Seguramente cuando hablamos de “romper aguas” lo primero que se te venga a la cabeza es una escena de película en la que una embarazada comienza a soltar litros y litros de líquido, y a sufrir dolores y contracciones. Pues bien, en la vida real un episodio de amniorrexis es muy distinto. Te contamos qué es, cuándo y por qué sucede y si puede darse de forma espontánea o artificial.
¿Qué es la amniorrexis?
La amniorrexis la conocemos coloquialmente como “romper aguas”. Se trata de la rotura de la bolsa amniótica en las embarazadas que desencadena la expulsión del líquido amniótico contenido. Una de las señales evidentes de que el parto está muy cerca es la rotura espontánea del saco que suele ocurrir porque las membranas que envuelven al bebé se comprimen cuando este está preparado para salir y desciende por el canal de parto.
¿Qué pasa si la bolsa amniótica se rompe de forma prematura?
“Lo normal es que se rompa de forma natural en el curso del parto que puede ser en el inicio o en cualquier otro momento del mismo”, nos cuenta la doctora Cristina Torrijo, jefa de Ginecología del Hospital HC Miraflores de Zaragoza. “Es espontánea en los partos espontáneos normales. Pero a veces puede romperse antes del parto y es entonces cuando puede tener consecuencias de distinta gravedad para el embarazo”.
Cuando la rotura se hace de forma natural es el momento en el que la mamá suele sentir una pérdida de líquido excesiva como una gran pérdida de flujo o la sensación de haberse escapado algo de orina. Pero, ¿qué ocurre cuando la bolsa amniótica se rompe antes de lo considerado normal? “Los problemas pueden surgir cuando se rompe de forma prematura, ya que protege del exterior al feto y si se rompe es irreparable y este puede sufrir infecciones de mayor o menor gravedad, según el tiempo de gestación en el que estemos, el tiempo que transcurra hasta el nacimiento y otras características personales”, explica la doctora.
Lo que todas las matronas, ginecólogos y expertos recomiendan siempre que exista una amniorrexis espontánea, es que mantengamos la calma porque esto no quiere decir que el parto sea inminente. Hay tiempo de ducharse, ultimar las maletas tanto de la mamá como la del bebé (que previamente ya tendréis preparadas) y enseguida dirigirse al centro sanitario donde vayas a dar a luz para que valoren el estado de la bolsa y del bebé. Sin prisa pero sin pausa.
¿Cuándo se realiza la amniorrexis manual (o de forma artificial)?
Otro de los episodios que pueden suceder es que comiencen las contracciones y la dilatación sin que la bolsa se haya roto y por tanto, esto pase a lo largo del parto. El equipo médico será el encargado de decidir si debe provocar la amniorrexis con el fin de acelerar las contracciones y agilizar el alumbramiento. Preguntamos entonces a la ginecóloga, ¿cuándo es el momento idóneo para realizar una amniorrexis manual? “Una vez instaurado el parto en curso, si el cuello está entreabierto y es alcanzable se puede romper con ayuda de una lanceta. El motivo es facilitar la progresión del parto. cuando este tiene un desarrollo lento o parece que no progresa, con la intención de evitar cesáreas”.
El objetivo es el de estimular de forma natural la producción de prostaglandinas, unas hormonas que se producen en todo el cuerpo y que se pueden utilizar para inducir el parto. Su aplicación se realiza directamente en la vagina en formato de pastillas, geles o supositorios y pesarios y su utilización puede darse por varios motivos. Los más frecuentes son:
- Embarazo prolongado
- Rotura de las membranas antes del trabajo de parto
- Alerta sobre la salud de la madre, como por ejemplo por preeclampsia
- Alerta por la salud del feto como por ejemplo, un crecimiento deficiente
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La polémica está servida
Esta puede ser una práctica complementaria a otras técnicas de inducción al parto pero nunca debe ser la primera opción, ya que la pérdida de líquido aumenta el riesgo de frecuencia cardíaca anormal del feto. Además, esto podría generar una mayor dificultad para que el bebé encaje la cabeza en el canal de parto.
La amniorrexis manual o artificial es una práctica muy controvertida ya que según estudios realizados al respecto, no hay una evidencia científica significativa que asegure que se reduzca el tiempo que se tarda en dar a luz entre una mujer con una rotura natural de la bolsa con una a la que se le haya provocado. Y tampoco se notan diferencias de satisfacción en el parto entre unas madres y otras.
Sea como fuere que ocurra el alumbramiento, el equipo médico siempre tomará la mejor decisión en función de las necesidades que precise el parto, velando siempre primordialmente por la salud tanto de la madre como del bebé.