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Decálogo para inculcar una alimentación sana desde la infancia

Inculcar hábitos saludables desde la infancia no es fácil pero con estos consejos les ayudarás a que aprendan a comer bien


4 de enero de 2022 - 10:26 CET

La infancia es una de las etapas más importantes de nuestro desarrollo y es que durante esta época los niños adquieren los hábitos que perdurarán hasta su vida adulta. La alimentación se convierte en uno de los pilares fundamentales en esta etapa y es que dependerá de cómo le enseñemos a comer ahora para que en su madurez perduren estos hábitos saludables, junto con un adecuado estilo de vida.

Desde Smileat, Beatriz Sánchez, nutricionista y responsable de calidad de la marca, nos proporciona este decálogo para que sirva de guía para comenzar a inculcar desde la infancia una serie de valores nutricionales saludables tanto a padres como a hijos.

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1. Inculcar hábitos saludables desde la infancia

Si atendemos a las cifras, un tercio de la población infantil española tiene sobrepeso u obesidad debido a los hábitos de consumo no saludables.

Esto se podría prevenir incluyendo es la alimentación opciones equilibradas, evitando alimentos altos en grasas y azúcares añadidos, especialmente, en desayunos, meriendas y snacks.

Es imprescindible que los padres coman bien para inculcarles a sus hijos una alimentación saludable. “Los hábitos saludables se aprenden en casa desde la infancia, es importante que los niños aprendan a comer con el ejemplo de los mayores. El hábito hay que instaurarlo desde que son bebés, ofreciéndoles siempre como primera opción la más saludable posibles”, recomienda la nutricionista.

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2. ¿Qué es la estrategia NAOS?

La preocupación por lo saludable está cada vez más presente en las casas y en los comedores de los colegios.

La estrategia NAOS tiene como meta revertir la obesidad infantil bajo el lema “come sano y muévete” y está llevando a cabo para ello distintas iniciativas. Su objetivo es el de fomentar una alimentación saludable y promover la actividad física para invertir la tendencia ascendente de las cifras de obesidad y, con ello, reducir la morbilidad y mortalidad atribuible a las enfermedades crónicas.

Para lograrlo, Beatriz nos cuenta que: “Es necesario empezar cuanto antes, si es posible incluso desde el embarazo, y sino es especialmente importante cuando se inicia la alimentación complementaria a los seis meses, un momento crucial para acostumbrar al paladar del bebé al sabor más real y natural”.

Todavía hoy existen profesionales que indican cereales artificiales a bebés de 4 meses, no obstante, según recomienda la OMS, la alimentación complementaria se debe comenzar a partir de los 6 meses y hacerlo de la forma más saludable y natural posible. “Por ejemplo, las papillas de cereales históricamente se hidrolizaban para aumentar el contenido de azúcares simples. Sin embargo, hoy en día, lo más recomendable es buscar un cereal sin hidrolizar y, por supuesto, sin azúcares añadidos que en la etiqueta tengan el menor contenido de azúcar posible en su tabla nutricional”, señala la experta.

mama e hija en supermercado© AdobeStock

3. Lee las etiquetas

“Estamos habituados a actuar de manera algo irreflexiva y a consumir sin leer las etiquetas, ni los perfiles nutricionales, de los alimentos que consumimos”, según nos cuentan desde Smileat.

Concienciarse y comenzar a crear el hábito de leer los componentes nutricionales de los alimentos será muy positivo para que tanto tu alimentación saludable como la de tus hijos, sea una realidad.

Pero qué pasa cuando a los peques se les antoja algo que no es digamos que muy sano. “El gran problema es que, si llegamos a prohibirlos, conseguiremos el efecto contrario. Generaremos más atracción por ello y una relación con la comida que en un futuro no le beneficiará. Así que lo más recomendable en este caso sería tratar de buscar opciones saludables que tengan sabor y sean atractivas, pero evitando el consumo de ultraprocesados, con alto contenido en azúcares añadidos y grasas”, recomienda.

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4. Buscar alternativas saludables

Comemos sin conocer el origen ni los procesos de las marcas que estamos habituados a consumir. Beatriz recomienda: “Buscar alternativas saludables, no tenemos por qué renunciar al sabor o a una presentación atractiva, ya que los peques comen por los ojos y deben disfrutar de la comida desde muy pequeñitos”.

Los expertos apuestan por la fruta y por realizar presentaciones atractivas tanto en su forma como textura, combinando distintos sabores y buscando siempre una elaboración que sea lo más cercana a lo que haríamos en casa.

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5. Evita el azúcar añadido

En muchas ocasiones olvidamos que el azúcar añadido es una de las grandes pandemias del siglo XXI y según nos cuentan los expertos en nutrición, uno de los grandes desencadenantes de muchas enfermedades.

Pero, ¿qué pasa cuando los niños comen en el comedor del colegio y por ejemplo no podemos controlar una de sus comidas? “La mayor parte de los colegios tienen dietistas diseñando los menús para que tengan variedad y una dieta equilibrada. Sin embargo, siempre habrá que tener una comunicación y una relación muy abierta con los centros para saber si un niño come bien”, indica la experta.

De todas formas, en el cole solo realizan una comida que es “uno de los momentos d ingesta que tenemos a lo largo del día. En casa hay más momentos en los que podemos actuar y elegir las opciones más equilibradas”, puntualiza Beatriz.

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6. Cuidado con el consumo de sal

“La reducción del consumo de sal es una de las medidas que todos los países deben tener en cuenta para mejorar la salud de su población”, según indica la experta.

Uno de los ejemplos más evidentes son los snacks que suelen dirigirse a los niños para media mañana o meriendas, la comida rápida e incluso darles “comida basura” como premio por haber hecho algo bien. Las patatas fritas, la fast food, los frutos secos procesados, los snacks divertidos de sabores, galletitas saladas… Debemos buscar opciones saludables y más naturales para estos momentos del día de comidas entre horas y sobre todo, “No hay que utilizar la comida como premio ni como prohibición porque se aumenta el atractivo y se tenderá a buscar el capricho a escondidas. Hay que acostumbrarles a todos los sabores, para que aprendan a disfrutar con todo tipo de alimentos”, recomienda Beatriz.

madre e hijo desayunando© AdobeStock

7. El desayuno, la peor comida de los niños españoles

Los expertos en nutrición afirman que los niños españoles desayunan mal. 8 de cada 10 no llevan a cabo un desayuno completo, abusando de bollería y cereales azucarados. “En el momento del desayuno es importante buscar aquellos más completos en los que no solo demos hidratos de carbono y azúcares libres, sino que introduzcamos hidratos de carbono complejos como las harinas integrales, fibra y proteína”, aconseja Beatriz.

mujer en supermercado© AdobeStock

8. ¿Nos engañan escondiendo azúcares? ¿Cómo?

Estudios recientes indican que más del 50 % del consumo diario de azúcar procede de productos industriales denominados ‘azúcares ocultos’”, afirma en su decálogo la marca. Y es que hasta el 80% de los productos envasados contienen azucares añadidos.

¿Cuál es el “pero” en este sentido? Que nos engañan. Y es que la publicidad o los slogans del envase nos hacen creer, a veces, que son productos saludables cuando no lo son. Por eso es de vital importancia que los padres aprendan a leer etiquetas para ofrecer a los pequeños la mejor opción y además, que enseñen a los niños a hacerlo desde pequeños.

ni o desayunando© AdobeStock

9. La importancia de la proteína y la fibra (sobre todo en el desayuno)

Nos hemos olvidado de la importancia que tiene introducir proteínas y fibra en su dieta, sobre todo en la primera comida del día”, nos cuentan los expertos en nutrición.

Y es que las necesidades de hierro son elevadas para su desarrollo intelectual. La carne y el pescado se hacen fundamentales en su dieta ya que su aporte en zinc y fósforo ayudará a la formación de los tejidos y al cerebro respectivamente.

La leche de vaca, los yogures… son también muy importantes en su dieta y necesarios por su alto contenido en calcio.

La fibra por su parte la encontramos en verduras, frutas, pastas y cereales y son claves porque son los alimentos más completos después de la leche. Tanto que deben formar parte de su alimentación diaria en niños. El desayuno es el momento perfecto para ofrecer tanto proteína como fibra: los cereales, el pan integral, las frutas, la leche, los yogures… les aportarán la energía necesaria para afrontar toda la mañana.

plato comida© AdobeStock

10. El plato Harvard, ¿qué es?

“Según las recomendaciones varían en función de la edad de cada niño o niña. Sin embargo, a nivel nutricional se recomienda establecer unas proporciones alineadas con el plato Harvard, que nos ayuda a aportar un equilibrio nutricional en las comidas”, explica Beatriz.

Estas serían las proporciones para la etapa infantil:

  • ½ plato: verduras u hortalizas
  • ¼ del plato: proteína saludable (pavo, ternera, pescados, huevo, legumbres, etc.)
  • ¼ del plato: granos integrales (pan integral, arroz integral, pasta integral, etc.)

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