién lo valore y haga un control de estos cambios”, concluye.

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