La leche materna contiene más de 300 nutrientes y ofrece al bebé las cantidades exactas de proteínas, vitaminas, azúcares, agua, grasa... Es el alimento perfecto para el niño hasta los dos años o más. Recordemos que las recomendaciones de la OMS (Organización Mundial de la Salud) son que el niño tome leche materna en exclusiva hasta los seis meses de edad y a partir de entonces complementada con otros alimentos. Así, establece que el bebé debería tomar pecho hasta los dos años o más, si madre e hijo así lo desean.
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La leche materna se digiere muy fácilmente. Sin embargo, hay algunos alimentos que la madre debe evitar en este periodo. Le hemos preguntado por ello a la Dra. Susana Ares Segura, coordinadora del área de Lactancia Materna del Comité de Nutrición y Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría (AEP).
Pescados ricos en mercurio
La Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición recomienda evitar los pescados ricos en mercurio durante todo el periodo de lactancia (también en el embarazo y en los primeros años de vida del bebé).
En concreto, se pide no consumir pez espada, lucio y atún rojo. El motivo es que “tomar estos pescados eleva el riesgo de superar la ingesta máxima de mercurio permitida”, indica la experta. Así, aunque el pescado es un alimentos importante durante la lactancia, por todos los ácidos grasos esenciales que aporta y por sus proteína de alto valor biológico, durante la lactancia hay que evitar esas especies que coinciden con pescado azul de grandes dimensiones.
Bebidas con cafeína y con teína
La cafeína y la teína, presentes en bebidas como el café, el té y los refrescos de cola, deben ser limitados durante el periodo en que la madre da el pecho. Su consumo no está estrictamente prohibido durante la lactancia, pero la Asociación Española de Pediatría sí recomienda limitar la ingesta a menos de tres unidades diarias y siempre después de que el niño haya mamado.
En grandes dosis, la cafeína y la teína pueden provocar efectos en el niño como “irritabilidad, temblores o insomnio”, destaca la Dra. Ares. Además, la cafeína interfiere en la adecuada absorción del hierro en el metabolismo de la madre.
Bebidas alcohólicas
La mujer que está dando el pecho no debería tomar nada de alcohol porque este pasa a la leche. Es cierto que lo hace en cantidades pequeñas, pero también que quien lo recibe es un bebé con mucho menos peso que el adulto y cuyo cerebro está en formación.
No obstante, si la mujer no puede prescindir de alguna bebida alcohólica, el consejo es que la tome “en cantidades moderadas y de forma esporádica”. Las ventajas de la lactancia materna seguirán imponiéndose a un consumo muy ocasional de alcohol. Eso sí, al igual que sucede con la cafeína, si se bebe alcohol debería ser después de la toma del bebé.
Alimentos que alteran el sabor de la leche
El bebé amamantado puede percibir a través de la leche algunos matices del menú de su madre. Esto hace que, en general, los niños de pecho acepten mejor la diversidad de la dieta cuando, a partir de los seis meses, se les introduce la alimentación complementaria.
Hay algunos alimentos que alteran con más fuerza el sabor de la leche. Son los siguientes, tal como detalla la experta del Comité de Nutrición y Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría:
- Ajo.
- Espárragos blancos y verdes.
- Coles de Bruselas.
- Coliflor.
- Apio.
- Cebollas.
- Alcachofas.
- Pimienta, tomillo... y otras especias picantes.
El niño puede notar un sabor y un olor distinto en la leche. Su reacción puede variar desde la incomodidad hasta el gusto (en algunos estudios se ha visto cómo el bebé mamaba más ante alguno de ellos). No obstante, hay que tener en cuenta que “cualquiera que sea el efecto en el lactante, en pocas horas desaparece y se vuelve a la normalidad”, apunta la experta.
Pero si se observa que cada vez que la madre incorpora uno de estos alimentos a su dieta, al bebé le desagrada mucho, se pone irritable y rechaza comer, lo mejor es eliminarlo de la dieta materna, pues no se trata de alimentos imprescindibles para una buena nutrición. Mucho más si provoca alguna reacción más intensa, como vómitos o molestias intestinales, que puede suceder en caso de alergia o intolerancia a algún alimento.