Según la OMS cada año nacen 15 millones de niños prematuros, cifra que ha aumentado en los últimos años. Esto quiere decir que 1 de cada 10 niños nacerá antes de las 37 semanas de edad gestacional. Para saber todo lo relacionado con estos bebés hemos hablado con la doctora Mar López Sureda (@marlopez_pediatra), pediatra y autora del libro “Noa y los mocos”.
Cuando hablamos de bebés prematuros, nos referimos a: “Un niño que nace antes de las 37 semanas de edad gestacional. Pero no es lo mismo nacer en la semana 35 que en la semana 27. Los niños que son más prematuros normalmente tienen más complicaciones que los que nacen más cerca de la semana 40. Si nacen en la 35 muchos no llegan casi ni a ingresar y no suelen tener grandes problemas. El ingreso según la semana dependerá del protocolo de cada hospital. Aunque siempre hay alguna excepción en la que un bebé nace con 27 semanas y todo va bien o un niño que con nace en la 35 y tiene complicaciones, pero es raro”, explica la pediatra.
Bebés especiales que requieren cuidados especiales
Los cuidados y necesidades variarán en función del grado de prematuridad del bebé por ello se debe tener en cuenta tanto la semana de nacimiento como el peso al nacer, la talla y otros factores específicos del niño.
Además, los bebés prematuros tienen la característica particular de haber nacido “antes de tiempo”, por eso, a nivel médico al hablar de su edad se indica como “edad corregida”. ¿Qué significa este término? “Para valorar el crecimiento de los prematuros y también su desarrollo psicomotor calculamos su edad corregida. Es la edad que este bebé tendría si hubiera nacido en la 40 semana gestacional. Por ejemplo, si un bebé nació en la semana 32, le faltaban 8 semanas para cumplir las 40. El día que este bebé cumpla 3 meses de vida, diremos que tiene 1 mes de edad corregida (2 meses menos). Valoraremos su crecimiento, su peso, su talla y su desarrollo psicomotor (que mire a los ojos, que sonría, etc…) en función de esa edad corregida. En cuanto al calendario vacunal a los prematuros les vacunamos en función de su edad real, no corregida”, explica la doctora.
Los niños prematuros son niños especiales que requieren de cuidados especiales porque han nacido antes de lo considerado normal, que son las 40 semanas de embarazo. Por este motivo son bebés que pueden tener más problemas de salud. “Los problemas de salud son muchos, algunos inmediatos al nacimiento respiratorios (como taquipnea transitoria, síndrome de dificultad respiratoria..., es decir, los secundarios a su inmadurez pulmonar) y otros que tienen más riesgo de presentarse en el futuro (como bronquiolitis o asma). Obviamente no todo prematuro tiene problemas de salud, depende de cada niño, de las semanas que nació…”, nos cuenta la doctora. Y es que cada bebé en estas circunstancias es único y se desarrollará de forma distinta.
Además de los respiratorios, los problemas más frecuentes en prematuros son los digestivos como un reflejo de succión pobre, la incoordinación de la deglución, una talla y peso más bajo, problemas de reflujo, desnutrición postnatal, alteraciones en el calcio y el fósforo de los huesos, una mayor probabilidad de alteraciones cardíacas, plagiocefalia, hipotiroidismo… y muchas otras más dificultadas que los médicos tendrán que ir valorando a medida que el niño va creciendo.
¿Cómo son los bebés prematuros?
La pediatra nos comenta que es algo difícil de detallar pero que por norma general los bebés prematuros: “Suelen llorar más tenue que los bebés nacidos a término, algunos reflejos como el de succión pueden ser más pobres, también puede ser más difícil para ellos mover la cabeza debido a que tienen una musculatura menos desarrollada. Incluso, en ocasiones, nos puede parecer que tienen la cabeza más grande que el cuerpo y su grasa corporal es menor por lo que su piel es más traslúcida y se pueden ver mejor los vasos sanguíneos. Tienen lanugo, vello de la espalda y hombros, y no suelen tener vérmix, la capa pastosa y blanquecina que suele envolver a los niños al nacer”, explica.
También nos cuenta que algunos bebés prematuros necesitan de una CPAP, se trata de una mascarilla con la que se le introduce aire positivo al bebé, y otros pueden necesitar hasta intubación. Independientemente de todo esto: “Algo que recomendamos a todos los bebés, pero sobre todo si han nacido de forma prematura, es que, en cuanto sea posible, se practique el piel con piel porque de esta forma mejora la saturación de oxígeno, la frecuencia cardíaca, la tensión arterial, el desarrollo neurológico… y el vínculo entre los padres y el bebé. Mejora tanto su salud física como psicológica”, afirma la pediatra.
¿Qué hacer al llegar a casa?
Una vez que le dan el alta al bebé, la inseguridad y las dudas se adueñan de los padres debido a los cuidados especiales que necesitan. Es muy importante informarse bien y preguntar todas las dudas a los profesionales del hospital antes de irse para poder tener una llegada al hogar más segura. “Tienen riesgo de muerte súbita del lactante así que las medidas de prevención son especialmente importantes”, nos cuenta la doctora. Y aconseja:
- Dormir boca arriba (nunca hacia abajo ni de lado)
- Dormir en una superficie que sea firme
- Lactancia materna
- La vacunación
- Evitar el sobrecalentamiento
- Intentar que la habitación esté entre 20 y 22 grados
- No fumar
- Controlar la temperatura “porque son bebés que regulan peor la temperatura, por eso están en incubadoras”, especifica la experta.
Son bebés que tienen “más riesgo de infecciones por eso es importante lavarnos las manos y que no los cojan en brazos todo el mundo… cosa que yo tampoco recomiendo con niños nacidos a término”, afirma.
Además, la pediatra destaca que: “La lactancia materna es especialmente importante en estos niños para prevenir complicaciones digestivas como la enterocolitis necrotizante, también para protegerles de infecciones porque su sistema inmune es más inmaduro y para favorecer su desarrollo neurológico (no sabemos si por la leche o por la cantidad de veces al día que al darle el pecho hace piel con piel)”.
¿Cómo son las revisiones posteriores?
Todos aquellos niños que hayan nacido de forma prematura deberán tener un seguimiento por parte de un pediatra que consta de:
- Evaluación y seguimiento del niño durante los primeros años de vida
- Contacto con otros especialistas que el niño requiera y contacto con el pediatra de atención primaria
- Detectar trastornos en el neurodesarrollo y decidir si el niño necesita la ayuda de un centro de atención temprana
Según nos cuenta la pediatra las revisiones posteriores al alta médica desde su nacimiento: “Dependerán de los problemas que haya tenido ese bebé al nacer. Si ha tenido complicaciones respiratorias, infecciones, alteraciones en la forma del corazón... Habitualmente con el alta se les da una cita de seguimiento en consultas de neonatología donde se va apreciando las necesidades que puedan ir surgiendo para derivar a otros especialistas. También suelen tener cita en atención temprana, un conjunto de especialistas que valoran las necesidades del bebé y de su familia, como por ejemplo, el apoyo psicológico”, explica.
El síndrome del niño vulnerable
El desarrollo neurológico de los prematuros puede tener un mayor riesgo de déficit y retraso en algunas adquisiciones como motoras, ejecutivas, cognitivas, conductuales. “También pueden tener algunos problemas derivados del síndrome del niño vulnerable, que es cuando los padres están demasiado preocupados o ansiosos y no le dejan hacer cosas que a otros niños de su edad sí… y eso acaba teniendo repercusión en el pequeño, como por ejemplo creándole ansiedad”, nos cuenta.
La importancia del apoyo psicológico
Además, la pediatra nos comenta la importancia que tiene el apoyo psicológico en estos casos de nacimiento de niños prematuros. “Sería muy interesante que en los hospitales hubiera psicólogos especialistas ayudando a los padres porque son bebés o partos que a veces no se esperan. En ocasiones, sí saben que va a ser un parto prematuro, pero en otras muchas es repentino. Los padres tienen que hacerse a la idea de que han tenido un bebé prematuro. Ellos se podían imaginar tenerlo piel con piel y lo tienen que ingresar en la UCI neonatal o se lo llevan reanimando y no le pueden ver o quizás entran en la UCI neonatal y no lo pueden coger en brazos… Un apoyo psicológico en esos momentos es fundamental para favorecer el vínculo de los padres con el bebé y disminuir la ansiedad familiar, desculpabilizar… Todo esto mejoraría la relación de los padres con el niño y prevendría la aparición de posibles enfermedades”, concluye.