Y por fin, ha llegado el momento más importante y que tanto estabas esperando. Ponerse de parto es una mezcla de sensaciones en las que la ilusión, la emoción y el miedo afloran a partes iguales. Es hora de poner en práctica tus clases de preparación al parto y de recordar toda la teoría, libros y artículos sobre maternidad de los que te has empapado durante el embarazo. Si tu parto es natural, deberías tener muy presente qué son los llamados pujos. Para contarnos todo acerca de esta práctica necesaria para el alumbramiento del bebé, contamos con Marta Pérez, fisioterapeuta especializada en suelo pélvico de Suelo Pélvico Valencia (@suelopelvicovlc).
¿Qué son los pujos y cuándo se llevan a cabo?
A medida que el momento del parto se acerca la incertidumbre de la madre va creciendo. Está claro que cada alumbramiento es único y diferente, pero todos los partos constan de tres fases y conocerlas puede dar una mayor seguridad a la madre. Marta nos explica:
- Fase de dilatación: hace referencia al inicio de las contracciones, borrado del cuello uterino y el descenso del bebé por el canal del parto. Es recomendable estar en movimiento durante esta fase, para ayudar al bebé a encajarse y bajar por la pelvis.
- Fase expulsiva: el momento en que se constata que la mujer está en dilatación completa o cuando la cabeza del bebé es visible.
- Fase de alumbramiento: es el periodo que transcurre desde que nace el bebé, hasta que se expulsan la placenta, las membranas y los restos del cordón umbilical.
Durante la segunda fase, la fase expulsiva, es el momento en el que se llevarán a cabo los pujos que: “son los esfuerzos o empujes que realiza la madre en el momento del parto para facilitar la salida del bebé”, detalla Marta. “Cuando el bebé está encajado en la pelvis y el cuello del útero está completamente borrado, es el punto en el que la madre siente la necesidad de empujar y de iniciar la fase de expulsivo”, continua.
Pujos dirigidos y espontáneos
Aunque hoy en día gracias a los avances en medicina se ha conseguido aliviar el dolor del parto, muchas madres eligen dar a luz de forma natural. En esos casos, los pujos que hace la mamá serán espontáneos ya que “son los más fisiológicos y que se realizan sin analgesia epidural. Es decir, son los empujones que realiza la madre de forma completamente innata y natural sin que nadie le guíe, ya que escucha a su cuerpo y responde a la sensación de necesidad de empujar”, nos explica la experta.
Otras madres en cambio, deciden administrarse la llamada anestesia peridural. Una forma eficaz de aliviar el dolor del parto, que adormece la parte inferior del cuerpo y permite a la mamá estar despierta durante el alumbramiento. En este caso, los pujos son dirigidos y “son aquellos que, tras haber administrado una analgesia epidural, la madre no siente la sensación de empujar, y es el profesional al cargo del parto el que dirige a la madre e indica cuándo realizar los pujos”, nos comenta.
Pero los pujos deben realizarse correctamente para que, en primer lugar, ayude al bebé a bajar por el canal de parto y en segundo lugar, no dañe el suelo pélvico de la madre durante este momento de expulsión.
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¿Cómo hacer el pujo de forma adecuada para no dañar el suelo pélvico?
Marta nos explica que “cuando aparece la contracción, la madre debe realizar fuerza con el transverso abdominal (metiendo el ombligo hacia adentro), relajar el suelo pélvico y empujar fuerte hacia afuera” y, además, “el pujo debe estar acompasado de la respiración. Lo más importante es escuchar al propio cuerpo, ya que es sabio e indica qué hacer en cada momento”, recomienda.
El suelo pélvico es el músculo que contiene el peso del bebé y la bolsa amniótica durante todo el embarazo por eso, es fundamental mantenerlo ejercitado para que no se debilite y en el posparto no cause problemas mayores como pueden ser: incontinencia, falta de sensibilidad en las relaciones sexuales, entre otros… “El pujo más fisiológico y el que menos daña el suelo pélvico, es aquel que expulsa el aire por la boca cuando aparece la contracción. Ya que las presiones internas del cuerpo se reparten mejor y no se dirigen todas hacia el suelo pélvico (como ocurre con la apnea respiratoria durante el expulsivo). Estos pujos suelen ser un poco más lentos y a veces menos efectivos, por eso es importante seguir las instrucciones del profesional que asista el parto”, puntualiza la experta.