La forma más natural que tienen los bebés de alimentarse desde su nacimiento es el pecho de su madre y esto incluye que la succión y el flujo de la leche sea lento pero fluido. Por otro lado, existen estudios que aseguran que los bebés que se alimentan con biberón, ya sea de leche artificial o materna, suelen comer más de lo que necesitan.
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Esto pasa por dos motivos: porque la leche sale muy rápido y el bebé no sabe identificar cuando está saciado o porque el cuidador insiste en que se acabe todo. Pero existe una forma de dar el biberón de forma más cercana a la natural que puede ser muy beneficiosa para el bebé por varios motivos y esta tiene nombre propio: el método Kassing. “En realidad, es la manera más adecuada y respetuosa con el bebé de tomar biberón. Tanto si se alimenta normalmente con lactancia materna como si hemos optado por lactancia artificial. El bebé come con calma, sin estrés en la gestión del flujo y puede parar cuando ya no tiene hambre, explica Naza Olivera, matrona e IBCLC (@comadronaenlaola).
El método Kassing y otras formas de suplementación
Pero para conocer un poco más sobre este método tan famoso en lactancia nos tenemos que remontar a sus orígenes que se centran en Dee Kassing, IBCLC norteamericana, quien lo diseñó para poder dar el biberón a bebés alimentados con pecho sin que este interfiriera en la lactancia materna. “Consiste en imitar lo máximo posible, la toma al pecho, pero con un biberón. Esto es, porque para mamar del pecho, los bebés deben realizar movimientos coordinados y complejos de la lengua y musculatura de la boca, además de coordinar succión-deglución-respiración. Saben hacerlo y están preparados para ello”, nos explica Naza.
Mientras que la forma de dar el biberón normalmente es muy diferente. El bebé lo recibe de forma pasiva y sin apenas esfuerzo bebe toda la leche, lo que puede provocar la confusión tetina-pezón. “El método Kassing, consiste en dar el biberón con el bebé en una posición mucho más vertical, y no en cuna como suele hacerse (bebé más bien tumbado boca arriba). A los bebés más pequeños, recién nacidos, hay que sujetarles la cabeza desde la nuca. El biberón, se ofrece rozando los labios del bebé y esperando a que inicie la búsqueda (como haría con el pecho). Una vez que abre la boca, se introduce la tetina que debe tener una forma fisiológica parecida al pezón. Además, debemos escoger un flujo lento que permita al bebé ser el que extrae la leche”, explica la matrona y prosigue: “Antes de enderezar el biberón, esperamos a que el bebé realice unas succiones. Imitamos el tiempo de espera de eyección de la leche y tras estas succiones, enderezamos el biberón de manera horizontal, llenando la punta de la tetina de leche. No lo ponemos boca abajo como suele hacerse. Debemos observar al bebé. Debe comer con calma, pudiendo gestionar el flujo. Si percibimos estrés quizás el flujo de la tetina es demasiado rápido. Cuando el bebé pausa para respirar, bajaremos el biberón y volveremos a llenarlo de leche cuando reinicie la succión”, concluye.
La toma con el método Kassing suele durar entre unos 15 o 20 minutos que aproximadamente es el mismo tiempo que una toma normal de pecho. Con esto estamos permitiendo que el bebé note una sensación de saciedad y cuando no quiera más no inicie la succión y no se fuerce a acabar el biberón entero obligatoriamente.
Aunque también hay que saber que existen otras formas de suplementar al bebé, ya sea con leche materna o artificial, cuando la lactancia es mixta o por el motivo que sea: “Existen otros métodos para dar el suplemento como es un relactador al pecho, dedo-sonda, cucharita o vasito. Pero si deseamos hacerlo con biberón o necesitamos hacerlo frecuentemente, el método Kassing es la manera de interferir menos en la lactancia y en la capacidad del bebé de mamar del pecho de su madre”, aconseja la matrona.
Recomendaciones si eliges una lactancia mixta
Se dice lactancia mixta cuando el bebé come del pecho de la mamá y, además toma biberón de leche artificial o leche extraída de la madre. Existen varios motivos por los que la mamá decide realizar este tipo de lactancia como puede ser dolor en el pecho al mamar, infecciones seguidas, grietas del pezón repetidas, la incorporación al trabajo, necesidad de desacansar…
Para aquellas mamás que han optado por la lactancia mixta, el método Kassing se convierte en un gran aliado y hay que tener en cuenta que se ha de realizar con el cuerpo del bebé muy pegado al cuerpo de la mamá, idealmente en piel con piel, y mantener el contacto emocional y visual con el pequeño lo máximo posible. “Para poder mantener una lactancia mixta en el tiempo, y que no derive rápidamente en lactancia artificial si no es nuestro deseo, debemos ofrecer siempre primero el pecho al bebé. Además, lo haremos a demanda. El biberón se ofrecerá después, en caso de que el bebé lo necesite o lo quiera. Realizando el método Kassing existe menos riesgo de que el bebé rechace el pecho o confunda cómo tiene que hacerlo entre el pecho y el biberón. Si damos suplementos porque hay problemas de succión/producción, debemos abordar estos igualmente, ya que la producción de leche depende de las tomas y vaciado que realiza el bebé”, recomienda la experta.
Y es que para conseguir que una lactancia sea cual sea, sea exitosa los expertos aconsejan a las madres que se informen desde el embarazo. Acudir a grupos de lactancia, ver cómo lo hacen otras madres… Tener identificado personal que te pueda ayudar llegado el momento será muy importante para identificar posibles problemas y solucionarlos lo más rápidamente posible. “Algunas lactancias fluyen muy bien. Pero otras, se enfrentan a dificultades que requieren de mucho apoyo y una asesoría adecuada y a tiempo”, concluye Naza.