La familia numerosa de María Dueñas Jacobs llegó casi sin esperarlo. Después de un aborto repentino, con 28 años, y la posterior desilusión, con 30 años, nació la tan deseada Luna, su hija mayor, y la siguieron, con apenas dos años de diferencia, las gemelas Isa y Silvi. Toda una sorpresa que ni ella imaginaba y que ahora disfruta en su precioso piso de Nueva York. Allí, nos enseñan la habitación, inspirada en una cabaña en las nubes, de las tres pequeñas y descubrimos el valor de compartir en familia.
-¿Cómo es una casa con tres niñas?
-Llena de risas, juegos, una buena cantidad de peleas... y ¡también muchas joyas!
-¿Ha cambiado mucho la decoración desde que eres madre?
-¡Absolutamente! Con los niños hay que tener en cuenta muchas cosas a la hora de decorar una casa. Siempre estoy evitando los bordes y rincones afilados, y buscando telas que sean un poco más amigables para ellas. Pero creo que hay muchas formas de diseñar una casa que sea sofisticada, ¡pero también habitable para mis pequeñas!
Por ejemplo, en su habitación, les puse un tipi precioso, color crema, bordado; por fuera es ideal, pero por dentro tienen un caos de juguetes y peluches.
-¿Por qué crees que es conveniente que las tres niñas duerman en la misma habitación?
-Crecí compartiendo una habitación toda mi vida con mi hermana y tengo los mejores recuerdos de nuestro tiempo juntas. Espero lo mismo para mis hijas, que se acostumbren a compartir, a considerarse la una a la otra y que trabajen en equipo. Siempre les digo: ‘¡Compartiendo se tiene más!’.
-¿En qué te inspiraste?
-Sabía que quería hacer algo distinto, especialmente porque tenía en mente tres camas en una habitación. Vi este fondo de pantalla mágico en Instagram (@photowall_sweden) y me enamoré de este concepto.
“Ellas participaron en la decoración. Fueron ellas quienes dijeron: ‘¡Vamos a hacer las camas blancas como si fuesen nubes!’”
-¿Ellas participaron en el proceso?
-¡Oh, sí! ¡Y tienen mucho que decir! Sus opiniones son supergraciosas y perspicaces. Les enseñé las fotos del papel y fueron ellas quienes dijeron: ‘¡Vamos a hacer las camas blancas como si fuesen nubes también!’.
-¿Qué valores quieres transmitir a tus hijas?
-Hablamos mucho sobre el agradecimiento. Pero, en este momento, la amabilidad es importante. Estamos practicando cómo comunicar los sentimientos, con un poco de amabilidad y compasión. Y a la vez sobre cómo aplicarla a los demás. Y eso lleva a conversaciones sobre empatía, diferencias, injusticias y, de nuevo, agradecimiento.
Los imprescindibles
- Los tonos pastel para mantener una energía serena. “Nos encanta mirar por la ventana. Así parece que estamos en las nubes de NY”.
- Una lámpara especial. “Su diseño nos recuerda a caramelitos”, nos cuenta María.
- Telas y texturas que tapen el desorden o que sean fáciles de lavar.