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Salud

Anafilaxia en niños: saber reaccionar puede ser vital

La anafilaxia es una reacción alérgica grave ante la que hay que actuar con rapidez y siguiendo los pasos adecuados. Los niños, incluso lactantes, también pueden sufrirla, por lo que hay que conocer con precisión la manera de responder.


24 de diciembre de 2021 - 12:28 CET

Las características que definen a la anafilaxia son la gravedad y la rapidez con que se presenta. Así, es  una reacción alérgica que puede comprometer la vida del niño o del adulto que la padezca.  Puede afectar incluso a lactantes y hay que disponer de ayuda médica inmediata para estabilizar al niño.

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Es muy importante que cualquier persona que esté al cuidado de un menor sepa indentificar los síntomas de una anafilaxia para actuar cuanto antes y utilizar el tratamiento adecuado.

¿Por qué se desencadena la anafilaxia?

Hay muchos factores que pueden desencadenar una reacción anafiláctica, desde alimentos, a una picadura de insectos o incluso otros medicamentos:

Tras ingerir alimentos

Hay muchos alimentos que pueden resultar completamente alergénicos para el niño y provocar la anafilaxia. Entre ellos están la leche, los huevos, los frutos secos (los cacahuetes son de los más alergénicos), el marisco, pescados como el atún o el salmón...

En la mayoría de los casos,  las reacciones anafilácticas se presentan después de que el niño haya ingerido ese alimento, pero a veces esto no es necesario.  Puede bastar con que haya trazas del mismo (pequeñas partículas) en otro alimento para que ocurra la reacción.

En niños muy sensibles puede surgir incluso al haber manipulado el alimento con algún utensilio que luego se pone en contacto con el niño o en el caso de pescado o marisco, simplementa ante la exposición a los vapores que se producen durante su cocinado. Por este motivo, es de suma trascendencia “enseñar a todo el entorno del pequeño la importacia de restringir el contacto de ese alimento y el riesgo que supone no saber reaccionar eficazmente en tal caso”, advierte la Dra. Verónica de la Osa, alergóloga del Hospital Quirónsalud Málaga.

Otros alérgenos

Además de los alimentos hay otros factores que pueden provocar una reacción anafiláctica. Son la  picadura de insectos, especialmente de abejas o avispas, aunque también puede ser de otros.  

También los medicamentos pueden condicionar estas reacciones, incluso aquellos, como los antiinflamatorios, que son de uso común.

Por otra parte, hay una reacción anafiláctica rara, pero posible, y es la que sucede cuando el niño toma algún alimento y luego hace ejercicio.

¿Qué síntomas tiene la anafilaxia?

Los síntomas de esta reacción alérgica tan grave pueden aparecer o bien inmediatamente seguidos al factor desencadenante o bien unas horas más tarde. En todo caso, va a haber una reacción multisistémica, donde estarán afectados al menos dos órganos o sistemas. En ocho de cada diez casos, la piel va a mostrar síntomas, pero también hay otros:

  • Rinoconjuntivitis (moqueo), estornudos, nariz taponada.
  • Tos.
  • Dificultad respiratoria y para tragar.
  • Problemas para hablar.
  • Dolor abdominal, vómitos o diarrea.
  • Mareo, tensión baja, pulso débil.
  • Sudoración.
  • Confusión.
  • Hinchazón en la cara, los labios o la lengua.

 Los bebés muy pequeños pueden ofrecer síntomas algo distintos, como somnolencia, babeo de repente, llanto que no cesa e irritabilidad. 

No obstante, no tienen por qué darse todos. “El hecho de que la piel no se vea afectada no descarta que se esté produciendo una anafilaxia, siempre y cuando se manifiesten síntomas asociados de los otros sistemas”, apunta la Dra. De la Osa.

¿Cómo reaccionar ante la anafilaxia?

Saber actuar correctamente ante una reacción anafiláctica puede ser vital, ya que se trata de una situación muy grave. Estos son los pasos a seguir:

1. Aplicar la jeringa autoinyectable

“Si no se actúa con rapidez, la anafilaxia puede ser mortal, por ello es considerada una urgencia médica que debe ser tratada de forma inmediata mediante el uso de autoinyectores de adrenalina intramuscular”, explica la alergóloga. El adulto deberá inyectar el fármaco en la parte externa del muslo y quedarse con el niño. Si en cinco minutos no hay mejoría, debería poner otra inyección de epinefrina.

En los hogares de niños con anafilaxia anterior o con riesgo de la misma por ser muy alérgicos, debe haber siempre al menos dos autoinyectores. También en el centro escolar al que pertenezca el menor. Cuando salga fuera, los adultos responsables han de llevarlas consigo. Y si el niño ya es mayor, hay que enseñarle cómo autoadministrársela en caso necesario.

2. Llamar al 112 o buscar asistencia médica

Tras la primera dosis del autoinyectable hay que comunicarse con un servicio de emergencias indicando lo sucedido y a qué hora se ha administrado el fármaco. No obstante, aunque el niño se recupere bien con el autoinyector, tendrá que ser revisado en un servicio de urgencias posteriormente.

Además, si es la primera vez que le ocurre, será sometido a un amplio estudio alergológico para descubir la causa.

Si no se dispone de autoinyectores, conviene tener a mano otros medicamentos contra la alergia como broncodilatadores o antihistamínicos para actuar según señalen por teléfono en el servicio de emergencias.