Tik Tok es una red social donde se crean y se comparten vídeos. La mayoría de ellos tienen un formato breve y muy visual, que engancha a los menores. De hecho es una de las plataformas con mayor éxito entre los más pequeños.
Desde la pandemia, y especialmente a raíz de los confinamientos, los niños y adolescentes pasan más tiempo en el mundo virtual. Al margen de otras consideraciones, algunos médicos han dado la voz de alarma por un fenómeno que han bautizado como ‘Tik Tok tic’. ¿En qué consiste? ¿Es preocupante?
El aumento de los tics
No se trata de un hecho aislado, sino de una tendencia en todo el mundo. Desde la pandemia se ha observado cómo se ha incrementado el número de niños y adolecentes con tics (especialmente niñas entre 10 y 14 años). Se trata de tics diferentes a los que caracterízan el síndrome de Tourette, que también puede afectar a niños y que tiene otras manifestaciones.
Así, hablamos de tics en forma de parpadeos, muecas, sonidos involuntarios, movimientos de brazos y de tronco, aplausos, golpes en el pecho... Pueden mostrar más de diez movimientos y sonidos en un solo día. En definitiva, son comportamientos muy llamativos que llevan a los padres a consultar al médico o en unidades especializadas de Neurología, o incluso a presentarse en un servicio de Urgencias, cuando los tics se repiten durante horas y parecen incontrolables.
El sorprendente resultado es que se trata de un trastorno funcional del movimiento, originado por las visualizaciones de vídeos en Tik Tok donde los protagonistas los llevan a cabo. Es decir, estaríamos ante un fenómeno de ‘contagio’, tras repetir lo que ven en sus dispositivos.
Afortunadamente, no es algo que suceda a la mayoría de los menores que consumen vídeos de Tik Tok, pero sí ha sido lo suficientemente llamativo como para que médicos de distintas nacionalidades hayan estudiado conjuntamente lo que sucedía.
La pandemia dentro de la pandemia
En el estudio Tik Tok tic: Una pandemia dentro de una pandemia, pediatras de Estados Unidos, Reino Unido, Australia y Canadá han analizado este aumento de tics en niños y adolescentes a raíz del visionado de vídeos de la citada red social.
Los vídeos examinados son aquellos en los que se utilizaban las etiquetas ‘tic’, ‘Tourette’ o ‘tourettes’, que son las que emplean los tiktokers (creadores de vídeos en esta plataforma) para identificar cuando realizan ese tipo de movimientos exagerados que luego son copiados por los espectadores.
El trabajo pone de manifiesto que el promedio de tics por minuto en uno de estos vídeos puede alcanzar la cifra de 29 (son más numerosos que en tics normales). Además, se trata de tics que afectan principalmente al tronco y a los brazos, a diferencia de los tics no mediados por Tik Tok. También había comportamientos autoagresivos y coprolalia (emisión incontrolada de palabras obscenas), lo que los diferencia de otro tipo de tics.
Así, los autores del estudio concluyen que “este es un ejemplo de enfermedad sociogénica masiva, que involucra comportamientos, emociones o condiciones que se propagan espontáneamente a través de un grupo”.
¿Qué hacer ante el Tik Tok tic?
Lo más tranquilizador es que este trastorno o estos tics no obedecen a ningún problema orgánico. Está provocado por una imitación y aparece de forma súbita, igual que puede desaparecer de la misma manera.
Para el Dr. Darío Ortigoza, jefe de la unidad de Trastornos del Movimiento del Hospital Sant Joan de Déu, de Barcelona, hay que considerar que esta imitación no se realiza en muchas ocasiones de forma expresa. Tal como comenta en un artículo del propio hospital, “hay que tener en cuenta que este trastorno se da en adolescentes que pasan muchas horas ante las pantallas y pueden imitar a los tics que ven para ganar aceptación social”.
El abordaje de este trastorno no es mediante fármacos sino limitando el tiempo que pasan en la red social, reduciendo la atención que se le presta cuando el menor presente los tics y si hay una gran interferencia de los tics en la vida ordinaria, solicitando una valoración en Salud Mental, donde posiblemente se recomiende una terapia de tipo cognitivo-conductual.