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pica en el embarazo© AdobeStock

Embarazo

¿Sabes qué es la pica y cómo puede afectar a la embarazada?

Durante la gestación, la pica es mucho más frecuente de lo que pudiera parecer. Conviene diagnosticarla para tratarla adecuadamente y que no suponga un peligro para madre e hijo. ¿En qué consiste?


11 de enero de 2022 - 12:03 CET

La pica es un trastorno por el cual la persona afectada, en este caso la embarazada, ingiere objetos que no son alimentos. Por ejemplo, césped, tierra, tiza, la mina de los lápices, papel... Puede ser cualquier cosa que no sea propiamente para comer.

Aunque pueda parecer algo infrecuente, la realidad es que algunos estudios hablan de que  una de cada cuatro mujeres puede presentar síntomas de pica o en el embarazo o en el posparto.  En algunos países, por factores puramente culturales, están cifras son aún mayores.

¿Cómo abordar la pica en la gestación?

“Aunque aún no está clara su etiología, frecuentemente  la pica se ha asociado a algún déficit, de hierro o de zinc, fundamentalmente”,  explica la Dra. Alba Roca Lecumberri, jefa de la Unidad de Salud Mental Perinatal del Hospital Clínic de Barcelona.

Aunque resulte complicado para la gestante revelar que tiene esta conducta, debe hacerlo y comentarlo abiertamente con su médico para que este pueda hallar la causa y ponerle solución.

Así, lo primero es hacer un buen diagnóstico para determinar qué hay detrás de este trastorno. Pueden darse distintas circunstancias:

  • Si la pica es de nueva aparición durante el embarazo: “Probablemente  pueda deberse a una anemia ferropénica,  por lo que la suplementación con hierro sería la primera opción terapéutica”, explica la experta.
  • Si no no hay déficits nutricionales y/o la pica era anterior al embarazo: “Es necesario evaluar posibles factores culturales o la existencia de elevado estrés y/o alguna patología mental subyacente”. En este caso, tienen que intervenir profesionales de salud mental para valorar la intervención más adecuada, “que puede ser psicológica o bien un tratamiento combinado (psicoterapia y fármacos)”, indica la Dra. Roca.

¿Es igual que los antojos?

La pica (o alotrofagia) se diferencia claramente de  los antojos pues estos últimos siempre hacen referencia a la necesidad irreprimible de comer algún alimento.  Pueden ser platos que a la mujer no le gustasen antes o que no eran habituales en su dieta y que durante el embarazo solicita recurrentemente.

Sin embargo, en la pica, la gestante desea tomar o chupar cosas que no son alimentos. Para considerar que hay pica no basta con que esta pulsión se produzca algún día aislado; ha de ser una conducta reiterada durante varias semanas.

¿Suele aparecer por primera vez la pica en el embarazo?

La pica también está muy ligada a determinadas culturas. “Desde la antigüedad se han documentado casos de pica en la gestación”, señala la especialista. Lo más probable es que aparezcan en el embarazo porque en estos nueve meses hay más necesidades de oligoelementos y el cuerpo hace una señal de esa forma.

Pero al margen de cuestiones orgánicas, la pica también puede debutar tanto en hombres como en mujeres en otras etapas de la vida, como en la infancia. “La infancia es un periodo en que puede aparecer este desorden y cabe destacar que  haberlo padecido en la niñez puede ser un factor de riesgo para que reaparezca en el embarazo”,  advierte la jefa de la Unidad de Salud Mental Perinatal del Hospital Clínic de Barcelona.

¿Qué consecuencias puede tener la pica en el embarazo?

La pica puede tener efectos negativos tanto sobre la salud de la madre como sobre la salud de su bebé en formación. Hay que tener en cuenta que está ingiriendo sustancias que no son comestibles.

Si la pica se produce por niveles bajos de hierro,  la madre puede sufrir anemia o deficiencia de hierro, “que se asocia a mayor probabilidad de parto prematuro o bajo peso al nacer”,  subraya la Dra. Alba Roca. De igual forma, los niveles insuficientes de hierro durante la gestación se asocian con una probabilidad más alta de padecer depresión posparto.

Además, “según la naturaleza de la sustancia consumida puede haber complicaciones moderadas-graves por la exposición a contaminantes químicos, parasitosis u obstrucciones intestinales que pueden llegar a requerir intervenciones quirúrgicas”, comenta la especialista.

Por ejemplo, si la mujer come tierra, puede exponerse a abonos, fertilizantes u otros compuestos en un periodo de especial vulnerabilidad. También a determinados patógenos. Y cuando el objeto es punzante, como advertía la Dra. Roca, la posibilidad de requerir una cirugía está ahí.

Por todo ello, ante los primeros síntomas lo más adecuado es advertir al ginecólogo o a la matrona de lo que está sucediendo para que puedan investigar la causa y ponerle remedio ya sea desde el punto de vista físico o mental.

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