Estrategia, de cartas y habilidad, de agudeza visual o mental, pero todos ellos muy divertidos, entretenidos y estupendos para toda la familia. Así son los juegos de mesa que hemos seleccionado por si necesitas alguna idea para regalar esta Navidad. Y es que, si lo pensamos, esta época del año es uno de los momentos del año en el que podemos aprovechar para estar en casa y disfrutar unos de otros. Un juego de mesa puede conseguir animarnos a ello y que no sea nada aburrido.
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Además, ten en cuenta que este tipo de juegos son estupendos para el aprendizaje de los más pequeños, agilizar la memoria de los mayores y fortalecer nuestra relación, nos ayuda a socializar en un entorno distendido y ameno. Entre sus múltiples ventajas está también la de que, al tener que seguir un conjunto de reglas, aprenden a comportarse, se concentran y desarrollan su función cognitiva . Por eso, se puede convertir en el mejor de los regalos.
Este es el juego que más nos gusta para los más pequeños de la casa, porque se trata de ir consiguiendo pequeños desafíos para triunfar y ganar algunas medallas. Es un juego de acción, pero también de manipulación con partidas que no duran más de 10 minutos y apto para dos, tres o cuatro jugadores. Las reglas son muy sencillas, se trata de un conjunto de retos de dirección en el que los participantes tienen que hacerse con seis animales diferentes.
Para un público un poco más mayor, aunque no mucho, nos gusta este juego de mesa de preescolar que combina distintos materiales y texturas, además de dos modos de juegos diferentes, para que no se aburran. Está pensado para partidas entre dos, tres o cuatro jugadores con dos objetivos: o bien preparar una pizza de cuatro ingredientes, siguiendo la receta que aparece en la ruleta, o bien alimentar a un monstruo y ser el primero en quedarse sin comida. Para ello hay que utilizar una pinza. Las piezas son de madera, de fieltro o de cartón. Es un juego para desarrollar la destreza.
Este juego de mesa está formado por una plataforma que esconde el cuerpo de muchos gusanos pequeños, con diferentes colores y números, de tal forma que, cada participante tendrá que estirar el gusano del color que marca la ruleta en cada turno y tantos como nos pida. De esta forma, se identifican los colores y se aprende a contar. Una vez acabado el juego o ya sin gusanos, quien haya conseguido el más largo de todos, ¡gana!
Este es uno de los grandes clásicos de los juegos de mesa. Y no es para menos, porque es válido para casi todas las edades. Además, consigue mantener la tensión de todos los jugadores durante toda la partida, pues todo depende de la habilidad física que cada uno de ellos tenga. La dinámica es sencilla: todos los jugadores se van turnando para quitar un bloque a la vez de una torre de 54 bloques, esperando que no se les derrumbe y colocando ese bloque arriba del todo. A quien le ocurra, pierde. Y no vale elegir uno de los bloques de la parte superior, debe tener otros por encima.
Jugar al dominó también puede ser muy divertido, si le damos un toque especial. Como hace esta versión preparada para hasta 8 jugadores, con partidas que rondan los 30 minutos de jugador y que se basa, en vez de en puntos negros, en colores. Es un dominó cromático. Cada jugador recibe 8 fichas (cada una de ellas dividida en tres cuadros de colores) y, a partir de la ficha que se coloca en el centro de la mesa en el momento inicial, comienza la partida, que irá siempre por turnos. Para deshacerte de una de ellas, debes hacer coincidir al menos dos cuadrados de la misma con dos cuadrados del mismo color del bloque de juego.
Estamos ante un juego de mesa que, tras los Juegos Olímpicos de este verano, seguro que despierta el interés de muchos niños. Con él simulamos una pared de escalada y ganará el primero que consiga coronarla. Pueden jugar de 2 a 4 jugadores, en partidas pensadas para que duren unos 10 minutos aproximadamente.
El sistema es muy sencillo: se monta el rocódromo (es tridimensional, pero muy sencillo), eliges 6 de las 8 losetas que tienes y una orientación concreta. Cada jugador elige su ficha de personajes, toma dos fichas de mosquetón y comienza la partida.
Esta es la versión familiar, así lo indica el propio juego, de uno de los grandes clásicos de la marca: Código Secreto. Mezcla las reglas del juego de éste con el mundo mágico de Disney, para hacerlo un poco más atractivo para los más pequeños. Pueden jugar de 2 a 8 participantes y sus partidas, en principio, están pensadas para que no duren más de 15 minutos, pero todo depende de la agilidad de los equipos, porque es un juego de deducción. Las cartas o fichas que lo componen tienen a los memorables personajes de la factoría -desde Woody hasta el malvado Hopper- y los participantes deben de intentar lo más rápido posible las cartas de su color (rojo o azul), distribuidas sobre un tablero de 4x4. Para ello, un miembro del equipo puede ver la carta clave y dar pistas.
Un juego muy divertido pensado para que las partidas duren de entre 15 a 60 minutos, el tiempo es muy variable, y apto para partidas de 3 o de hasta 10 jugadores. Es un juego en el que tendrás que utilizar tu imaginación, pero a la vez ser extremadamente rápido. Está formado por 480 cartas que buscan, precisamente, fomentar la creatividad y el pensamiento de niños y adultos. Estas cartas contienen una serie de preguntas -diferenciadas para mayores y pequeños- que tendréis que responder en apenas 8 segundos y, si acertáis, conseguir un guataking. Cuanto mejor lo hagas, antes conseguirás llegar a la puntuación que el juego exige para ganar la partida.
Este juego de mesa es de aventuras y guerra, totalmente asimétrico, en el que cuatro facciones o equipos se enfrentan por el dominio de un bosque poblado de unas simpáticas criaturas. Es un juego de estrategia al que pueden jugar entre 2 y 4 participantes y las partidas pueden llegar a durar hasta 90 minutos. Durante este tiempo, tienes que jugar bien las cartas y programar las acciones de lucha para conquistar la mayor parte del territorio. Los turnos se dividen en Alba, Día y Noche y, en cada uno de ellos, se debe realizar una acción diferente -expandirse, recolectar, reclutar, construir o conseguir una serie de objetivos-.
Para un público ya más mayor, este juego es, en realidad, un dos en uno. Porque, por un lado, se pueden jugar divertidas partidas en los que cada jugador escoge a su héroe favorito y, por otro, las figuras que lo componen pueden ser pintadas y decoradas al gusto de cada uno, convirtiéndose también en una estupenda manualidad. Con las fichas, cartas y héroes, tendrás que ir activando distintos efectos y retos que harán que se pueda salvar al mundo (o no) de los villanos que quieren destruirlo. Todo depende, en gran medida, del nivel de colaboración que tengáis entre todos. Las fichas permiten conocer las estrategias de los villanos, pero también emplear unos u otros poderes y derrotar a los contrincantes. Pueden participar hasta 4 jugadores y las partidas tienen una duración de unos 60 minutos.
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