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ansiedad en el embarazo© AdobeStock

¿Afecta la ansiedad de la embarazada a su hijo?

Durante los nueve meses de embarazo, pueden suceder distintas situaciones que lleven a la gestante a sentir un estrés acusado o ansiedad. El bebé está muy protegido, pero ¿le puede perjudicar de algún modo el estado de su madre?


4 de enero de 2022 - 13:26 CET

La ansiedad puede aparecer también en el embarazo.  Para muchas mujeres, estos nueve meses no son el periodo idílico con el que soñaban  o que se supone socialmente, pues están sometidas a situaciones difíciles que pueden afectar a su estado anímico y emocional.

Es cierto que el bebé tiene una atmósfera especial intraútero y que cuenta con distintos niveles de protección, pero también que  un estrés intenso de la madre puede afectarle.

La ansiedad antes del embarazo

“El embarazo en sí no es protector de la ansiedad ni de los trastornos mentales maternos, por lo que conviene que la mujer se encuentre estable antes de que acontezca el embarazo”, resalta la Dra. Gracia Lasheras, psiquiatra y jefa de Servicio de Psiquiatría y Psicología, coordinadora de la Unidad de Salud Mental Perinatal del Hospital Universitario Dexeus de Barcelona.

Por este motivo, si la mujer quiere buscar un embarazo, pero tiene ansiedad, la recomendación es que “resuelva primero su ansiedad acudiendo a un psiquiatra/psicólogo perinatal”. Es la manera de asegurar que el bebé se desarrolla, desde el principio, “en un ambiente intraútero adecuado”, insiste la experta.

Si la mujer está en tratamiento para la ansiedad, la depresión o cualquier otra afección de tipo emocional,  lo aconsejable es que antes de buscar el embarazo, hable con su psiquiatra para “trazar el mejor plan de tratamiento que proteja frente a posibles recaídas”.  Es particularmente importante que nunca retire la medicación que tome por su cuenta, ya que podría sufrir un empeoramiento y, tal como advierte la Dra. Lasheras, “los trastornos emocionales maternos descompensados no son inocuos para el embarazo”.

Medicación psiquiátrica en el embarazo

La mujer que sufre ansiedad, depresión o cualquier otro malestar emocional no tiene por qué pasar estos nueve meses sin tratamiento.  Lo importante es informarse y acudir a un profesional especializado en salud mental perinatal para ajustar la medicación y recibir la orientación adecuada. 

  • Antidepresivos. “En general, está aceptado el uso de la mayoría de antidepresivos, existiendo una gran experiencia con alguno de ellos (sertralina, fluoxetina y citalopram), y sin atribuírseles propiedades malformativas, por lo que pueden ser utilizados antes y al inicio del embarazo”, destaca la coordinadora de la Unidad de Salud Mental Perinatal del Hospital Universitario Dexeus de Barcelona.
  • Tranquilizantes. Son las benzodiacepinas (como el diazepam o lorazepam) y estos sí “deben ser evitados, si es posible, en el primer trimestre de embarazo y, por lo tanto, evitar también su uso en la etapa reproductiva, ya que pueden generar malformaciones menores”, destaca.
Ansiedad materna en el embarazo© AdobeStock

¿De qué manera afecta al feto la ansiedad materna?

Los efectos de la ansiedad, la depresión, el estrés y otro tipo de trastornos emocionales durante la gestación son cada vez más estudiados. Así, algunas investigaciones ponen de manifesto cómo en estos nueve meses pueden condicionar el crecimiento del bebé,  “pudiendo alterar el peso al nacer e incluso influir en el parto prematuro”,  alerta la psiquiatra.

Estudios de tipo longitudinal (los que realizan seguimientos de las madres y sus bebés a lo largo de los años) han asociado el estrés y la depresión materna a estos efectos, tal como detalla la experta:

  • Mayor probabilidad de que los niños y los adolescentes tengan problemas depresivos o ansiosos.
  • Problemas de conducta como el TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad).
  • Reducciones en el coeficiente intelectual y el rendimiento académico.
  • Cambio en la estructura cerebral de los bebés que se desarrollan en un medio intrauterino alterado por el estrés materno.

Cómo abordar los problemas de salud mental en el embarazo

La mujer que sufre ansiedad o depresión durante el embarazo no es culpable de la situación, sino una víctima más a la que  hay que prestar apoyo especializado para que tanto ella como su bebé estén lo mejor posible. 

La Dra. Gracia Lasheras ofrece las siguientes recomendaciones para abordar estas situaciones y ayudar a la madre:

  1. Resolución de problemas. Cuando la mujer embarazada está estresada, hay que intentar modificar la situación que provoca esa emoción.
  2. Reestructuración cognitiva o del pensamiento. Si no se puede cambiar la situación, el siguiente paso es modificar el punto de vista que tenga la mujer y cómo lo vive ella.
  3. Apoyo social. Además de lo anterior, es imprescindible que cuente con apoyo de amigos y familiares mientras dure la situación.
  4. Liberar y gestionar las emociones. Es muy importante, también, que tenga vías para canalizar esas emociones que le afectan negativamente.

Por el contrario, hay una serie de actitudes que, lejos de ayudar, pueden empeorar el cuadro. “Escapar de la situación como si no existiera (evitación del problema), fantasear sobre cómo podrían ser diferentes las cosas (pensamiento desiderativo), autoinculparse en exceso (autocrítica) o aislarse (retirada social) son estrategias que conducen al estrés y erosionan la capacidad de gestionar con éxito tanto la situación como las emociones negativas que les abruman”, detalla la Dra. Gracias Lasheras.

¿Seguir fumando para combatir la ansiedad?

Muchas mujeres continúan fumando en el embarazo por la creencia de que es mejor tomar algunos cigarrillos a pasar por la ansiedad de dejar el tabaco. La psiquiatra es clara: “El mejor consejo es planificar con tiempo el dejar de fumar, antes de estar embarazada”.

El consumo de tabaco durante la gestación se ha relacionado, según relata, con mayor tasa de abortos, desprendimiento de placenta, retraso en el crecimiento intrauterino, partos prematuros y menor peso del recién nacido. También con problemas respiratorios en el futuro bebé, como bronquitis o asma.

“Dejar de fumar no es fácil, pero afortunadamente  existen tratamientos psicológicos y farmacológicos de deshabituación tabáquica muy eficaces que permiten el manejo de la ansiedad que comporta”,  subraya la Dra. Lasheras.