La Navidad es una de las épocas favoritas por los niños y es que ansían las fechas del calendario en las que llegan Papá Nöel y los Reyes Magos para que les traigan todo lo que les han pedido en sus cartas. Pero más allá de la ilusión por estos días mágicos en los que esperan sus regalos, hay que saber que regalando juguetes estaremos influyendo de forma directa en su educación.
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Ya sea para bebés como para niños un poco más mayores: “El juego le lleva a descubrir su entorno, en un primer momento sensorialmente. Toca, ve, oye, huele… y desarrolla una memoria sensorial rica y variada. Para ello, necesita el descubrimiento del juego. Lo hace involuntariamente al principio y luego dirige sus acciones de manera más deliberada en la dirección del objeto codiciado”, explica la psicomotricista Gaelle Blervaque, de Janod.
¿Por qué es necesario para los niños aprender jugando?
“Al nacer, el cerebro del niño no está lo suficientemente maduro y desarrollado para explorar el mundo de manera libre, voluntaria y autónoma. El bebé aprende gradualmente a descubrir su entorno aprendiendo las diferentes sensaciones que se le ofrecen (táctiles, auditivas, olfativas, visuales, vestibulares y propioceptivas). Gradualmente realiza movimientos más controlados y desarrolla su capacidad para comunicarse con su entorno. Todo esto lo hace por diversión, por exploración, a través del juego, por lo que el aprendizaje debe realizarse de manera divertida para despertar el interés por descubrir ”, nos cuenta la experta.
Los juegos educativos permiten trabajar de una forma transversal varios contenidos al mismo tiempo que facilitan el conocimiento del entorno y las relaciones sociales. Algunos de los beneficios más importantes del juego son:
- Enriquece la imaginación
- Desarrolla la observación
- Ejercita la atención y la concentración
- Permite el desarrollo cognitivo: el pensamiento lógico
- Se practica la memoria a corto y largo plazo
- Aceptar y aprender de nuestros errores: aprenderán a fracasar a través del juego pero lo harán en un ambiente totalmente seguro. Saber ganar y saber perder.
- Enseña a pensar y potenciar su pensamiento crítico
- Desarrollo afectivo: desarrollarán habilidades sociales y la resolución de conflictos entre sus iguales. El trabajo en equipo, la responsabilidad, el espíritu de superación…
Todos estos factores posteriormente serán transferidos a situaciones no lúdicas que enriquecen la mente del niño y lo preparan para la vida social y académica.
¿Qué juguete regalar según su edad en la primera infancia?
Pero es evidente que al igual que el cerebro de los niños va evolucionando y desarrollando, los juegos irán cambiando, es por eso que según van creciendo sus necesidades varían: “A medida que los niños crecen, estructuran su juego y lo desarrollan de una manera más organizada. La evolución de su juego, o más bien debería decir de “sus juegos”, ya que existen diversos tipos de ellos en los niños, depende de la maduración de su cerebro. Cuanto más explora, juega y se comunica el niño, más se desarrolla su cerebro creando nuevas conexiones neuronales, y más evoluciona y mayor complejidad alcanza el juego. Es un bucle virtuoso”, afirma la experta.
Es importante saber que el niño presenta habilidades motoras, relacionales, emocionales y cognitivas que dependen de su edad y del desarrollo de su cerebro. Por este motivo dependiendo de la edad, habrá diferentes juegos para ofrecerle. La experta nos explica con detalle cuáles son los juguetes que necesitan según su edad.
De 0 a 15 meses
- El niño aprende a través de juegos sensoriomotores. Descubre los objetos a través de los sentidos y la motricidad.
A partir de los 15 meses
- Juego de construcción y manipulación: el niño construye, organiza y manipula objetos. Su capacidad para construir en el espacio se vuelve más compleja a medida que crece hasta la capacidad de construir algo siguiendo un plano, por ejemplo.
A partir de los 18 meses
- Juego simbólico y juego de simulación: el niño se encuentra dentro de la imitación directa al principio y luego en diferido, es decir, se imagina escenarios más o menos elaborados.
A partir de 2 años y medio/ 3 años
- Juegos con reglas: el niño comienza a razonar, a desarrollar estrategias para resolver un problema. Al principio, el juego es básico. A medida que crece, su cerebro madura y exhibe mejores capacidades ejecutivas. Puede planificar, inhibir, ejecutar, automatizar y resolver problemas cada vez más complejos gestionando al mismo tiempo sus emociones.
“Un juego que no respete las habilidades del niño con respecto a su desarrollo puede ponerlo en dificultades, o no ser ejecutado por él”, concluye la experta.