A la gran alegría por la llegada del bebé, se une en el posparto una serie de molestias menos bienvenidas para la madre. Es un momento de especial vulnerabilidad física y emocional, por lo que conviene que la mujer se encuentre lo mejor posible. ¿Cuál es la mejor forma de mitigarlas?
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Ana Fernández, matrona, fundadora y directora de los Centro Mi Matrona (www.centromimatrona.com), que está presente en varias localidades de Málaga, nos cuenta cómo abordar estas molestias del posparto.
1. Los dolorosos entuertos
Las contracciones no son exclusivas del embarazo y el parto. Durante el posparto, hay otra serie de contracciones denominadas entuertos, cuya función es lograr que el útero vuelva a su lugar original, ya que se ha agrandado mucho durante los nueve meses anteriores. Los entuertos son más dolorosos a partir del segundo embarazo.
Cómo aliviarlos: La mujer puede sufrir dolor de entuertos de distinta intensidad, dependiendo del tipo de nacimiento. “Puede haber un problema muscular, que se aliviaría con un fisioterapeuta para recolocar ese plano”, indica Ana Fernández. En todo caso, se pueden tomar analgésicos para el dolor, “y sujetarse con la mano la zona cada vez que note un entuerto”.
2. Dolor en la episiotomía y en la cicatriz de la cesárea
Tanto la episiotomía como la cicatriz de la cesárea pueden provocar muchas molestias en el posparto. Tal como explica la experta, “la sutura que se emplea actualmente para la episiotomía tarda más en caer o reabsorberse y a veces se seca y provoca tirantez”.
La zona de la episiotomía puede molestar también por una infección o por un hematoma interno. “La mujer debe estar tumbada en los primeros días”, aconseja Ana Fernández. No son aconsejables las compresas de plástico, pues no permiten la transpiración y pueden empeorar el problema.
Cómo aliviarlos: “Hay que dejar que los puntos se reabsorban solos siempre que no molesten, pero si molestan, entre el sexto y el octavo día habría que retirarlos”, aconseja. En el caso de la cesárea, “si molesta la cicatriz se puede trabajar con terapia neural y contar con un fisioterapeuta para las fascias”, añade.
3. Problemas en la lactancia
La lactancia materna se puede complicar por falta de experiencia o de información en las primeras tomas. La subida de la leche, la posición correcta para poner al bebé, la lactancia a demanda... Hay muchas situaciones nuevas que pueden resultar ajenas para la madre y complicarle el proceso.
Además, algunos niños tienen problemas añadidos, como el frenillo, que hace que las tomas sean eternas, y que provoca dolor, baja producción y escasa ganancia de peso.
Cómo aliviarlos: Los problemas de la lactancia se pueden resolver con un buen asesoramiento. “Hay que personalizar cada caso y pedir ayuda a asesoras de lactancia certificadas IBCLC”, recomienda la directora del Centro Mi Matrona.
4. El estreñimiento
El estreñimiento en el posparto depende del ritmo intestinal anterior a dar a luz. “ Suele aparecer por malos hábitos de alimentación, por estrés o por intensificar el estímulo de reflejo”, apunta la matrona.
Si el estreñimiento produce fisuras, hay que consultar con el médico cuando estas se vean acompañadas de hemorragia. Y antes, tratar las fisuras con crema local.
Cómo aliviarlo: Muchas mujeres tienen miedo a ir al baño en el posparto y ese temor acaba provocando el estreñimiento. “Si hay una buena alimentación, no hay que temer ese dolor que provoca falta de relajación”, insiste Ana Fernández. En todo caso, conviene ser regular a la hora de ir al baño y tomar probióticos si la flora está desequilibrada.
5. Pérdidas de orina
Aunque las pérdidas de orina en el posparto son habituales, no hay que normalizarlas. “Es señal de que algo no está bien”, alerta la especialista.
Tras el parto, la madre debe reforzar tanto la musculatura voluntaria como la involuntaria (el suelo pélvico es 70% de musculatura involuntaria).
Tal como explica Ana Fernández, hay que esperar dos meses tras el parto para una valoración de la musculatura.
Cómo aliviarlas: Es necesario contar con un fisioterapeuta especializado en suelo pélvico para que ayude a revertir las pérdidas de orina. “Los problemas en el suelo pélvico del posparto también se traducen en orgasmos menos intensos, aires vaginales y sensación de peso cuando la mujer está de pie”, enumera Ana Fernández.
6. Bajo estado anímico
Muchas mujeres sufren alteraciones del ánimo en los días siguientes a dar a luz. Está lo que popularmente se conoce como “tristeza posparto”, que dura unos pocos días y luego otros estados que pueden ser normales sin caer en la depresión posparto.
“La madre canaliza las hormonas de protección a través de la emoción. Por eso cuando no sabe qué le ocurre a su bebé ella también tiene ganas de llorar; es lo que conecta con su parte más mamífera”, explica la matrona. Es un momento, además, de gran vulnerabilidad emocional por los grandes cambios vitales, la falta de sueño y los vaivenes de las hormonas.
“Si hablamos de depresión posparto leve, nos referimos a cuando la mujer siente arrepentimiento por haber sido madre y se siente muy infeliz con ese nuevo rol”, detalla. En la depresión posparto grave hay ya agresiones hacia el bebé.
Cómo aliviarlo: Las recomendaciones de Ana Fernández pasan por que la mujer no se autodiagnostique y por entender el proceso que le está sucediendo. Eso sí, en cuanto haya indicios de una depresión posparto, debe recibir atención médica.
7. Los loquios
Tras dar a luz, la mujer va a tener durante unas semanas un sangrado, que son restos de la herida que ha dejado la placenta. Es un sangrado que en momentos puede ser más intenso, con expulsión de coágulos incluso del tamaño de una pelota de tenis, y que puede aparecer y desaparecer a lo largo de los días.
“Lo anormal es que, acompañado a los loquios, la mujer tenga fiebre o febrícula mantenida durante 24 horas, que manche mucho más allá de la cuarentena y que esos fluidos tenga un olor fétido”, explica directora del Centro Mi Matrona.
Cómo aliviarlos: Ante los síntomas anormales descritos, la mujer tiene que acudir a un centro médico. En casos de no complicación, la higiene ha ser mediante ducha, preferentemente, y sin usar jabones agresivos, pues alteran la flora genital.
8. Las hemorroides
Algunas mujeres comienzan a tener hemorroides en el embarazo o en el posarto. Hay que comentarlo siempre con el médico o con la matrona para que revisen el estado de las mismas y prescriban la mejor solución para cada mujer.
Si se siguen las recomendaciones, se hace una dieta saludable y hay una regularidad a la hora de ir al baño, no tienen por qué empeorar.
Cómo aliviarlas: La mujer puede adoptar algunas posturas para favorecer la circulación y quitar peso al intestino, como subir las piernas o elevar el pubis. “El tratamiento tópico también se puede utilizar y no está contraindicado en la lactancia”, añade Ana Fernández.