El embarazo y el parto son dos momentos en la vida de la mujer que conllevan muchos cambios físicamente. El suelo pélvico es una de las zonas que más sufre estas variaciones y al mismo tiempo es uno de los músculos más desconocidos y que se le presta poca atención para la importancia del papel que desempeña. “El cuidado y el entrenamiento del suelo pélvico en el embarazo pasa por dos aspectos fundamentales. En primer lugar, acudir a una valoración con una fisioterapeuta especializada (pasado el primer trimestre) que nos informe del estado en que se encuentra esta musculatura y, en segundo lugar, detectar los hábitos perjudiciales de la vida cotidiana que pueden comprometer el bienestar perineal”, nos explica Laura Rojas, fisioterapeuta especializada en suelo pélvico, cofundadora de ensuelofirme.com y colaboradora de Intimina.
Durante el embarazo las articulaciones y ligamentos se vuelven laxos para hacer espacio al bebé y en consecuencia, el suelo pélvico es el músculo que se encarga de sostener todo ese peso. Y además, durante el parto vaginal los músculos del suelo pélvico se extienden hasta en 3,5 veces su longitud y en partos con cesárea también se pueden resentir los músculos y nervios de dentro y alrededor de la pelvis, por eso es fundamental realizar una valoración postparto para ver cuál es su estado.
Cuál es la función del suelo pélvico
“Las señales más comunes de que el suelo pélvico sufre alguna disfunción son el estreñimiento, la incontinencia urinaria, el dolor durante las relaciones sexuales o la falta de sensaciones durante las mismas, la dificultad o imposibilidad para llegar al orgasmo, la sensación de peso en la vagina (síntoma de que un órgano pélvico ha descendido de su posición), el dolor pélvico, dolor al sentarse, dolor en el coxis o incluso sensación de falta de estabilidad”, nos detalla la fisioterapeuta. Por eso es crucial saber cuál es la función principal de este músculo tan importante y tan poco conocido:
- Función de sostén: sostener los órganos pélvicos en la posición adecuada para asegurar su correcto funcionamiento.
- Función de continencia: favorecer la continencia de esfínteres evitando así que se escapen la orina, las heces o los gases.
- Función reproductiva: el suelo pélvico tiene un papel importante durante el parto pues ayuda a rotar la cabecita del bebé y desencadenar el reflejo de eyección.
- Función sexual: un suelo pélvico en buen estado favorece unas relaciones sexuales placenteras.
- Función postural: el suelo pélvico trabaja de forma coordinada en el mantenimiento de la postura junto a la musculatura abdominal profunda, el diafragma y la musculatura lumbar.
Factores que pueden debilitar el suelo pélvico
Pero no debemos preocuparnos solo de este músculo cuando nos quedamos embarazadas o después de tener al bebé, sino que es importante mantenerlo activo y en buen estado para poder llevar una vida normal y prevenir así problemas a largo plazo. “Sería recomendable que todas las mujeres, con independencia de la etapa de la vida en la que se encuentren, acudieran a una valoración de suelo pélvico. Más aún si quieren quedarse embarazadas (para afrontar este proceso de la mejor manera posible), si ya lo están (pasado el primer trimestre) o si ya han dado a luz (a partir de la 6ª semana posparto)”. Laura además nos enumera cuáles son los factores más comunes que pueden debilitar el suelo pélvico:
- El embarazo
- El parto vaginal
- Los cambios hormonales
- Los deportes de impacto e hiperpresivos
- El estreñimiento
- La obesidad
- La tos crónica
- Las malas posturas prolongadas
- El sedentarismo
La importancia de la valoración posparto de suelo pélvico
Una vez pasada la cuarentena es recomendable realizar una valoración de suelo pélvico posparto. En primer lugar, hay que prestar atención al tipo de parto que se realizó: “Si la mujer ha sufrido un traumatismo perineal (desgarro o episiotomía) o ha dado a luz por cesárea el primer objetivo será eliminar el dolor de la cicatriz perineal o abdominal y flexibilizar los tejidos”, puesto que recuperar la zona para poder después trabajarla y fortalecerla es fundamental. “Una vez logrado este punto, nos centraremos en tonificar la musculatura abdominal y del suelo pélvico, así como en reeducar la postura y, en función del estilo de vida de cada mujer, hacer una transición a la actividad deportiva previa al embarazo”, explica Laura.
Cómo y cuándo ejercitar el suelo pélvico
Como cualquier musculatura del cuerpo el suelo pélvico tiene que ser ejercitado y para ello existen una serie de ejercicios específicos indicados para reforzar la zona que son los conocidos como Ejercicios de Kegel, pero la experta advierte que: “No serán aptos para aquellas mujeres que sufren hipertonía, es decir, cuyos músculos están muy tensos, los ejercicios de core, los ejercicios posturales, etc”, nos cuenta la experta. “Concretamente los ejercicios de Kegels consisten en contraer los músculos del suelo pélvico hacia arriba y hacia adentro. Hay que mantener la contracción durante unos segundos, relajar y repetir. Es importante apretar y levantar, pero no empujar para evitar posibles daños. Con el tiempo se puede ajustar el ritmo y la duración de las contracciones y reposos para mejorar la rutina y sus resultados”, puntualiza Laura, y es que es muy importante adaptarlos a cada mujer porque según sea su situación el tipo de ejercicio, la duración y las repeticiones variarán.
Pero estos ejercicios también son recomendables hacerlos durante el embarazo porque ayudarán y repercutirán más tarde de forma muy positiva en el momento del parto. La pauta es: “definir los objetivos de entrenamiento de cada mujer: algunas necesitarán fortalecer o tonificar con ejercicios de Kegel o Pilates pero otras necesitarán relajar y flexibilizar con masaje perineal, ejercicios respiratorios o estiramientos globales y específicos. Para todas ellas será importante lograr y mantener una pelvis libre y en movimiento (promover una vida activa, evitar largos periodos sentada, bailar, caminar, nadar, etc.), una correcta postura corporal (Método 5P) y una musculatura abdominal profunda bien tonificada que ayude a sostener el peso del bebé y evite la sobrecarga de la musculatura lumbar y perineal”, finaliza la fisioterapeuta.