Si hay una etapa en la vida de la mamá muy gratificante a nivel emocional, esa es la de la lactancia , si bien no siempre es tan idílica como cabría suponer, puesto que no es extraño que presente algún tipo de complicación: una mastitis, las molestas grietas o las perlas de leche son de lo más habituales. Concretamente, las perlas de leche son más comunes de lo que se cree. Se trata de unos puntos blancos de leche con el aspecto de pequeñas ampollas que aparecen en el pezón, son bastante molestas y su tamaño puede ir variando.
¿Qué son las perlas de leche y cuáles son las causas de su aparición?
Para saber las causas, cómo poder aliviar el dolor y cuál es su tratamiento hemos hablado con la experta María Vega González, matrona e IBCLC, de Red MaternAll (@redmaternall). “Las perlas de leche son obstrucciones que se producen en el final de los conductos mamarios. Son más pequeños antes de dar el pecho y suelen aumentar después de la toma. Esta obstrucción hace que la leche no pueda salir al exterior y no permite el vaciado del conducto”, explica la experta.
Lo cierto es que pueden ser causadas por el bebé y es que mientras el pequeño mama, puede haber ruidos que le hagan girar la cabeza de forma brusca, muerda sin querer o adquiera una mala postura en un determinado momento. Es importante que cuando toque darle la toma al bebé, el ambiente sea calmado y con las menos distracciones posibles para que se centre en mamar. Aunque su causa también puede ser por infección. Según nos comenta la matrona:
- Las llamadas perlas por traumatismo suelen ser puntos redondeados, superficiales y de un color blanco. Son las causadas por el pequeño bien por un mal agarre, una mala posición, un tirón, un mordisco…
- Las perlas por infección suelen ser más irregulares con un color más amarillento y se producen por mastitis.
Drenaje de las perlas de leche, ¿sí o no?
Las perlas de leche, como decíamos, pueden ser bastante dolorosas para la madre. Si su aparición es a causa del bebé suelen durar de 5 a 7 días, pero si se trata de una infección quizás se pueda alargar un poco más. “Las perlas de leche suelen ser bastante molestas, pudiendo producir escozor o sensación de pinchazo/agujas sobre todo durante la toma. Lo normal es que duren alrededor de una semana, aunque en algunos casos puede prolongarse varias semanas”, advierte María.
Si no es muy molesto lo ideal es esperar a que se solucione de manera espontánea. “En caso de dolor intenso se pueden tomar algunas medidas para ayudar a aliviarlo. Dejar el pecho al aire para que el sujetador no presiones la zona o, si es muy intenso, contacta con tu médico para que te recomiende analgesia”, recomienda la matrona.
Las perlas de leche generan bastante controversia a la hora de decidir si deben drenarse o no. Preguntamos a la experta y ella nos comenta que: “Depende. Las perlas de origen traumático si que se pueden pinchar, pero no en casa. En caso de que produzca mucho dolor un profesional la puede deshacer con una aguja estéril para drenarla. También se puede aplicar calor durante un par de minutos y cuando esté blandita raspar con una toalla limpia. En cualquiera de estos casos se debe poner al bebé al pecho después para que pueda drenarlo bien”. Y añade: “En el caso de las perlas por infección no se recomienda realizar ninguno de estos dos procedimientos ya que podría empeorarla”.
Cómo tratar las perlas de leche
Cuando una perla de leche aparece se puede seguir dando el pecho con normalidad sea cual sea la causa: “Mi consejo es siempre buscar ayuda de un profesional para valorar por qué se ha producido esa perla de leche. Normalmente, es un aviso de que algo no está yendo bien. Una matrona, asesora de lactancia o IBCLC podrá ayudarnos a identificar qué tipo de perla es y cómo actuar”, afirma la matrona.
Su tratamiento depende de la causa por la que haya aparecido, por lo que la valoración de un profesional es fundamental tanto para tratarla como para evitar que vuelva a ocurrir. “En el caso de haberse producido por un traumatismo es muy importante la valoración de la toma y de la boca del bebé, ya que puede deberse a un agarre superficial, succión masticatoria, mal agarre, frenillo lingual corto (anquiloglosia)… Y podría volver a producirse de nuevo. La mejor prevención es buscar la ayuda de un profesional y hacerlo rápido porque en la lactancia materna no se deben dejar pasar estas pequeñas dificultades ya que pueden complicar la lactancia”, aconseja.
Mientras que si su aparición es por infección: “se debe acudir al médico para tratar la infección existente. En este tipo de perlas de leche es muy importante no manipularlas ya que pueden empeorar. Si aparece inflamación, enrojecimiento y/o dolor en el pecho producido por una mastitis, se puede aplicar frío local (alejado del pezón), masajear la zona del pecho donde se observen bultos y se recomienda poner al bebé al pecho frecuentemente”.